David Lynch: De la Peor a la Mejor Película

El de constructor de géneros y pieza fundamental para comprender la contemporaneidad del surrealismo fílmico, la figura de David Lynch va más allá de la cultura pop creada a partir de su extravagante personalidad y modus operandi, siendo el eslabón perdido entre el cine comercial y la corriente surreal, nexo entre la influencia y lo influyente del mismo. Precedido por Buñuel (al que Lynch menciona como principal fuente de inspiración de entre Herzog, Bergman y Kubrick), Lynch fue también proveedor de un tono tan poderoso que, por ejemplo, el mismo Kubrick tomó como influencia para su último film. Su importancia y legado peryenecen a la de los grandes maestros del séptimo arte, a pesar de que solo contó con 1o películas (contrario a lo que se pudiera pensar en sus seis décadas de carrera y casi un centenar de créditos dirigidos entre cortos, documentales y producciones experimentales).

David Lynch antes de ser cineasta apuntalaba para las artes plásticas y la pintura. Aquel niño de clase media pronto sintió una afinidad artística que lo llevó desde los 15 años a experimentar con la pintura expresionista, sin embargo, al cabo de un pequeño lapso de tiempo fueron las artes visuales las que representaron para David una plataforma donde podría expresarse de manera más completa y compleja, por lo cual empezaría a desarrollar una serie de cortos que comenzaría a patentar su estilo surreal, dadaísta y expresionista. El éxito llegaría de dicho formato, pues tras 4 años de ganar algunos premios y financiamientos, en 1970 dirige “La Abuela”, corto de culto donde un joven planta una extraña semilla que de pronto crece en una abuela. Alabada por los cineastas más experimentados de aquel tiempo, David Lynch comenzaría a labrarse un camino para su primer e impactante largometraje, que dejaría atónita a toda la industria, audiencia y comuna fílmica.

Director, guionista, actor, pintor, productor de música, fotógrafo, publicista y hasta diseñador de mobiliario, aunque su último film fue en el 2014, su figura así como su obra parece atemporal. Ganador de más de 50 premios (de entre los que destacan un Oscar y un León de Oro honoríficos, una Palma de Oro y el premio a mejor director en Cannes), hoy el genio, revolucionario y maestro fílmico hubiera cumplido 79 años, pero fiel a su estilo, decidió dejarnos hace 4 días. Celebremos su legado con un repaso de todas sus películas, de lo “peor” a casi todas sus joyas, piezas indispensables del séptimo arte

 

Bonus como actor – The Fabelmans (Spielberg, 2022)

POR EL FETT

Steven Spielberg se recupera tras 18 años seguidos de cuestionamientos, y da cátedra de cómo hacer cine mostrando el origen de su amor por el mismo. Brillante “coming of age”, aunque su conflicto maternal luce menos complejo que otros productos similares dentro de esta tendencia de directores en crisis de edad haciéndose “biopics”, la naturalidad y la técnica visual con lo que lo filma, da como resultado un tan crudo como encantador relato de juventud acelerada, patrocinado por este “joven” que ve en el cine, su escape, su arma y hasta el manifiesto de su realidad. Su mejor desde Munich, el cameo que acompaña su secuencia final no solo es un homenaje a su maestro Ford, sino también al maestro de lo surreal que nos acaba de dejar

 

Bonus como actor – Lucky (John Carroll Lynch, 2017)

POR EL FETT

Lucky irónica y/o coincidentemente significó un formidable homenaje a la carrera de Dean Stanton, dentro de un monólogo tan filosófico como cómico sobre la vejez. Suscrito a un cuadro de diálogos formidable y a una interpretación que sostiene todo el argumento, es Dean Stanton y el libreto los que hacen a este pequeño y genial testimonio existencial una excelente cátedra de ritmo a pesar de mantener y repetir sus mismos escenarios, siendo la evolución y el nuevo auto descubrimiento de su personaje el verdadero “escenario” a relucir. Destacable como curiosa es también la participación de David Lynch como un “viejo demente” (cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia). Un manifiesto muy propio de su personalidad.

