Divergencias Cinematográficas: La Zombie-manía
Sean bienvenidos a este nuevo duelo cinematográfico. En esta ocasión centraremos nuestro estudio en un fenómeno mediático que ha llegado para quedarse: Los zombies y el apocalipsis que traerán consigo cuando aparezcan en ordas interminables.
Desde sus orígenes la humanidad ha dado origen a diversos mitos para explicar lo que no comprende. Es así que a la par de deidades creadoras y benefactoras surgen criaturas malignas y destructivas. A la interminable lista de seres imaginados de ultra tumba nacidos para la destrucción de la humanidad hemos de incluir a los muertos vivientes, que en su versión más extendida son conocidos como zombies.
El vampiro es también un muerto viviente, un ser fallecido vuelto a la vida, que en su calidad de monstruo nocturno y hematófago es la encarnación del miedo inherente del hombre a la oscuridad de la noche y del significado simbólico que la sangre tiene en diversas religiones. Estos seres retienen su conciencia y gozan de podereses sobrehumanos, y en la mayoría de los casos de gran belleza (por favor, no contar a las hadas brillantes de Toilet… digo, Twilight). No así el zombie, que es un cuerpo muerto reanimado, privado de consciencia y de voluntad que además tiene el aspecto y obvio el hedor de un cadáver putrefacto. Al vampiro se le admira, mientras que al zombie se le teme.
El zombie, tal cual se le conoce actualmente, tiene su origen en el vudú, un muy complejo sistema de creencias resultado del sincretismo entre religiones del África subsahariana y el catolicismo. En síntesis, se dice que el zombie es el cadáver reanimado de una persona cuya alma es aprisionada por un hechicero denominado bokor, quien intencionalmente ha creado al zombie por iniciativa propia o inclusive por encargo de enemigos de la víctima, para usarlo en la mayoría de los casos como esclavo en labores que un humano no resistiría.
El cómo el zombie pasó de ser un esclavo sin alma a un cadáver putrefacto ambulante, siempre hambriento de carne humana, es poco comprendido pero bien el cambio puede haber sido iniciado por la película Night Of The Living Dead (George A. Romero, 1968), clásico de terror que ciertamente estableció la estética del zombie actual: Un cadáver descompuesto, muchas veces mutilado y antropófago. Si bien esta película y sus secuelas son pioneras en cuanto a la populariación del no-muerto fuera del contexto fantasmagórico o vampírico, atribuir a un producto de entretenimiento específico la aparición de la zombie-manía que hoy vivimos es imposible.
El cine, que tanto amamos, no podría haberse mantenido ajeno a la zombifilia que hace las delicias de innumerables fans. La lista de películas que además de la mencionada obra de Romero tienen al zombie como su protagonista es interminable, al igual que la presencia del no-muerto en otras formas de entretenimiento. Videojuegos (saga Resident Evil hasta Plants vs Zombies), Cómics (The Walking Dead y su celebrada adaptación televisiva, pasando por Fanboys vs Zombies), libros enteros dedicados al tema (Orgullo y Prejuicio y Zombies, sin olvidar las guías de supervivencia en caso de un brote zombie masivo)… la lista es tan grande como las ordas de zombies que los entusiastas del tema anhelan aparezcan algún día.
Si bien el tono y la calidad de las obras dedicadas a los zombies varían, es de recalcar el hecho de que la inmensa mayoría de éstas coinciden en un punto específico: Un agente infeccioso da origen muertos vivientes antropófagos que diezmarán a la humanidad o están por hacerlo y la trama se centrará en los intentos de los supervivientes por permancer con vida. Toda explicación sobre natural, como lo es el zombie en su concepto original, es eliminada. Son muy pocas las obras que ofrecen un panorama distinto.
No soy detractor de la zombie-manía, tampoco soy fan, así que buscaré analizar cuál de los dos conceptos es más coherente y sobre todo cúal de ambos plantea un panorma más aterrador. Para esto elegiremos la película más reciente que representa al fenómeno zombie con apego al popular concepto epidémico (World War Z, Marc Foster, 2013) y la saga fílmica que propone un origen distinto para el no-muerto (Saga REC, Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007-2012, a concluir en este 2014).
Caso 1.
Zombies infecto-contagiosos: World War Z
Basada sólo parcialmente en la novela homónima de Max Brooks, publicada en 2006. Para disgusto de los fans del libro, que narra a modo de entrevistas los eventos de una guerra mundial en contra de una epidemia de no-muertos, la película nos cuenta justamente, en tercera persona, el inicio de esta guerra.
