Companion: Un mal capítulo de Black Mirror
Drew Hancock, quien ha sido mejor conocido por algunos trabajos de guionista, hace su debut como director en Companion, un proyecto que parece fresco en su primicia pues es una combinación de varios géneros, razón por la que será un reto tomar lo propio de cada uno y entregar un largometraje que se posicione como un nuevo referente, o al menos que pueda ser recordado en un futuro.
Companion (“Compañera Perfecta” en su traducción para Latinoamérica) sigue a la pareja de Iris y Josh, quienes se reunen con un grupo de amigos para pasar unos días en una casa del lago. Todo comienza a cambiar cuando se revelan las verdaderas intenciones de esas pequeñas vacaciones, desatando una serie de eventos que oscilarán entre la vida y la muerte.
Catalogada como una película de suspenso, Companion parece de inicio, una historia más de adolescentes que van a probar su suerte en una casa en medio de la nada. Todo esto da un giro cuando se rebela que nuestra protagonista Iris es en realidad un robot (aunque esa primicia ya se puede ver desde el poster y el trailer), agregando este toque de ciencia ficción que hace a la película más original y pone al espectador en una nueva sintonía.
Entonces tenemos en pantalla esta fantasía inspirada por el auge de la inteligencia artificial que al mismo tiempo es una especie de slasher, en la que todos los involucrados toman malas decisiones por el bien del místico guion, al mismo tiempo que no se olvida de un toque de comedia que va de la mano de la inutilidad de sus personajes.
Como lo mencioné de inicio, la mezcla de estilos parece interesante, sobretodo incluyendo este toque tecnológico que representa un principal diferenciador de Companion. El problema es que el desarrollo es bastante débil pues la cantidad de hoyos argumentales crece conforme lo hace el filme y parece ser que la lógica no existe, haciendo que todo ocurra a conveniencia del guion sin que muchas de estas resoluciones tengan sentido.
Hay algo que prevalece a pesar de la ficción, y es ese tipo de relación tóxica entre Iris y Josh que parece ser uno de los mensajes que conlleva Companion, algo a resaltar si tratamos de considerar que muchas de las explicaciones de su historia se podrían dar si tomamos esa perspectiva, que al mismo tiempo hace más retorcido su argumento.
Podría decirse que Companion toma mucha inspiración en la serie de Black Mirror, de la cual bien podría ser un capítulo más corto y efectivo si se hubiesen tomado decisiones más efectivas al momento de crear el guion; eso sí, el director no escatima en agregar secuencias gráficas tipo gore, lo cual complementa lo que por momentos también parece ser un slasher.
Companion puede ser entretenida si dejamos de encontrarle sentido a algo que no lo tiene y solo logramos mofarnos de ver a adolescentes cliché tomando malas decisiones, solo que esta vez, acompañados de un toque de ciencia ficción para darle ese toque relevante y un tanto moderno.
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