 

10 – Dune (1984)

POR EL FETT

Fue un desastre, pero aún así en 145 minutos y amarrado de las manos por una adaptación casi imposible, David Lynch supera lo que fue y será toda la trilogía de Denis Villeneuve. No solo tiene un mejor ritmo y lógica interna, sino que dentro de lo accidentalmente malhecha que está, es más creíble dentro de su entorno espacial decadente para dar pie al origen de un Mesías que redima todo aquel despropósito. Así mismo las actuaciones son infinitamente mejores dentro de lo que se podría considerar algo dentro del formato del serie b, alejada de toda pretensión narrativa actual. Ha tomad culto y eso es por una sola razón: es de David Lynch, y es cierto que su tono surreal incluso puede dar libertades creativas que al final se ven como “propositivas” en lucgar de accidentales.

 

9 – Wild at Heart (1990)

POR EL FETT

Es sabido que su servidor aborrece esta cinta, pero David Lynch no lo hizo, y es que fue embelesado por la belleza y potencial de su musa Dern, perdiendo su trasgresión para centrarse únicamente en hacer sobresalir a dicha actriz, olvidándose de todo el entorno y cayendo en una sobre exageración de situaciones que incluso por momentos raya en lo grotesco. Independiente de sus obvios fallos, el Lynch menos Lynch emprende una “road movie” que se ha convertido en un ejercicio de culto para la Generación X, en mucha parte gracias al logro conjunto de haber posicionado a su “Lula” dentro de la cultura pop. Todo, todo gira alrededor de su rubia querida, mostrando que hasta el amor muchas veces puede construir cintas fallidas, pero al final de culto

 

8 – Twin Peaks (1992)

POR EL CINE ACTUARIO

Lo más impresionante al momento de entrar al mundo de Twin Peaks no es el misterio alrededor del asesinato, es un detective extravagante y un pueblo que llega a ser más excéntrico que el caso presentado. El imaginario de David Lynch da vida a uno de los cánones más raros pero atrapantes del mundo de la cultura -pop una, y que crearía una especie de universo que se extendería de la pantalla chica a la grande con excelentes resultados y un poder de adaptación que confirmaba el ingenio y talento de Lynch. Uez que entres a este sitio nada será igual, un lugar donde lo terrenal y lo interdimensional conviven, Twin Peaks es Lynch en todo su esplendor.

 

7 – Inland Empire (David Lynch, 2006)

POR JOSE ROBERTO ORTEGA

Una de esas películas absorbentes que no dejan espacio para un solo respiro. A través de la historia de Nikki Grace (Dern), una actriz en decadencia quien ha obtenido un papel en la nueva película del director Kingsley Stewart (Jeremy Irons como alter ego de Lynch) y se prepara para meterse en la piel de su personaje, Lynch nos regala una historia llena de misterios, en la que es imposible distinguir la realidad de la imaginación. Como adentrándonos en la madriguera de los conejos, la abstracción del pensamiento y la disociación de la realidad se convierten en una experiencia sensorial. Mediante ángulos de fotografía, planos a detalle distorsionados y una edición delirante, se pierde toda lógica y se nos lleva a niveles del subconsciente a los que difícilmente otro director nos podría llevar.

 

6 – Blue Velvet (1986)

POR EL FETT

Tras el fracaso de Dune, Lynch pidió a cambio a De Laurentiis dos cosas: cartera abierta y control total de su próximo film, el cual sería el ejemplo más claro no solo del culto alrededor de su obra, sino del mencionado equilibrio entre el cine comercial y su sello surreal, resumido aquí en una serie de símbolos y comportamientos “random” de sus personajes que caracterizan su oscura percepción (o sátira) hacia la sociedad. Infestada de un suspenso tan exasperante como narrativamente excelso, bañado de una sensualidad casi palpable como la sensación del titulado “terciopelo” (no es casualidad que Rossellini haya sido una de sus musas y conquistas) e infestada de una villanía de antología, este sería uno de las dos joyas de tinte noir en su filmografía