Gerry Lane (un excelente Brat Pitt, a decir verdad), antiguo agente de la ONU, parte en un azaroso viaje por el mundo con la finalidad de detectar el origen de un virus letal que ha dado origen a ordas interminables de muertos vivientes, seres privados de voluntad y conciencia pero siempre hambrientos, que lejos del torpe y lento zombie mutilado conservan prácticamente íntegra su fortaleza física inicial. La detección de este virus es la clave para la creación de una vacuna.
Aquí no hay zombies torpes que deambulan a trompicones, sino ordas que no dudan en formar pirámides con sus cuerpos para alcanzar grandes alturas para trepar muros o hasta acercarse a aeronaves en vuelo y que corren sin parar, al parecer incansables. Abrumador y claustrofóbico, ciertamente.
Diversos eventos llevarán a Lane a descubrir dos hechos claves: El primero, que los gobiernos de ciertos países tenían conocimiento previo de la plaga antes de que esta se convirtiese en pandemia, al haberse creado zonas de seguridad. El segundo, que los hambrientos y escalofriantemente veloces zombies ignoran a seres humanos enfermos.
Lane desarrolla la hipótesis de que los no-muertos evitan a seres humanos enfermos pues éstos no serían hospederos (*) adecuados para la replicación del virus. Viéndose atrapado en una instalación científica de la OMS y rodeado de zombies hambrientos, comprueba su teoría al inyectarse un patógeno letal pero curable, lo que lo vuelve “invisible” para los no-muertos que lo han rodeado. Habiéndose reunido con su familia y compartido el conocimiento adquirido, establece que la guerra no ha terminado pese a que las fuerzas armadas mundiales han sido inoculadas con patógenos que los vuelven indetectables para los zombies y están listas para ejercer una ofensiva final. La mesa para una o más secuelas está puesta.
Con un guión ágil y coherente, la película cumple como un efectivo divertimento dentro del género apocalíptico y zombie que es tan gustado en la actualidad. Goza de actuaciones correctas para el género y ciertamente se deja ver de una forma disfrutable. Un éxito de taquilla que ha asegurado dos secuelas, aun y cuando su alejamiento de la novela en que se basa haya irritado a los fans de ésta.
(*) Un error común al trasladar textos médicos del inglés al español consiste en traducir “host” como “huésped”, cuando ciertamente significa lo contrario. La traducción correcta es “hospedero” o bien “anfitrión” para referirse al organismo viviente que da alojamiento a otro ser vivo, que es justamente un “huésped”. La mala novela de Stephenie Meyer, con su aun más mala película, “The Host”, debió llamarse la “Hospedera” o “Anfitriona”… para fracasar aun más en la taquilla, jajajaja.
Caso 2
El no-muerto infernal: Saga REC (REC, REC 2 y REC: Génesis)
Historia española del género de horror, basada en una historia original que ha generado tres películas y una cuarta a estrenarse este año, además de un cómic a modo de precuela. Narrada en el disfrutablemente tétrico, aunque ya gastado, formato de falso documental o found footage. Buenos ejercicios cinematográficos que dieron lugar a remakes estadounidenses que, por otra parte, se alejan del concepto original que detallaremos más adelante.
A través de “grabaciones reales”, nos enteramos del surgimiento de una epidemia capaz de afectar humanos y animales, que produce en sus víctimas ira y hambre incontrolables. Iniciamente en un edificio de apartamentos en Barcelona y posteriormente durante una boda, observamos la transformación de seres humanos en criaturas hambrientas carne humana y que al igual que en World War Z retienen su fortaleza física inicial, aunque sin distinguir personas sanas o enfermas previamente.
La cuarentena impuesta por las autoridades sanitarias sugieren que es un agente infeccioso el origen de este mal. Sin embargo, más adelante nos enteramos que este brote de no-muertos tiene un origen sobrenatural, tan terrorífico como descabellado.
Por datos revelados en las películas y en el cómic precuela, conocemos al creador de esta plaga endemoniada. Tristana Medeiros, una niña portuguesa que fue poseída por un demonio sin nombre luego de haber sufrido una violación múltiple por parte de los sacerdotes a quienes servía en labores domésticas. Tras haber sido causa de numerosas muertes, es trasladada a Barcelona por un sacerdote enviado por el Vaticano, quien realiza en ella experimentos a fin de descubrir las bases biológicas de una posesión diabólica. El resultado fue el surgimiento de una suerte de virus infernal a través del cual el demonio que ha poseido a Tristana, o bien ella misma (hecho aun no aclarado) es capaz de replicarse y extenderse hacia otros seres vivientes, a quienes controla a distancia. La monstruosa Tristana, convertida en un horrendo ser deformado tras las vejaciones de que fue objeto, se revela al capturar a la reportera Ángela Vidal (la hermosa Manuela Velasco ), protagonista de la primera película y por lo visto de la futura cuarta parte, y más adelante mediante el reflejo de los zombies en espejos en la tercera película.
