Claudia Cardinale cumple 82 años
Algunos la recuerdan solo por su belleza, la cual es y será indiscutible; pero las virtudes de Claudia Cardinale siempre estuvieron más allá de sus rasgos físicos. ¿Sino como se explica que haya trabajado con Federico Fellini, Sergio Leone o Luchino Visconti, entre tantos otros?
Claudia Cardinale nació en La Goleta, Túnez, un 15 de abril de 1938. No tardaría mucho en aparecer en la pantalla grande: sería en el año 1958, con tan solo 20 años de edad, en la cinta Goha, dirigida por Jacques Baratier, y en la que le trabajaría junto a Omar Shariff. En ese mismo 1958, le llegaría el éxito internacional, al participar en una de las grandes cintas de comedia a la italiana; la inolvidable Los desconocidos de siempre, o Rufufú, realizada por Mario Monicelli, y en la que le toca actuar a la par de algunos de los actores más grandes que dio el cine italiano, como Vittorio Gassman, Marcello Mastroianni, Totó o Renato Salvatore.
Los años siguientes serían de crecimiento y popularidad para Cardinale. En un principio trabajaría con algunos cineastas de cierta relevancia, como Pietro Germi, Nanni Loy o Luigi Zampa, siendo la década posterior su mejor momento desde lo interpretativo. Uno de los motivos sería el hecho de actuar en reiteradas ocasiones bajo las órdenes de Luchino Visconti: primero en Rocco y sus hermanas, un film trascendental, sin duda alguna, pero recién sería en El gatopardo filmada en 1963, que se daría una de las apariciones más recordadas de la actriz italo-tunecina. Ese mismo año pasaría algo similar con 8 y 1/2, del emblemático Federico Fellini, que a su vez sería la primera ocasión en que se escucharía la voz original de Claudia, previamente siempre doblada, por considerarse poco atractiva. Sus cualidades interpretativas, combinada con su peculiar belleza, la transformarían en una de las figuras claves del cine europeo de la época.
Es difícil resumir sus mejores contribuciones por aquellos años; La muchacha de la valija de Valerio Zurlini, La tienda roja de Mikhail Kalatozov, Cartouche de Phillippe de Broca, y quizás especialmente Erase una vez en el oeste de Sergio Leone. Incluso llegaría a tener algunas apariciones en cintas de la industria de Hollywood, como La pantera rosa de Blake Edwards o Los profesionales de Richard Brooks. A los nombres citados más arriba, se sumarían otros actores de peso, como Alain Delon, Jean-Paul Belmondo, Ugo Tognazzi, Peter Sellers, Burt Lancaster, Henry Fonda, Gian Maria Volonte o Jean Rochefort, solo por nombrar algunos.
Naturalmente en los años posteriores bajaría mucho en sus participaciones, aunque tendría algunas ciertamente memorables, por ejemplo en la década del 80 en la recordada Fitzcarraldo de Werner Herzog o Enrique IV de Marco Bellocchio.