CORINA: Un acto de Valentía.
Contexto
Con su primer largometraje, Urzula Barba Hopfner nos ofrece una comedia fresca, divertida, con un estilo que se asemeja al cine francés y a las películas de Wes Anderson. Una cinta que ofrece atisbos de creatividad y originalidad frente al panorama actual del cine mexicano.
Corina vive recluida a una calle que va de su casa a la editorial donde trabaja como correctora de estilo, ella padece de Agorafobia, un trastorno que la limita a una calle e la ciudad. Después de tomar en sus manos el final de la saga de novelas más importante de la empresa y provocar un malentendido, ella deberá vencer sus miedos para pedir ayuda a la autora original.
¿Qué funciona?
Corina es un personaje encantador, todos los elementos que la envuelven son intrigantes, cautivadores y con los cuales es sencillo empatizar; nos importan sus conflictos, miedos y actos de valentía.
El trabajo de arte es de admirarse, el ambientar una cinta en los años 2000 es una labor que no resulta sencilla, además el uso de los colores, objetos y espacios, siempre están en función de su personaje, resulta un encanto descubrir pequeños guiños en cada plano.
La edición juguetea con los planos y los ritmos de manera muy creativa, volviendo cada pequeña actividad de Corina muy disfrutable y entretenida.
Su fotografía recuerda cintas como Amelie, The French Dispatch y Little Miss Sunshine, donde los planos generales, encuadres teatrales y movimientos de cámara laterales se roban el protagonismo de cada escena.
El humor es inocente, irreverente, lleno de sarcasmo e ironía. A pesar de abusar de ciertos clichés y chistes forzados, se mantiene a flote gracias al carisma de los personajes y los remates del momento.
¿Qué no funciona?
Hay personajes secundarios que no funcionan, pues dan una interpretación pobre y fuera del tono que maneja la cinta, atropellando varias escenas que apagan la calidez de Corina.
El segundo acto se transforma en un road trip, que a pesar de ser divertido y necesario, rompe la dinámica y la creatividad visual presente en toda la primera mitad de la historia.
El personaje de la madre no obtiene una resolución, es olvidada a la mitad del camino, un error grave teniendo en cuenta que es ella la causante de los trastornos de Corina.
El final opta por lo convencional, ofreciendo cero sorpresas y una resolución que incluso llega a sentirse gratuita, dejando con ganas de más al espectador y con dudas respecto a varios arcos que nunca cierran.
¿Qué nos deja?
“¿Se le puede permitir a un cobarde un acto de valentía?” Es el cuestionamiento con el que Corina poco a poco comienza a tomar el rumbo de su vida. Lo mismo se puede traducir a esta cinta: Es un acto de valentía que toca una historia y un estilo que rara vez se reconoce y apoya dentro de la industria del cine mexicano. Corina es una película llena de cariño y creatividad buscando su lugar en el cine e impulsando a cineastas, productoras y distribuidoras a confiar más en los nuevos conceptos, una confianza que de entrada a más géneros, subgéneros y talentos, dentro de un país en donde su cine se ve limitado por prejuicios, contextos y estándares caducos.
“- ¿Se le puede permitir a un cobarde un acto de valentía?
– Si un cobarde es capaz de un acto de valentía, entonces nunca fue un cobarde, solamente estaba esperando su momento.”