Desde Twitter: Las Razones del Corazón
Nuevamente nuestro estimado Israel Jacob nos hace llegar desde México D.F. la reseña y crítica de la última película de Arturo Ripstein, el afamado realizador mexicano que si bien no fue bien recibido con su último film en 2009, en este año intenta redimirse con Las Razones del Corazón.
No hace falta más que agradecer y mencionar que es todo un honor contar con esta participación del certificado traductor de la Universidad de Cambridge y orgullosamente chilango, recordándoles estimados cinéfilos que esta sección recibiremos y publicaremos todas las críticas que nos hagan llegar ¡Gracias!
Las Razones del Corazón
Por Israel Jacob
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Hay que decirlo, cuando se exhibió “El Carnaval de Sodoma”, más de uno levantamos las cejas, la penúltima entrega de Arturo Ripstein había sido una cinta errática, excesiva y vulgar; hasta sus más fieles seguidores nos preguntamos si el prominente director había iniciado su caída en picada. Era claro que el Carnaval… había servido de válvula de escape, fue un mal año para el director, se veía frustrado y enojado, y lo obvió saturando de color su coraje, humilló a sus actores a través de personajes indignos y muy a su estilo, arremetió contra México mediante el personaje “La Patria” (aunque después dijera que “cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia” en una conversación con Pedro Antonio Valdés).
Ahora filmada en blanco y negro, Ripstein nos trae “Las Razones del Corazón”, una adaptación personal de Madame Bovary. Todos los símbolos del director están presentes, Paz Alicia Garciadiego, diálogos cortos fincados en el folclore mexicano que son por sí mismos imágenes rebuscadas e increíblemente descriptivas (“…me dejan aquí, como trapo deslavado”), y por supuesto Patricia Reyes Spíndola.
Arcelia Ramírez (La Mujer de Benjamín) es Emilia, quién se siente atrapada, la felicidad que ofrece una posición clase mediera mexicana venida a menos la ahoga, quiere más, no sabe cómo, no sabe qué, pero quiere más… más amor, más dinero, más tiempo. Es una mujer cuyo entorno se desquebraja a pedazos, los muebles de su casa delatan un pasado mejor y como elementos de contraste, el televisor de leds, estéreo de diseño contemporáneo y tarjetas de crédito que apuntalan una vida que se cae a pedazos, que compran felicidad vana tan instantánea como efímera, cuentas de vidrio cuyo destello únicamente sirven para distraer un amargo fin que se acerca incontenible, perverso, degradante. Y ahí está Emilia, que reconoce su cuerpo, pero no en su alma, se toca, palmo a palmo, se perfuma los pezones y sale a suplicar, a mendigar, a humillarse por amor, no importa de quién, no importa cómo, está dispuesta a comprar con dinero prestado todo lo que el dinero puede comprar.
Ahí está Emilia, que destruye todo, que arrasa todo hacia su gran vacío existencial como un hoyo negro, culpa a todos por su desgracia, de su destrucción, es víctima y victimario. En el mundo de Arturo Ripstein, Plutarco Haza (Hijas de Su Madre: Las Buen Rostro) no tartamudea, es Javier, el marido pasivo que provee, que ama, que suporta y al final se sacrifica. Isabel “Isa” (Paola Arroyo) es la hija que representa la fuerza de gravedad que pone el pie de Emilia en la tierra, que reclama atención, amor, caricias, recipiente de la amargura de su madre, la hija condenada por su madre. La violencia de Ripstein no es activa, es un cuchillo que no duele al entrar, es cálido y a veces hasta placentero, porque sus personajes elijen sufrir; sus películas siempre dejan una sensación de que, aunque no nos veamos retratados en sus personajes (pocos pueden decir que han llegado a lamer la sábana del ser amado, suplicando, gimiendo por amor), algo anda mal en el mundo, en nuestro país, en nuestras vidas.
No creo que sea casualidad que la primer escena sea una especie de continuación de “Así Es la Vida”, y que Reyes Spíndola, “Doña Ruti”, (“Todos Hemos Pecado”) nos recuerde “La Perdición de los Hombres”. Ripstein desea dejar atrás el Carnaval…, sabe que fue una obra innecesaria, que su genio le permite regresar siendo el mismo y renovado a la vez con su obra más teatral. Desea provocar a su público y seguro que nos hará sentir un nudo en el estómago y salir en silencio de la sala, sin saber si sus personajes son producto de un sueño, de su imaginación o una mera metáfora.
Las razones del corazón se presenta la semana del 13 al 17 de Noviembre en el marco de la 53 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca.
2 Comments
Se ve muy buena, la buscare y me pondre a llorar despues de verla..