 

5 – Mulholland Dr. (2001)

POR EL FETT

El que trate de encontrarle una explicación ¡buena suerte! En cambio, cuando se acepta a la tercera o cuarta ocasión de apreciar este prodigioso ¿thriller?, que su mensaje no se encuentra en su historia, sino en la sensibilidad de sus personajes, el espectador podrá darse cuenta que Lynch quizá sea el artista fílmico con mayor capacidad de abrirle a la audiencia su mente, o como lo diría el propio William Blake: “las puertas de la (su) percepción”, una de nuevo situada en el abandono de la humanidad y del propio amor, uno tan emocional como artístico. De nuevo Lynch es capaz de mantener la tensión con un noir fascinante, onírico y altamente erótico, resultando también ser una carta crítica al star system y uno de los relatos LGBT más complejos y sensuales

 

4 – Eraserhead (1977)

POR EL FETT

Su opera prima tardaría 6 años en llevarse a cabo. Ganando un premio de 100 mil dólares, la visión de Lynch no se completaría monetariamente, por lo que desde 1971 y hasta 1977, el director tuvo que pedir prestado e incluso hasta vender periódicos para financiar lo que llegaría a ser una de las piezas surreales más icónicas de  todos los tiempos. Alabada por el mismo Kubrick, pudiera ser una proyección de los miedos a la paternidad, pero en realidad y como él mismo lo refiere, es un testimonial de sus miedos más irracionales previo a su etapa fílmica como estudiante y la incertidumbre del porvenir. La criatura, ese bebé grotesco que no para de emitir horrendos sonidos, no es más que el terror a la madurez. Un pedazo de obra maestra.

 

3 – The Straight Story (1999)

POR EL FETT

Irónico, pero cuando David Lynch juega a ser “simple”, es cuando encuentra la mayor profundidad e intimidad no solo con sus personajes, sino con su entorno. Ya lo había hecho desde la parte más dramática con El Hombre Elefante, y antes de que acabara el milenio lo haría de nuevo, entregando una de las mejores y más conmovedoras cintas de los 90, donde a bordo de un tractor para cortar césped y 500 kilómetros que recorrer, tanto Farnsworth (tremenda actuación del veterano actor) como Lynch logran transmitir una tremenda y ágil sensación de paz y redención fraternal, coronados con una secuencia final que surte un efecto tan catártico como onírico en la fracturada relación de aquellos dos hermanos. Fabulosa y elegante road movie

 

2 – The Elephant Man (1980)

POR EL FETT

Su película más convencional es quizá también su más relevante en mucha parte gracias a John Hurt, el cual brinda una de esas imborrables y estremecedoras interpretaciones en la historia del cine. Lynch se encarga de manera catedrática de cuidar dicho baluarte, con una puesta en escena muy pulida y más compleja de lo que parece, pues desde los decorados hasta su atmosfera, la narrativa de Lynch se encarga de comunicarnos que “El Hombre Elefante” no pertenece a ese lugar, encausando un destino tan sensible como trágico que se respira en el entorno y se simboliza en la deformidad de Merrick. Es impresionante la madurez y el dominio directivo de Lynch en cada cuadro y secuencia, a pesar de que este fue apenas su segundo largometraje.

 

1 – Lost Highway (1997)

POR EL FETT

Quizá no es “la mejor”, pero el primer contacto que tuve con Lynch merece la primera posición debido no solo al perturbador impacto que tuvo en mi (in)consciente, sino que también con el paso del tiempo (y una mejor oportunidad de análisis) me di cuenta que este noir exhibe y conglomera todos los elementos de su filmografía de una manera tan evidente como absorbente: la narración no lineal, el libre albedrío en cuanto la percepción sobre un relato que engloba el “libre albedrío”, las relaciones, la hipocresía, la criminalidad, el cine negro, el suspenso, la música y el erotismo. Lost Highway se convirtió a la larga no solo en una cinta de culto, sino también en uno de los últimos himnos – hitos de la generación X

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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