Dracula De Netflix: Bram Stoker para Centennials.
Recuerdo cuando un amigo mío, dibujante y creador de comics, acudió a un curso sobre dicho arte y su profesor lo recibió diciendo “¡No vampiros!” Y es que el tema parece no acabar. La fascinación por los chupa sangre ha sido tal que las adaptaciones de Drácula y los suyos son innumerables. Se nota que aquel profesor estaba harto.
Esta saturación no impidió, sin embargo, que la novela Drácula de Bram Stoker (1897), tuviera una enésima adaptación ahora en formato de serie, a cargo ni más ni menos que del mismo equipo creador de la celebrada Sherlock estelarizada por Benedict Cumberbatch (2010-2017), los productores Mark Gatiss y Steven Moffat
¿De qué va?
Reinvención de la novela de Bram Stoker, ubicada tanto en 1897 como en 2020, en la que el conde vampiro logra sobrevivir hasta el presente y hace su triunfal entrada al Londres contemporáneo, con miras a la dominación mundial. No obstante, quienes lo persiguieron en el pasado se habían preparado para recibirlo y las cosas no saldrán como el no-muerto esperaba.
Estelarizada por Claes Bang como Drácula y Dolly Wells como Agatha Van Helsing, la serie toma a los personajes de la novela original y a unos los reinventa y a otros los transporta al mundo actual creando análogos de los mismos de una forma inventiva e inteligente. Quienes disfrutaron del libro y la película de Francis Ford Coppola (1991) se divertirán analizando estos cambios.
Una mirada diferente al mito del vampiro.
Discutir sobre el origen y variaciones de las historias de vampiros será interminable y fútil, pero vale la pena recordar que en recientes abordajes del mito en el entretenimiento el no- muerto deja de ser un monstruo y en cambio es representado como un ente poderoso y privilegiado, al grado de hacernos desear convertirnos en uno (si, te hablo a ti, Twilight).
Esta nueva versión nos regresa de la forma más aproximada al mito original y nos muestra el vampirismo como lo que es: una terrorífica maldición; ser mordido por un vampiro nada tiene de benéfico y en cambio es un pasaporte a la condenación eterna. Drácula, el más poderoso de estos seres, ha logrado evolucionar y trascender sobre sus congéneres, que no son todos tan afortunados.
El conde, por su parte, ya no es el héroe trágico esperando el amor, sino una vez más es el ser oscuro y maligno que inflige sufrimiento sin remordimientos. Ya era hora de olvidar al vampiro como un héroe de acción o romántico.
Un Mundo Millennial.
La serie se adapta a los tiempos que corren y eso podría molestar a los más ortodoxos. El papel del excéntrico Dr. Abraham Van Helsing recae en una mujer, se nos muestra un casting multirracial que si bien es correcto en el 2020, en 1897 resulta irreal y los personajes varones lucen más bien disminuidos y opacos.
Hemos señalado que la reinvención de los personajes resulta ingeniosa pero podría ser chocante para los fans del material original en algunos casos. Olvídense de los intrépidos cazadores armados hasta los dientes, ya que la serie apuesta por el drama y el misterio.
Pero ¿entretiene?
Las actuaciones en general son correctas. Pese a lo largo de los episodios el guion fluye ágilmente y ofrece un adecuado entretenimiento. El diseño de producción es notable. Muertos vivientes y sangre a borbotones abundan. Pese a carecer de acción y artes marciales cual Blade (1998), logra satisfacer a los corazones góticos.
¿Hay que verla?
Sí. Es entretenida y de calidad. La “diversificación” solo esta allí para cumplir las normas pero el abordaje del vampiro y sus fechorías vale la pena por sí mismo.