Collateral Beauty: Miserable y amañado melodrama navideño
La rutina navideña de Hollywood es indignante, tal y como lo es en muchas ocasiones la presión social – comercial que se torna en un intercambio de regalos llenos de hipocresía y envueltos en coloridos papeles “necesarios” para sobrevivir a las fiestas decembrinas. Antes de que me llamen “grinch”, imagínense que todos esos presentes (como también pasa en muchas familias, amigos y ambientes laborales) contengan en realidad un verdadero significado de esperanza, amor, reconciliación y/o expiación (tal y como debe ser); que lo que contengan en su interior sea al menos equiparable a ese despampanante envoltorio lleno de figurillas sonrientes y conocidas que pretenden hacerte entrar el espíritu navideño con harto calzador. Pues bien, de eso es lo que carece exactamente Collateral Beauty, el nuevo melodrama “navideño” hipócrita, chapucero, ridículo, grotesco y desperdiciado de la temporada, todo un estuche de falsas monerías envuelto por un reparto al cual da pena ajena verlo salirse con la suya sin ningún talento impreso en el proceso.
Dirigida por David Frankel (director que apenas pudo mantener cierto nivel de entretenimiento televisivo con su sobrevalorada The Devil Wears Prada), la tragedia navideña en cuestión relata como un exitoso ejecutivo y socio de una agencia publicitaria cae en una prolongada depresión que le hace cuestionarse su existencia tras el fallecimiento de su hija. Tomando tres elementos “abstractos”: el amor, la muerte y el tiempo (conceptos usados por el propio protagonista para fijar su supuesto éxito publicitario), el libreto de Allan Loeb pretende indagar las emociones humanas desde 8 perspectivas y tragedias diferentes: la de nuestro principal afectado y la de la gente inmiscuida en dicho problema, claramente un brutal forzamiento narrativo que al final nunca llegará ya no digamos a encajar o a empatizar, sino siquiera a parecer lógico tras la inclusión de ciertos tonos humorísticos, surrealistas y hasta navideños que parecen llevar un rumbo diferente en cada una de sus participaciones.
Si bien parece que Hollywood saca guiones del excremento en estas fechas para rellenar huecos estelares en cartelera con caras reconocidas y así todos nos callemos la boca ante la parafernalia melodramática de temporada, este infumable bodrio puede jactarse de ser una de los dramas más imprudentes dentro de su estilo al menos en los últimos 20 o 30 años. Imprudente por que el “fuerte” y supuesto duelo sufrido por el personaje es tratado de una manera superficial y bufonesca que, a pesar de ser confrontada hacia el final (con un giro de tuerca predecible pero de cierta fuerza emocional), luce irreal en sus acciones, tiempo y connotaciones sentimentales entre tanto barullo y tangentes narrativas sobre otros “afectados” que merecerían dentro de lo “moralmente aceptable” mayor o menos atención según su escala de sufrimiento.
Pero si la dirección y por ende la cinta nunca se decide qué camino tomar, lo irremediable de su desarrollo llega al límite cuando las resoluciones de dichas situaciones son libradas en solo una secuencia de par de minutos para cada uno de sus 8 principales inmiscuidos, un corte de clímax que hasta en su mediocridad llega a verse infame, algo así como dicta alguna frase de alguna famosa serie televisiva: Acercándose a su final y rezando por que no pasen más sandeces, aun cuando no esperas nada del film este logra decepcionarte.
Pese a todo, en este tipo de producciones suele haber desempeños actorales que logran salvar algún metraje o justificar su nómina, pero nuevamente esta no es la ocasión. El encasillamiento de Will Smith en este tipo de papeles ya no ofrecen ninguna sorpresa, sino solo repetición e incredulidad; así mismo es inhumano apreciar tal despilfarro histriónico en la inutilidad y falta de estructura en los personajes de Edward Norton, Kate Winslet, Michael Peña, Keira Knightley, Naomie Harris y hasta Helen Mirren ¡Por Dios! ¿¡Que haces ahí Helen!?
En conclusión, Collatera Beauty es un miserable y amañado melodrama auspiciado por los insoportables pucheros de Will Smith y tal vez el conglomerado actoral más desperdiciado del 2016; una repugnante exageración dramática y grosera de hechos emocionales intensos que afectan día a día la vida de las personas, inadecuada incluso para la época en la que se encuentra ambientada ¡Feliz navidad a todos!
P.D. Este cinta tendrá “Garantía Cinépolis”, así que si usted es arrastrad@ a verla, lea su crítica de Cinescopia para que le devuelvan su dinero ¡No hay de que!
3 Comments
Veamoslo por el lado positivo.. si tiene garantia cinepolis, podras llevar la reseña y tendras gratis boletos para Rogue One… sin tener ni siquiera que salir de Cinepolis… yaaaay
Yeahhhhh esa es una brillante estrategia mi estimado jajajaj
Gracias por comentar!