De la Peor a la Mejor Película de Predator (Depredador)
Creado por los guionistas John y Jim Thomas, el “Depredador” (Predator) apareció por primera vez en la cultura pop de la mano del cine en 1987, cuando John McTiernan usara a este alienígena para iniciar su posicionamiento como uno de las leyendas directivas del subgénero de acción (en este particular caso congeniándolo con ciencia ficción), un año antes de su confirmación en dicho rubro con Die Hard.
Entre las principales características desarrolladas originalmente por los Thomas, The Predator es en un cazador espacial de forma humanoide que gusta de viajar en planeta en planeta matando especies por reto y a manera de deporte y/o entrenamiento. Equipado con camuflaje y armas de energía, el depredador también ha mejorado su visión termográfica a base de su tecnología, ampliando su espectro visual y captando el calor de sus presas, entre las que se incluyen xenomorfos y humanos principalmente.
A raíz del éxito y expansión de su mito en más de una veintena de comics, novelas, videojuegos y por supuesto secuelas y crossovers, el Depredador se ha instaurado como un personaje de la cultura pop de 4 décadas, conociendo ahora dentro su universo su plantea, religión, clases sociales y guerreras y principalmente su código de honor, haciéndolo durante todo este tiempo un personaje de tintes anti y heroicos, incluso asociándose con el humano para vencer una amenaza mayor.
Por otra parte, es lamentable que a pesar de poseer un universo tan rico, además de McTiernan y los Thomas en una primera corrida, nadie haya sido capaz de dignificar su estatus en el cine (¿hasta ahora?), con secuelas y crossovers faltos de originalidad, torpes en su desarrollo y hasta accidentalmente cómicos, en muchas ocasiones rayando en cine serie b o hasta el calificativo de cutre. A pesar de que ha habido algunos destellos más amparados en secuencias que en las propias películas, El Depredador por lo general ha sufrido durante 35 años de la ineptitud de cineastas y guionistas que en su afán de rehacer su mito fílmico, han cagado bodrios infumables, llegando al límite también de empeorar su otra saga “simil” en estatus y pobres condiciones cinematográficas, la de Alien.
Con el estreno de Prey, repasemos de la peor a la mejor película del “Diablo cazador de Hombres”, incluyendo los crossovers y por supuesto la más reciete mencionada.
Alien vs Predator (Paul W.S. Anderson, 2004)
Alien vs Predator – Requiem (The Brothers Strause, 2007)
Una pila de escombro fílmico que llegó a ser calificada como una de las peores mini sagas del cine SF. Tomando al Alien como la amenaza a vencer, la primera contiene elementos de la saga del xenomorfo que funcionan como trampas ancestrales en el interior de una pirámide, donde se libra una batalla entre depredadores y aliens, y donde estos últimos guardan una “Madre” que los cazadores aprovechan como rito de iniciación. Sobra decir que las actuaciones paupérrimas son aderezados por un arco narrativo falto de ritmo que solo mantiene atento al incauto espectador gracias al morbo de ver como vuelan tripas extraterrestres por doquier. ¿La segunda? Un bodrio de proporciones apocalípticas que supone un híbrido Alien – Depredador como amenaza
The Predator (Shane Black, 2018)
Qué lástima lo de Black, director que comenzó su carrera en el cine participando como actor en la original Predator (él fue el primer soldado caído Hawkins) y que había coleccionado ya un currículo elogiable en los rubros del noir y la acción. La nueva versión es una salvajada de sandeces que conglomera todos los excesos de la franquicia, desde la falta de estructura hacia las clases de Depredador y demás criaturas, hasta el pobre, muy pobre desempeño histriónico que raya en lo cómicamente desagradable, con personajes y motivos incoherentes que nunca llegan a encajar en una edición y ritmo confusos. A destacar solamente algunos elementos nostálgicos como la música original, ciertos diálogos y un par de buena secuencias de acción donde hace lucir al Depredador como nunca antes
Predator 2 (Stephen Hopkins, 1990)
Parece que los Thomas agotaron su creatividad cuando quisieron repetir la fórmula del 87, solo que en lugar de una jungla sudamericana, trasladaron al Depredador a una de asfalto. Aunque la propuesta no es del todo mala (un detective se da cuenta que la banda criminal a la que persigue está siendo ferozmente exterminada), mucho del problema recae en el director Hopkins, con un ritmo desdeñable y un formato que a diferencia de la primera, optó más por irse al cine serie b, con un bajo presupuesto que al final afectó el resultado, preocupados más por la sangre que por la historia. Cabe resaltar la secuencia final, la cual comenzó la expansión del universo Depredador al mostrar el interior de su nave con varios de sus trofeos (entre ellos la cabeza de un alien).
Predators (Nimrod Antal, 2010)
Posiblemente uno de los gusto culpables de muchos (incluido yo), hay que aceptar que Antal al menos guardó más compostura y calidad en la inclusión de referencias y homenajes no solo a la cinta original, sino a todo el universo expandido que ya tenía bastante de haber comenzado su desarrollo. Hay dos factores que la hacen por momentos una digna secuela: ese halo de misterio que se mantiene sin origen de principio a fin, en un juego espacial donde un grupo de letales mercenarios cae en el planeta inhóspito para ser cazados; el segundo, las actuaciones, teniendo a un cuadro que incluye a un par de histriones capaces de tener mayores registros que todos los inmiscuidos en los 35 años de vida de la saga. Muy entretenida (y no tan mala)
Prey (Dan Trachtenberg, 2022)
A pesar de que el guion por muchos momentos suele ser torpe en su manejo de varios “deus ex machina” y un anticlímax muy forzado, uno de los contextos que regula dichas fragilidades es el exponer a este juego de cazador – presa como dos seres en pleno crecimiento y desarrollo de sus habilidades, lo cual no solo equilibra el aspecto tendencioso, sino que también otorga cierta credibilidad a su empoderamiento. Así mismo hay que destacar la dirección de Trachtenberg que aunque es cómplice en ese pobre final, es por su mano narrativa que la cinta alcanza excelentes picos de suspenso y acción. El entorno en el que se desarrolla también justifica los pobres argumentos de sus detractores en cuanto a la inadecuada comparación de héroes
Predator (John McTiernan, 1987)
Lo que hace a Predator una excelente cinta es el truco narrativo que combina a una explosiva trama de acción bélica con otra de sobrevivencia y slasher con tintes de ciencia ficción. Podemos confirmar así el uso del llamado recurso narrativo mcguffin, el cual en este caso se refiere a la sub trama en la guerrilla guatemalteca, mera excusa para además de servir como tiempo de estructuración a los personajes, principalmente conlleva a una introducción misteriosa y sigilosa de la verdadera amenaza… un extraterrestre cazador de trofeos. Con Predator McTiernan se denota como un joven sediento por encontrar un estilo propio, ágil en la impresión de suspenso y sobre todo arriesgado en el planteamiento directivo de la una historia de dos tangentes distintas.
4 Comments
El factor que hace que las secuelas de Predator sean malas es que la primera cinta derrochaba tanta testosterona que hasta una supermodelo salia con bigote de cine… y esa falta de machismo mato incluso hasta a la secuela mas reciente.
De acuerdo con usted estimado. Solo al ver la estrechada de manos mas macha de la historia me hizo que me creciera pelo en pecho
Depredador 2 hubiera estado mil veces mejor si María Conchita Alonso, cual si fuera una noche de copas (una noche loca) hubiera salido en poca ropa mientras Rubén Blades interpretaba Pedro Navajas.
Jajajajaja definitivamente