Cuckoo: O… alguien intentó volar sobre el nido del ave.

Estrenada en el pasado Festival de Cine de Berlín, como parte de las Funciones Especiales, llega a las pantallas locales Cuckoo, el segundo largometraje del director y guionista Tilman Singer, quien tras su debut en 2018 con “Luz” había virtualmente desaparecido del radar.

Cuckoo nos cuenta la historia de Gretchen, una joven de 17 años quien recientemente ha sufrido la muerte de su madre y se ha visto forzada a vivir con su padre, quien a su vez se mudará, junto a su nueva esposa e hija, a un centro turístico en los Alpes alemanes, mismo que se encuentra en una zona natural protegida y que funciona como centro de observación y preservación de la vida natural. Sin embargo, lo idílico del lugar contrastará con una atmósfera siniestra, en la que ruidos extraños, déjà-vu’s y visiones sangrientas acosan a los vistantes del centro administrado por Herr König.

Tilman Singer se recarga en una premisa interesante, con guion de su propia autoría, que tiene en su naturalismo y su intriga suficientes méritos para sostener sus casi dos horas de duración, manteniendo la atención del espectador. La actuación de Hunter Schafer (quien ya había dado atisbos de buen histrionismo en “Euphoria”) resulta lo más aplaudible del metraje. La construcción del villano por momentos llega a niveles de brillantez, aunque en otros palidece y llega hasta a caer en el humor involuntario. Y es precisamente este punto el que hace que Cuckoo no llegue a ser tan brillante como podría aspirar a ser. Quizás si se hubiese tomado las cosas sin tanta (aparente) seriedad, el resultado habría sido mejor.

El simbolismo expresado en el título mismo de la película (que básicamente funciona como spoiler en sí mismo) y su intrigante construcción, con ecos-homenajes a películas como “El resplandor” o, más recientemente, “Hatching”, la enervante música y, particularmente, el uso imaginativo de los ángulos de cámara ayuda a mantener la atención y generar una atmósfera envolvente de principio a fin, que apoyada en la sólida interpretación de su (perpetuamente vapuleada) protagonista, hacen de Cuckoo una apuesta interesante para los amantes del terror psicológico.

No obstante, dentro de los puntos negativos de Cuckoo, podemos mencionar que la trama padece del síntoma principal del cine de terror: resoluciones que se sienten simplonas, que permiten a su scream queen llegar a su destino previsto, huecos argumentales, situaciones que carecen de un contexto, motivaciones o explicaciones “lógicas” (al menos dentro de la lógica misma de su trama) y que por momentos resultan incoherentes. Sin embargo, el balance es realmente positivo y no demerita a lo disfrutable que resulta el film.

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Acerca del autor

Jose Roberto Ortega    

El cine es mi adicción y las películas clásicas mi droga dura. Firme creyente de que (citando a Nadine Labaki) el cine no sólo debe hacer a la gente soñar, sino cambiar las cosas y hacer a la gente pensar mientras sueña.


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