Los muertos vivientes, que sangran espontáneamente, lucen como cadáveres en etapas iniciales de descomposición y parecen ser presas de una fiebre intensa, se revelan vulnerables a los rezos y a los elementos religiosos. Tras el fracaso para contenerlos, en la tercera pelicula, podemos enterarnos de que el aumento en poder del demonio en posesión de Tristana es el origen, el génesis, de una invasión masiva de demonios, que se han liberado de sus ataduras.
Con altibajos y momentos de humor involuntario, principalmente en la tercera parte (que se aleja del formato de falso documental para incorporar filmación tradicional), la saga es efectiva en su cometido de causar terror. Los filmes que la componen son buenas muestras del llamado Spanish Horror, junto con Los Otros o El Orfanato, que incluso tuvo su parodia condensada llamada Spanish Movie. El veredicto final en cuanto a calidad cinematográfica y argumental está pendiente, por supuesto, hasta concluida la saga este año.
Conclusión
Ambas obras son buenas y cumplen en su género específico (Acción y Ciencia Ficción y Horror para WWZ y REC, respectivamente). Ciertamente su formato y objetivos difieren por lo que una comparación entre ambas propuestas, en términos de calidad, no se antoja factible. Analizaremos entonces la conceptualización del no-muerto en sí más que su ejecución en el celuloide.
Cierto, WWZ es un relato de ficción que no se propone apegarse a la ciencia, mas ésto no la priva de varios absurdos que a su vez son comunes en todo el concepto del zombie contagioso: Se sabe que reanimar un cuerpo muerto es imposible y resulta aun más inverosímil que ésto se logre con un virus, que en sí tampoco es un ser viviente. Un virus, a groso modo, es una partícula de DNA o RNA cuberta por proteínas que es capaz de reproducirse al atacar células, inyectarles su material genético, destruirlas y más adelante liberar innumerables copias del virus, que repetirán cada una el proceso. No es un ser viviente ya que no cuenta con funciones biológicas y por lo tanto no puede generar vida. Resulta igualmente poco creíble que un corresponsal tenga la respuesta a una cuestión científica que a su vez es monitorizada por expertos, y es claro que siendo un virus una partícula infecciosa no viva la necesidad de individuos sanos y fuertes para su reproducción es incoherente.
Pero más allá de estas inconsistencias, siempre presentes en relatos de ficción, el hecho que diluye el impacto emocional y el miedo que pueda generar un brote zombie es precisamente su origen infeccioso: En la época actual, con los avances en materia de salud, si el rival a vencer es un agente patógeno éste tarde o temprano será eliminado o al menos contenido. Hoy son pocas las enfermedades infecciosas incurables y la inmensa mayoría de ellas son contenibles. Inclusive la terrible Peste Negra se auto contuvo en su momento. Y es que no hay mayor miedo que la desesperanza, y sabiendo que el causante de esta plaga de muertos andantes es un agente patógeno mundano el apocalipsis zombie parece lejano… será contenido mucho antes.
Pasando a REC, es claro que su premisa se antoja disparatada pues en el contexto de una posesión demoniaca, evento sobrenatural y por ello alejado de toda cuestión científica, buscar aislar un agente patógeno o comprender sus “bases biológicas” es totalmente incongruente. Es buscar lógica en donde no la hay. A esto hay que sumarle que es la enésima historia de ficción que culpa a una institución religiosa de ser artífice del mal, alejándose de la zombie-manía infecciosa pero sumándose a la moda anti-católica, tan extendida actualmente.
Aun con estos absurdos, me inclino por el concepto de REC como el más terrorífico en el contexto de un brote zombie, precisamente por desesperanzador. No tenemos que vérnoslas con un agente infeccioso que tarde o temprano será identificado, aislado y eliminado o contenido, si no con seres cuyo origen y características están más allá de nuestra comprensión. A un virus se le trata con antivirales, a un hongo con antifúngicos, a una bacteria con antibióticos y a una toxina con antídotos…pero ¿a un demonio-extraterreste- ser interdimensional o como gusten sus mercedes llamarle? ¿Qué hacer ante una amenaza que la ciencia no pueda explicar? ¿Cómo vencer a zombies que son controlados a distancia por un ser de poderes inmensos?. Soy médico, vaya, un hombre de ciencia, y hay pocas cosas tan frustrantes como atemorizantes que enfrentar una amenaza ante la cual no exista explicación.
