Demon Slayer: El Castillo Infinito – Amor para su fandom
En años recientes el anime ha tomado otro lugar en la cultura actual, pasando de ser para gente rara, de nicho, a ser uno de los medios de entretenimiento más grandes en el planeta. Este es el caso de Demon Slayer, que ha roto todos los paradigmas para la animación japonesa, siendo aceptada en todo el mundo, rompiendo cada récord que se cruza por su camino, y con su próxima alineación de películas y su transmisión en televisión abierta llegando en los próximos años, toca revisar el porqué está siendo un éxito el comienzo de su final.
Demon Slayer nos sitúa en el Castillo Infinito, una fortaleza donde se resguardan todos los demonios y donde se encuentra el rey de estos, Muzan Kibutsuji. Empezando justo después de la última temporada, entramos a este arco narrativo, donde a través de distintas perspectivas nos contarán los últimos arcos del Anime.
Comenzando con toda la Compañía de Cazadores cayendo a la fortaleza, el objetivo principal es eliminar de una vez por todas al rey de los demonios, ya que busca activamente a Nezuko, hermana de nuestro protagonista Tanjiro Kamado, esto debido a que es la único demonio que puede soportar la luz del sol (Dinámica similar a la de los vampiros) y Muzan la quiere absorber para convertirse en el demonio definitivo.
Demon Slayer cuenta con una animación espectacular, algo que se mantiene desde la serie, sin embargo aprovechan el formato para explayarse y poder dar un festival de luces y movimientos a cada minuto posible, junto con un soundtrack que hace que cada escena se viva de manera única.
Sin embargo, para público general tiene varios aspectos negativos, siendo el principal el que no explica absolutamente nada sobre la historia del anime, desde un principio se asume que has visto las 4 temporadas y su anterior película (Demon Slayer: El Tren Infinito) y no se dará el tiempo de contarte por qué sucede cada situación.
Otro de los puntos negativos de Demon Slayer que, reitero, solo aplican al público que no la ha visto, es el hecho de que puede parecer repetitivo sino es que hasta tele novelesco el cómo te dan contexto durante las peleas, explicando los movimientos y como es el trasfondo de cada personaje, haciendo que personas que la vengan a ver sin haber visto previamente el anime se sientan confundidas y no logren disfrutar por completo la película más allá de la animación.
Esta es una situación común en el anime, pues son obras que van 100% dedicadas a sus fanáticos y no buscan captar un público nuevo, y los que se terminan viendo atraídos tienen que empezar de 0, de lo contrario, no se disfruta de la misma manera.
Demon Slayer: El Castillo Infinito es la primera película de la trilogía que marcará el final del anime, donde no solo el castillo, si no la espera también será infinita, ya que están “Supuestamente” programadas a salir en 2027 y 2029, esto debido a que se publicará el anime en televisión pública, donde añadirán material adicional lanzándose en 2026 y 2028.
Demon Slayer es una película preciosa, desgarradora, que de verdad demuestra que las películas pueden ser contadas no necesariamente con actores o con live action, que muestra que no toda la animación es infantil, y que para mí marca el inicio de una nueva generación para las películas de animación.