Conversaciones en la mesa de: Quentin Tarantino.
Una mesa. Una mesa de comida. Una mesa de comida en donde todos los días las familia se reúne para –además de comer hasta llenar la panza- compartir pensamientos, opiniones, anécdotas y curiosidades que resultan ser la mayor parte del tiempo un puñado de banalidades necesarias para sobrellevar la rutinaria vida del ser humano promedio dentro de su espacio social predefinido por el lugar donde vive y las prácticas culturales que éste conlleva. Una mesa de comida común y corriente es uno de los elementos narrativos más utilizados dentro de la cinematografía a lo largo de la historia. Tanto así que estamos hablando de una especie de cliché institucionalizado bajo el manto de la creación de productos cinematográficos de cualquier época, de cualquier índole, de cualquier género y subgénero, de cualquier cineasta.
Siendo sinceros, pocas veces suceden dentro de una escena que involucre la mesa para comer, hechos trascendentales para el desarrollo narrativo del metraje, o bien, hechos que supongan una secuencia digna del recuerdo colectivo cinéfilo. Las mesas son muy aburridas ¿no? Bueno, hay quienes logran hacer de una mesa para comer el sitio perfecto para el despliegue histriónico proyectado mediante diálogos inteligentes y congruentes con el motif de sus filmes, además, impulsando la certera interacción entre los inmiscuidos con conversaciones que conllevan a un desenlace soberbio. Hace unas semanas su servidor publicó la noticia sobre el próximo proyecto de Quentin Tarantino: The Hateful Eight. Película que hace pocos días fue cancelada –o al menos pospuesta- por el excéntrico director tras la filtración de su guion en la web. Como se habrán enterado, Quentin Tarantino no dirigirá un Western para su próximo film.
Así, aprovechándome del gusto que tengo por la filmografía de este señor y de un pensamiento que tuve poco antes de iniciar mi colaboración para este su blog de cine favorito, me propuse a hacer un pequeño top 5 con las mejores secuencias sucedidas en una mesa, dentro de la filmografía de Quentin Tarantino. Sin más palabrería intrascendente, pasemos al top aún más intrascendente.
*Nota: Este hilo contiene spoilers, continuar leyendo sólo si ya vio las películas o si no le importa un carajo.
5. Kill Bill Vol. 1 (2003) – No pierdas la cabeza
Inmiscuidos: El consejo de criminales de Tokio y una perversa samurái gringa-china-japonesa.
Tema de conversación: La perversión y la impureza.
Kill Bill Vol. 1 es la cinta con más excesos en la filmografía de Tarantino. Es también la primera parte de una odisea de venganza (tema recurrente en las películas del director) contra aquellos que traicionaron a The Black Mamba (Beatrix Kiddo).
Todo el filme versa sobre la proyección excesiva de la violencia y como no podía ser de otra forma, una pequeña charla sobre una mesa es suficiente para plasmar una horrorosamente bonita imagen en la mente del espectador. No pierdas la cabeza y piensa bien lo que vas a decir, sobre todo si es para onfender a O-Ren-Ishi, una compulsiva mujer que no pierde el tiempo con palabrerías. El vídeo lo explica todo.
4. Inglorious Basterds (2009) – ¡Tres vasos!
Inmiscuidos: Un inglés que intenta ser alemán, un Nazi tan hijoputa como Hans Landa y una actriz alemana con mucha clase (más dos soldados que sólo están ahí para mostrar sus caras de tronco).
Tema de conversación: El juego de quién soy y falsas adulaciones.
Despídete de tus testículos de nazi. La última frase recitada por Stiglitz en una charla no muy amena y no muy cómoda para sus inmiscuidos. Imagina que eres un Inglés que va a discutir un plan de infiltración dentro de un sótano que también es un bar nazi lleno de nazis (donde se suponía no habría tropas), llevas un uniforme del SS e intentas hablar alemán pero tu acento comienza a delatarte, la tienes difícil ¿no? Tarantino una vez más plasma su talento como guionista planteando una escena llena de tensión que nos hace pensar ¡dispara de una vez!, más cuando vemos a ese general del SS siendo un fastidio casi al nivel de Hans Landa.
La misma técnica que la primera escena del film; La charla comienza y la hipocresía se derrama, los flashbacks del sufrimiento de Hugo Stiglitz son un parteaguas que dota de un tono cómico la secuencia, Bridget Von Hammersmark intenta apaciguar la tensión. Pero después de una ronda de “Adivina quién soy”, un pequeño error en el lenguaje analógico (físico) del soldado inglés (Michael Fassbender) delata al grupo y abre paso a lo que estábamos esperando: un intenso y fugaz tiroteo. La escena culmina con sangre y muertos por doquier, una secuencia digna del recuerdo dentro de la filmografía de Tarantino:
3. Inglorious Basterds (2009) – Hans Landa y la leche.
Inmiscuidos: Un maniático Coronel del SS y un granjero francés que no sabe mentir.
Tema de conversación: Las ratas y los judíos.
