Ciclo Ghibli: “Susurros del Corazón”, un romance a medio cocer.

A lo largo de diez películas que hemos estado re visitando del estudio japonés, hemos visto los principales temas que tanto Miyazaki como Takahata (fundadores y directores de la mayoría de las cintas del estudio) les gusta abordar en cada una de sus producciones, si bien el tema romántico es algo que está presente en la mayoría de las películas del estudio, unas veces más remarcado que en otras, en “Susurros del corazón” es un tema que se siente muy superficial en comparación a la forma en que se aborda en otros films..

Estrenada en Japón en 1995, escrita por Miyazaki y siendo la ópera prima de Yoshifumi Kondou (fue uno de los jóvenes directores que se esperaba que fuera el relevo perfecto de Miyazaki y Takahata, pero por desgracia fue su debut y despedida, ya que tres años después del estreno de la película moriría a causa del cáncer), esta es una ópera prima digna de recordar, sobre todos para aquellos jóvenes que están en búsqueda de qué hacer en su futuro.

La protagonista de la película es Shizuku, una adolescente qué pasa su verano encerrada en la biblioteca con el propósito de leer una veintena de libros antes de que empiecen los exámenes y de de que se acabe el verano, pero la chica nota algo raro cada vez que abre uno de esos libros, en la ficha de préstamo se topa que anteriormente un chico de nombre Seiji Amasawa ha estado leyendo los mismos libros que ella; así que se embarcará en la búsqueda por saber quién es el chico. Por otra parte Shizuku se verá inmiscuida en un extraño triángulo amoroso con Yuko (su mejor amiga) y Sugimura (que está enamorado de Shizuku, pero que Yuko también está enamorada de él, todo un lío).

Pero en medio de subtramas que Miyazaki abre y abre en su guion y de personajes que se nos presentan, el tema central desde mi perspectiva de la película y de lo que está mejor logrado en ella, es el de alcanzar las metas que nos proponemos, y de cómo madurar es un paso en la vida que es difícil de sobrellevar; “Susurros del Corazón” es un coming of age, por momentos entrañables, pero que se alarga demasiado en una anécdota que al menos le sobran treinta minutos de metraje.

¿Será acaso que Miyazaki al escribir el guion falla en meternos a ese mundo tan realista que describe, y que la falta de ese mundo mágico y fantasioso al que está acostumbrado hace que pierda el balance de la historia? (ojo, en esta película Miyazaki también nos regala un par de escenas donde la figura de porcelana de un gato llamado “Baron Humbert von Gikkingen” cobra vida en el relato que Shizuku escribe, y poniendo esa pequeña cucharada de fantasía al relato), no todos somos perfectos y debemos de reconocer que al buen Miyazaki no todas las historias que escribe son joyas totalmente pulidas.

Y es justo eso de lo que también habla la película, cuando por fin Shizuku entabla una relación primero de amistad con Seiji, ella descubre la pasión del chico por la creación de violines desde cero, tanto así, que está dispuesto a no continuar sus estudios con el fin de viajar a Cremona, Italia, para aprender el oficio de luthier. Esa pasión y determinación que Seiji muestra, enciende en Shizuku la chispa para buscar dentro de ella su verdadera pasión, y lo que la mueve es la escritura, la película empieza de forma muy singular, con la canción “Take me home Country Road” interpretada por Olivia Newton-John, y que la misma Shizuku traduce a sus compañeras de clase y que además se convertirá en leitmotiv importante dentro de la película. Aun así, el enamoramiento entre Shizuku y Seiji está metido casi con calzador y sobre todo en la promesa que los dos se juran al final, es nada creíble.

Lejos de un guion un tanto tambaleante, la animación está más que perfecta, Kondou el director, nos presenta de forma casi realista los suburbios de Tokio, con lujo de detalles en cada fotograma, las escenas del atardecer y el amanecer le dan ese toque romántico a la película, conocer cada entorno por el que se desenvuelven los personajes, y sobre todo las atmósferas que se crean, desde los pasillos escolares, el departamento donde vive Shizuku y su familia, con lo pequeño que es, hasta el taller de Seiji y la tienda de antigüedades de su abuelo, atmósferas que te invitan a quedar enamorado de la animación y del estilo visual que Kondou imprime en la película.

Susurros del Corazón es un diamante en bruto, así como se nos explica en la película, se toma su tiempo en contar su historia y que se pierde en medio de subtramas que no van a ninguna parte, metáforas y romances; pero que con una buena pulida, se podría convertir en esa gema que nos deslumbre a todos.

P.D. De esta película se desprendería un spin-off del personaje de Baron Humbert von Gikkingen (la figura del gato de porcelana) que llevaría el nombre de “Haru en el reino de los Gatos”, siendo el único spin-off o secuela que Ghibli ha hecho, pero ese análisis será para la próxima semana.

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