Cinescopia Express: Monster
Con el paso de los años, Hirokazu Kore-eda se ha convertido en una institución. Su estilo remite a Yasujiro Ozu, pero al estar insertado en un contexto histórico completamente diferente, varias de sus películas atacan sutilmente la idiosincrasia japonesa. Monster, galardonada como mejor guion en Cannes, es su regreso a Japón después de 5 años de filmar en otros países, y es la primera vez desde 1995 que dirige una historia no escrita por él.
Todo comienza con un edifico en llamas, y una madre y su hijo viéndolo, Saori y Minato. A los pocos minutos, Saori se percata que Minato está sufriendo maltrato en su escuela, por parte de su profesor, y todo parece confuso, hasta que Yori, un compañero de Minato, entra en escena y todo se vuelve más complejo.
Este largometraje se divide en 3 partes, y cada una cuenta una perspectiva distinta, algo así como la legendaria Rashomon de Akira Kurosawa. Pero a diferencia del clásico del cine japonés que se centra en la búsqueda de la verdad, este rompecabezas toca varias aristas de los malestares de la sociedad.
Kore-eda aborda la intolerancia, y el rechazo por el libre desarrollo de la personalidad, a través del vínculo entre Minato y Yori- recibiendo la Queer Palm de Cannes- quienes son llamados “monstruos” por no encajar con los estándares establecidos, logrando una historia que trasciende las fronteras y se vuelve universal.