Así pues, considerándome neutral en cuanto a la zombie-manía, me inclino a temerle más a los zombies clásicos, originados en mundos ajenos a lo tangible, que al virus travieso que destruye tiernas plantitas (sí, claro que Jugué Plants Vs Zombies una vez )
12 Comments
Guerra Mundial Z es buena, cierto que tiene momentos ridículos (el suicidio del biólogo, el zombie que chasquea los dientes, Brad Pitt haciendo un comercial de Pepsi) pero tiene suficiente vivacidad y espíritu para entretener. No está nada mal para una película que apuntaba a ser un fracaso.
REC no la he visto ni me llama la atención, así que no puedo comentar nada.
¿Qué otras se podrían comparar? ¿Forrest Gump y Benjamin Button?
Creo que el biologo no se suicido, se mato accidentalmente al resbalarse, da igual de una u otra manera su muerte es estupida, pero sumamente graciosa.
Mil disculpas por el comentario anterior, que era para El Cirujano. Es verdad, WWZ es un poco boba pero al final divertida
Gracias por su comentario. Concuerdo en que Guerra Mundial Z es desatinada pero muy divertida. En cuanto a REC, le invito a darle una oportunidad pues es un buen ejercicio cinematográfico. Saludos y espero verlo nuevamente por aquí, colega (aunque yo soy de una rama no quirúrgica, jajajajajaja)
Gracias por su comentario. Concuerdo en que Guerra Mundial Z es desatinada pero muy divertida. En cuanto a REC, le invito a darle una oportunidad pues es un buen ejercicio cinematográfico. Saludos y espero verlo nuevamente por aquí, colega (aunque yo soy de una rama no quirúrgica, jajajajajaja)
La verdad sobre world war z https://www.youtube.com/watch?v=31Kykt_l2zk (tipico hombre de familia), que no inventen esa pelicula es una porqueria. No tiene absolutamente nada interesante. Por el contrario REC es un clasico ya, desafortunadamente le dio a los españoles por la moda gringa de sacar secuelas de la nada. hubiese escogido otra 28 days later (Boyle, 2002), zombie 2 (Fulci, 1979) incluso la espectacular braindead (Jackson, 1992)
Yo creo que su seccion tiene una gran problema y son las peliculas que escoge para la comparacion, empezo bien aunque con un tema siempre polemico como Jesus. La de la locura hay peliculas mas interesantes en este aspecto, ahora me acuerdo: Repulsion (Polanski, 1965), Betty blue (Beineix, 1986) y el mismo aronofsky con Pi (1988).
En el de acoso escolar estan: if…(Anderson, 1968), ondskan (Håfström, 2003) y la propia carrie pero el clasico de Brian de palma porque la nueva es una pelicula totalmente innecesaria como muchos remakes.
Saludos
Muchas gracias por su comentario y que gusto verlo por aqui nuevamente.
Efectivamente REC es un concepto fílmico excelente en su genero y un parte aguas para el cita español. WWZ es un divertimento fugaz, entretenido pero sin sustancia.
Sobre las películas seleccionadas, se busca mencionar las mas populares, que sean muy conocidas y que representen bien el concepto a comparar. Es verdad que existen muchas otras obras de mayor calidad pero que como seguramente sabe son poco conocidas. En este último artículo en particular la idea central no era tanto comparar las películas sino el concepto del zombie de origen infeccioso con el zombie sobrenatural. En cualquier caso, tomaré en cuenta la sugerencia.
Muchas gracias y saludos
Estimado gran análisis. Cierto que World War Z tiene bastantes incoherencias en su guion, pero a mi me pareció una película fresca dentro del género y el panorama que propone es apocalíptico en verdad y bien ejecutado en ese sentido (aunque fugaz por tratarse de un viaje literalmente).
Por otro lado REC me pareció genial sólo en su primera parte, en pleno auge del elemento de cámara en mano, ofrece una perspectiva bastante inmersiva. La segunda la sentí redundante y la tercera simplemente me pareció un bodrio jajaja
Creo que el concepto en REC pudo abordarse sólo en un film y dejarlo ahí, tal y como estaba.
Un saludo!
Lo mejor de WWZ son las escenas de persecuciones masivas, se veían de pocas y casi ninguna película había logrado representar esto.
Rec es simplemente genial 😀
Muy cierto, apreciado Arqui. Esos zombies formando montañas con sus cuerpos para alcanzar grandes alturas son terroríficos. REC está genial el concepto, ojalá no lo arruinen como casi ocurre con la tercera parte
Gracias por comentar, mi estimado!
Concuerdo en que ambas son buenas películas, y es muy cierto que REC perdió efectivadad hacia su tercera parte y no por haber abandonado el formato de falso documental sino por varios momentos de desafortunado humor involuntario. Aun así, el veredicto final está a la espera ya que su cuarta parte está por estrenarse. Saludos!!