Cuando llega el otoño: Cuando el pasado se te estrella en la frente.
El Tour de cine francés nos trae una película de François Ozon, un director más bien irregular y que, en este nuevo ejercicio, Cuando llega el otoño, apenas y logra aprobar de ‘panzazo’.
‘Cuando llega el otoño’ se vende como un thriller, pero es más bien una telenovela en toda forma, y que en las manos de alguien como Almódovar, por ejemplo, habría sido un bombazo, pero en las de Ozon, tiene algunas fallas argumentales y de ritmo que, con trabajo, pero logra superarlas en el 3er acto.
La historia cuenta el ocaso de la vida de una anciana que se dedicó a la prostitución y cómo el retiro en la campiña francesa la obliga a enfrentarse a sus acciones del pasado. Las cosas se complican cuando aparecen los hijos de ella y de su mejor amiga para sacar sus resentimientos más ocultos.
La premisa es interesante, aunque no innovadora ni reciente (sí, te estamos viendo a ti, ‘La vida ante sí’), sin embargo, el valor que Ozon (junto con Philippe Piazzo) imprime al guion de ‘Cuando llega el otoño’ tiene que ver con la visibilidad que le da a los hechos sin juzgar, sin tomar partido, sólo presenta la situación y cómo los personajes van respondiendo alrededor de eso. Es verdad que falla un poco en ahondar exactamente en qué fue lo que realmente les afectó, específicamente a los hijos, pero quizá eso pudo haber hecho que la historia cayera en un dramatismo más allá del necesario.
En el primer acto pareciera que no pasa nada, y el estilo que le imprime Ozon raya un poco en lo contemplativo, pero tiene a bien ir sembrando pistas y despistes que en los siguientes actos cobrarán sentido; tal vez es por eso por lo que quisieron venderla como un thriller. Es en su 2o y 3er actos donde ‘suceden’ las cosas, unas que van torciendo la historia de forma que te empieza a interesar, es donde entiendes por qué ‘Cuando llega el otoño’ ganó Mejor Guion en San Sebastián, pues aunque comienza aparentemente lenta y sosa, todo tiene un por qué y, muy valioso, no es lo predecible que esperas que sea. Ojo, no deja de haber cabos sueltos, pero realmente se esconden muy bien en el desarrollo.
La parte actoral resalta porque cada uno, a pesar de ser estrellas de calibre respetable (Pierre Lottin ganó Mejor interpretación de reparto también en San Sebastián), están en perfecta armonía, ninguna está por encima de otra y las réplicas son bastante loables. Hay que decir que, por la historia, casi todo recae en la gran Hélene Vincent y un muy resuelto Pierre Lottin.
No es que ‘Cuando llega el otoño’ vaya a pasar a la historia como un gran drama, ni mucho menos como una de las mejores películas de Ozon que, dicho sea de paso, está ya a más de 10 años de su última buena película; sin embargo, por el tema que toca y cómo lo aborda, es que vale la pena darle una vista a esta película francesa. No es Ozon en su mejor forma, pero tampoco es el desastre que muchos temíamos: un drama otoñal que, aunque irregular, sabe dónde plantar sus hojas secas.