Close: La delgada línea entre la empatía y el morbo
No nos hemos cansado de repetir en este espacio la importancia que tiene un guion en la película, especialmente cuando se manejan temas tan sensibles como la pérdida, el dolor, o cuando el centro es un tema social que involucra a una minoría. Una buena narrativa puede ser la diferencia entre la manipulación y el morbo, y la compasión y la empatía.
Close (película belga nominada al Oscar a Mejor Película Extranjera), cómo cientos de cintas que han salido en los últimos tiempos, cae en el shock y en un intento por disfrazar sus verdaderas intenciones; imprime un estilo parsimonioso para aparentar que construye una historia cuando lo único está haciendo es navegar en círculos (en pocas palabras “se está haciendo bien wey”).
¿Por qué uno si y el otro no?
La historia nos narra la amistad entre dos niños sumamente unidos, Leo y Remi, que hacen todo juntos al punto de que sus propios compañeros creen que son pareja. Derivado del bullying y del miedo “al qué dirán”, Leo de a poco comienza a alejarse de Remi.
Los primeros minutos de la historia comienzan con una recopilación de momentos importantes y conmovedores entre Leo y Remi, dibujando un trasfondo de Leo interesante, quien adopta estereotipos masculinos clásicos (cómo hablar de fútbol, jugar hockey) para callar los rumores de tener alguna relación con Remi, por lo que se vuelve más frío y parco con respecto a sus sentimientos.
Todo esto suena una interesante en el papel, pero la historia comienza a tener dos problemas. En primero lugar no hay un desarrollo del personaje de Remi, y es que fuera de la sensibilidad que posee, conocemos muy poco de su psique, por lo que al ser indirectamente la mitad de la representación de un mensaje de la heteronormatividad o de como los estereotipos sociales pueden afectar el desarrollo psicológico y afectivos, esto queda incompleto.
Y el otro problema es que el resto de los secundarios (padres de los niños, o compañeros de la escuela), al no ser desarrollados, se pierde la representación del entorno que afecta a estos individuos, por lo que en consecuencia los temas de la cinta quedan expuestos en un simple premisa o idea
El mayor problema es su superficialidad, pues el escritor pone de premisa: “La heteronormatividad afecta a los jóvenes y puede provocar consecuencias graves” pero no explican cómo afecta el desarrollo de los preadolescentes más allá del cliché de que “el niño quiere hacerse el macho”, ni tampoco porque ciertas personas tienden a manifestar cierta identidad a cierta edad o del trasfondo psicólogo del rompimiento de una amistad.
Y no sería tan grave de no ser por qué.
ALERTA DE SPOILER
Si Lukas Dhont hubiera desarrollado a sus personajes, o hubiera tenido una exploración psicológica mediana de los temas que expone hacía el giro final, la cinta no se sentiría como un intento de manipulación y de provocar shock. El suicidio de Remi se siente como un truco bajo la manga para causar sensacionalismo, que hubiera sido empático y más orgánico si nos hubieran presentado el lado humano y la psique de ese adolescente más allá de ser simplemente el amigo “sensitivo”, pero como no hizo eso, se siente morbosa y una salida por la tangente para evitar profundizar en los temas que traía en el tintero. A partir de aquí la película se le termina” yendo al traste”, pues comienza a repetirse (si, ya sabemos que Leo le cuesta trabajo explorar sus emociones) y cae en un bucle donde el personaje tendrá un viaje de redención y descubrimiento a través de su duelo (cuántas veces hemos visto esto). A partir de aquí la cinta navega en piloto automático y si ya has visto este tipo de filmes ya conoces lo que va a pasar.
El morbo del director
No es casualidad que en 2018 este director, en lugar de explorar las consecuencias de la discriminación hacia los transexuales (Girl), decidió crear un espectáculo morboso lleno de mutilaciones, e incluso esta representación de una parte de la comunidad LGBT le valieron algunas críticas por impulsar estereotipos.
Quizá la única diferencia es que Girl no es tan parsimonioso, por lo que en apariencia Close se ve como una cinta más seria y discreta estéticamente, gracias a su tono calmado, pero que eso no los engañe, pues su guion de poca exploración se adhiere a un conjunto de momentos pegados como collage y que poco sirven al caminar de la narrativa (fácilmente pudo recortar 30 o 40 minutos y tendríamos algo más redondo).
Y para acabarla de amolar, estos momentos en su mayoría se siente inconexos, pues la cinta tiene un pésimo montaje, dónde la falta de ritmo y la aceleración por saltar de secuencia en secuencia termina por generar que muchas se pierdan en la narrativa visual. Tremendo desperdicio de edición.
Eden Dambrine interpretando a Leo es destacable, y es increíble que pocos gremios le hayan puesto atención como una promesa artística (cargarse la mitad una película a esa edad es una verdadera hazaña).
Calificaciones
Guion: 1.6 – El inicio está bien, pero su desarrollo es nulo y recurre a salidas fáciles
Dirección: 2.1 – Pésima edición, buena fotografía
Actuaciones: 1.8 – Eden Dambrine tiene una destacada actuación
Extras: 0.5 – La música está bien
6.0 Mediocre tirando a decente
Decepcionante película donde el trabajo de guion termina por perjudicar. Una vez más, el caso de Close nos enseña que la narrativa es una cadena, si escribes bien, tus personajes y tus mensajes estarán mejor desarrollados y serán más empáticos hacia con el público. Pero en tiempos donde el hígado y el sensacionalismo pueden más que el cerebro y la empatía, el provocar se ha vuelto la moneda de cambio, y si se tiene a la mano una sobriedad superficial todavía es peor.
No sé sorprendan si la Alarma o el Eso comienza a redactar sus artículos con un lenguaje rimbombante y sus periódicos comienzan a oler a perfume, y peor aún, utilizando un tema social sensible para justificar su morbo barato. ¿Para qué reflexionar o pensar, si el sensacionalismo barato, el shock son lo de hoy (o más bien siempre ha sido lo que vende)?