Deep Water: Un Thriller erótico ahogado y cochino
Estar en ritmo, para todo ser humano en cualquier ámbito es vital y necesario para conservar la calidad de su desempeño en el área que se esté desenvolviendo; en el caso de los directores, guionistas y en general los artistas, de vez en cuando ausentarse un tiempo quizás sea la clave para encontrar un nuevo estilo y/o nuevas ideas, aunque tal vez hacerlo por un periodo considerable no le funcione a todos. Ese fue el caso de Adrian Lyne, que el tomarse un respiro tan largo le ha pasado factura; el padre del thriller erótico anglosajón ha dado un desempeño tan fatal y de tanta pena que muchos hubiéramos optado porque se quedara en la jubilación.
Un guion sacado de las aguas más sucias
Deep Water cuenta la historia de un hombre que permite que su esposa tenga relaciones con otros hombres para conservar su matrimonio y posteriormente asesinarlos, y en esa línea se puede resumir toda la historia porque es demasiado vacía.
No hay un desarrollo de los protagonistas principales y nunca se expone la motivación del porqué están juntos, ni un contexto psicológico del porqué el marido permite que su pareja lo engañe, ni la razón interior de porqué Melinda prefiere estar con otras personas, no se construye un perfil de ninguno de los dos, convirtiéndolos en automático en una pareja demasiado descafeinada. Si bien por momentos intenta establecer alguna referencia o marco, este nunca se concreta y se pierde en un mar de secuencias innecesarias. Por consecuencia, la historia y la trama no importan ni generan un interés, haciendo que el supuesto “suspenso” que quiere construir se sienta artificial.
Otro problema es que intenta ser un “thriller” cuando prácticamente el enigma ha sido revelado a los primeros 5 minutos en palabras de protagonista, para posteriormente hacer malabares tipo “es broma, pero si quieres no lo es” para intentar generar un suspenso. Es tan obvio que Vic ha matado a los amantes, que dicha motivación ya no se puede ocultar por un guion que recurre a tratar a casi todos sus secundarios como una bola de idiotas para intentar volver a revivir la “intriga”. En lugar de impactar, Lyne termina por desesperar el grado de la estolidez y coherencia, que hasta la niña sabe que el padre asesina a los amantes de su mamá, ¿Cómo pretendes hacer un thriller cuando tú mayor misterio hasta lo puede indagar un personaje de 5 años?
Añadan que el guion desarrolla torpemente sus situaciones e incluso el final no modifica el estatus de estos individuos, concluyendo en el mismo lugar que comenzó; incluso los conflictos son cíclicos: pues comienzan con Vic permitiendo que Melinda tenga un amante, el amante es espantado por Vic o en el caso extremo lo mata, Melinda se enoja con Vic, todo el pueblo actúa como pendejo, y vuelve a comenzar la siguiente historia, sin ni siquiera una evolución, aprendizaje o involución, todo se mantiene en el mismo “status quo”, lo cual termina por ser fastidioso.
Falta de ritmo
Como boxeador retirado que al volver se encuentra atrofiado, el ritmo de la película y de Adrian Lyne es demasiado lento en el primer acto, tardando demasiado en desenvolver el supuesto “misterio” (mal planteado). Tampoco existe una voluntad de construir a sus personajes desde la trinchera de la dirección, pues la primera hora es una completa pérdida de tiempo.
Pasando este lapso el director se acuerda que tenía que desarrollar una historia desde el terreno de la edición y lo visual, sin embargo ya para cuando esto ocurre probablemente el espectador haya perdido todo interés en la trama y sus personajes. Esto por supuesto que es responsabilidad de la edición y del director, por no manejar adecuadamente sus elementos, por perder el tiempo con detalles innecesarios y por no intentar acortar una historia que desde el minuto 10 te pide que le “pases tijera”, añadiendo a que la articulación de las secuencias está pesimamente mal elaborado prácticamente encimando los fotogramas sin dar pausas, espacios ni tiempo a que se desenvuelvan o finalicen.
Si bien la fotografía tiene algunos encuadres interesantes, estos poco aportan a la narrativa de la cinta, y si bien hay algunas imágenes eróticas, estas al no gozar de contexto narrativo las convierten en elementos ornamentales superficiales y terminan por crear una atmosfera aún más banal.
Ben Affleck y Ana de Armas
Lo único quizás rescatable de esta cinta, sea la química entre Ben Affleck y Ana de Armas. Sin ser buen actor, el primero interpreta a un personaje acorde a su perfil (vacío y poco expresivo), y la segunda simplemente hace lo que puede y lo que le piden con un papel tan escueto y superficial ¿encuerarse?
Calificaciones
Guion: 0.9 – Pocas cosas rescatables
Dirección: 1.2 – Fuera de algunos elementos en su fotografía cuenta, su pésimo ritmo y edición la hunde.
Actuaciones: 1.5 – Tanto Affleck como Armas hacen lo que pueden con estos papeles.
Extras: 0.3 – Banda Sonora sumamente genérica sacado de una caja de ritmos.
Calificación: 3.9 – Horrible
Deep Waters termina siendo la demostración de que si un director permanece tanto tiempo alejado de las pantallas puede perder bastante ritmo, y si este lo acompaña un guion espantoso, puede terminar hundiéndolo en aguas demasiadas profundas.
Al final esta película no esta muy lejos de ser sensacionalista, pues intenta utilizar un elemento escatológico como el erotismo para intentar justificar un guion pobre y una dirección errática. Para hacer estas cochinadas mejor quédese en su casa señor Lyne.