Lo que empieza como una charla de revisión rutinaria por parte del Coronel Hans Landa, brillantemente interpretado por Christoph Waltz y “Monsieur” Lapadite termina en el detonante de una odisea de venganza. ¿Y por qué? Quentin Tarantino demuestra su habilidad para crear tensión a través de los diálogos y las conversaciones largas entre sus histriones, esta vez planteando una plática entre lo temible y bizarro del rostro de Landa y la mirada desoladora de un pobre granjero que intenta ser humanitario pero desfallece ante un ente inmisericorde que en realidad ya sabe que Shosanna y su familia están debajo.
Una toma a primer plano de una familia judía escondida en los entresijos de la pequeña casa, dispara la tensión en el espectador que desea ver cómo termina la bochornosa charla. Hans Landa sabe desde un comienzo lo que va a encontrar ahí, decide llevar la conversación en inglés para jugar con Lapadite y sus refugiados, presentarse como el Cazador de judíos y llevar hasta el límite de la desesperación a su huésped para así culminar la secuencia con el sonido in crescendo, que después de una larga conversación, de judíos y roedores, exalta la emoción del espectador y cierra una escena bastante aterradora:
http://youtu.be/EUZv6bn7Hwg
2. Django Unchained (2012) – El cráneo
Inmiscuidos: Un esclavo libre, un doctor de buenos modales, un anciano negro muy metiche y el mismísimo demonio.
Tema de conversación: Gente negra y cráneos.
Si bien el film por momentos decae en su ejecución, la puesta en escena raya en lo sublime y la joya de la corona en este aspecto recae en esta amena conversación sobre el valor de los mandingos (esclavos para peleas) que termina en una cena de cráneos y un rico pastel. En la escena el suspenso lo lleva Samuel L. Jackson como Mr. Stephen, un negro que se cree blanco. Sin embargo, es DiCaprio quien brilla con su interpretación de Calvin Candie hacía el tramo final del Western. El largo recorrido del Dr. King Schultz (Christoph Waltz) y Django “free man” (Jamie Foxx) termina en el mismísimo infierno; lugar donde el film alcanza el climax gracias a la pericia narrativa de Tarantino y su magia sobre la mesa.
El sustento dramático está cimentado y las negociaciones bilaterales para comprar a la amada de Django comienzan. La cena está servida. El espectador lo sabe, la charla no puede acabar bien, de hecho, desea que algo siniestro suceda; Quentin Tarantino coloca una escena bastante ácida y bizarra. Stephen descubre el engaño de Schultz y su compañero de negocios y el resto es un despliegue de talento histriónico por parte del señor Leonardo DiCaprio, quien con un monólogo bastante oscuro con un cráneo sobre la mesa incluido, culmina la escena de forma frenética (En realidad sí se hirió la mano). Posterior a la palabrería la acción se desata y la sangre comienza a llover:
1. Pulp Fiction (1994) – Ezequiel capítulo 25, versículo 17.
Inmiscuidos: Una pareja de enamorados y una pareja de criminales en ropa muy cómoda.
Tema de conversación: El destino y la biblia.
La mejor cinta dentro de su filmografía y una de las cintas más revolucionarias en la historia de la cinematografía. Un clásico. Una historia narrada de forma magistral que registra una conversación que sería no solo el inicio de un relato criminal magistral que versa sobre la redención, sino que también serviría como el final del mismo interconectando el primer y último capítulo mediante una educativa charla sobre un versículo bíblico y un debate sobre quién es el asaltante y quién es la víctima.
Jules (Samuel L. Jackson) ha sido salvado por justicia divina y en el acto parece haber tomado el camino de la redención, ahora sólo quiere disfrutar su americano desayuno. Pero dos asaltantes que se sienten en día de suerte le impiden hacerlo. Así que de manera educativa les dará una lección sobre el altruismo recitando a un versículo bíblico, bien podría Tarantino ofrecer clases de catequismo. La verdad es que es simplemente genial:
5 Comments
De acuerdo en todas los puestos.
Un par de escenas vienen a mi mente como posibles finalistas que quedaron en 6 y 7 lugar.
Kill Bill vol. 2: Identidades
Bill y la Mamba Negra discuten de superheroes y el significado de las dobles identidades tanto en los comics como en la vida real.
Inglorious Basterds: Yo (no) se quien eres.
Landa y Shosanna conversan tranquilamente mientras ella disfruta un postre delicioso con crema y un vaso de leche.
Tiene razón, ambas charlas son otro gran ejemplo de lo expuesto en este pequeño top-homenaje que podrían ir a manera de bonus. Incluso aquella primera secuencia que inauguró la filmografía de Tarantino, ¿la recuerda? La charla entre el grupo de criminales casualmente en una mesa de un restaurane. Tarantino hablando sobre “Like a Virgin” y el posterior debate sobre las “propinas” en una especie de sátira de la cultura americana. ,
Saludos estimado y gracias por comentar!
Hola, muy buen post de uno de mis directores favoritos. Yo también añadiría la charla que tienen Mia Wallace y Vincent Vega cuando van al restaurante a cenar, en donde bailan para ganar un premio. Ella le cuenta que audicionó para una serie de televisión y describe a varios personajes, casualmente las descripciones se parecen a las víboras de Bill.