De Naturaleza Violenta: La creatividad de deconstruir un slasher.
Existen convencionalismos en el cine de terror que todos, fans del género o no, conocemos y detectamos al instante. No es algo necesariamente malo, ya que constituyen la base de las historias que amamos y disfrutamos observar; aunque, como todo, el abuso de ellos se traduce en cliché: la repetitividad aburre, y la falta de ingenio se convierte en una suerte de condescendencia, que trata al espectador como un número más para generar ganancias en lugar de ofrecerle algo digno de quien se considera fanático. Así fluctúa el horror en sus películas, a veces cayendo en lo monótono, y en otras entregando hechuras dignas de revisión.
Hoy tenemos en cartelera una cinta que, si bien se erige en las características del slasher, aprovecha para hacerlo bajo un lente distinto. ‘De Naturaleza Violenta’ es la aparición de Johnny (Ry Barrett), un ser que ha renacido debido a que un grupo de jóvenes ha hurtado un collar que le pertenece. Cuando encuentra la cabaña en que estos muchachos están quedándose, no dudará en tomar venganza de cada uno hasta conseguir de vuelta el preciado objeto que le ha sido arrebatado.
Por supuesto que ya desde la sinopsis puede adivinarse de qué va ‘De Naturaleza Violenta’. Es más, hemos visto esta trama en un sinfín de largometrajes previamente, incluso en sagas que nos han regalado asesinos icónicos… pero la manufactura de esta realización logra resaltar por su cuidadosa originalidad. El director Chris Nash sitúa esta matanza en Ontario, en el bosque donde creció y conocía a detalle, y el cual decide utilizar para retratar planos largos de preciosos cielos y tranquilos lagos para darle a Johnny espacios amplios en los que persigue a sus víctimas. La cinematografía de Pierce Derks camina tras él la mayor parte del tiempo, colocándonos en su punto de vista, con lo que se acrecienta la emoción en el público por ver su siguiente acción. Uno de los detalles más valiosos es justo ese: No hay necesidad de un solo jumpscare porque nuestro villano nunca se oculta ni surge sorpresivamente, mantiene un andar expuesto y resuelto sabiendo que su tamaño e intimidación le tienen ya ganado el juego.
Porque eso sí, en ‘De Naturaleza Violenta’ el gore es garantía y puede preciarse de ser el elemento más divertido y mejor ejecutado de la película. Sin una sola palabra y sin música que nos anuncie nada (otro de los aciertos es la ausencia de score), Johnny posee formas creativas y efectivas de exterminar, que se muestran en primeros planos, saciando la sed de sangre de la audiencia. El guion, también escrito por Nash, cumple con darnos lo más básico de los personajes y eso es idóneo, ya que, al no empatizar lo suficiente con ellos, permanecemos del lado malévolo del filme, engolosinándonos con muertes en el agua, en el follaje, en el aserradero, y una muy especial y bastante memorable en lo alto de una colina. Para quienes gustan de estas escenas, se cumple la promesa de un agradable festín.
Estrenada en el Festival de Cine de Sundance y con una secuela ya confirmada, ‘De Naturaleza Violenta’ es una ópera prima osada, que deconstruye preceptos a los que estamos acostumbrados y elige tomarse su tiempo -muy en el ánimo de slow cinema– para crear miedo y desasosiego, de la mano de un ser zombie de rostro aterrador con estatura infinita, cuya motivación es tan sencilla que hasta se convierte en moraleja: no te lleves que no te corresponde, o podrías pagarlo salvajemente.