Dungeons & Dragons – Honor Among Thieves: Llega como 20 años tarde, pero entretiene
Después de aquella película del año 2000 Dungeons & Dragons, último intento hasta el momento por llevar al Live-action el famoso juego de rol (película que por cierto fue un rotundo y verdadero fracaso en todo sentido), había que ser valiente o arriesgado para traer hoy en día este nuevo reboot. Es curioso y quizá no del todo desatinado, que los responsables para esta misión sean John Francis Daley y Jonathan M. Goldstein, quienes la escriben y dirigen, y son los mismos que dirigieron la entretenida Game Night (2018); más o menos con esto ya nos podamos dar una idea de por dónde va el asunto. Y es que después de la amplia oferta de producciones de épica o fantasía recientes, pretenciosas y dramáticas, el acierto de esta entrega es que logra desmarcarse completamente de todas esas sagas con su atinado corte cómico, en una película no pretende tomarse en serio.
Consideremos también el hecho de que la película está consciente de que no todo el público está familiarizado con el famoso juego y el guion aún sin ahondar en grandes detalles, proporciona suficiente información sobre este mundo fantástico. Vamos, es un mundo lleno de seres mitológicos, magia y criaturas de todo tipo, no alcanzarían los 134 minutos para explicar todo lo que comprende este universo, pero no es nada que no hayamos visto antes. Y la película fuera de querer ser una adaptación, toma el juego más como inspiración, pero con los suficientes elementos para que los fans logren conectar. Obviamente, además del infalible recurso de la nostalgia, esto tiene otras intenciones las cuales menciono más adelante.
Allá por 1974, año en que salió publicado el juego por primera vez, llevarlo a la pantalla grande quizá era impensable, pero hoy y gracias a todos los productos que hemos visto desfilar después de casi 50 años, resulta incluso en algo hasta familiar. Tenemos a tantas criaturas mitológicas en el imaginario colectivo, que se vale de esto para evitar explicarnos y adentrarnos en un nuevo universo fantástico. Se agarra fuerte de esta ventaja para hacer de una hazaña que podría haber parecido compleja y estar sujeta a inevitables comparaciones, en una historia simple y con el mero propósito de entretener.
Vemos a dos ladrones Edgin (Chris Pine) y Holga (Michelle Rodríguez), que en medio de un juicio logran escapar para reencontrarse con Forge (Hugh Grant), un antiguo aliado e ir en busca de una mágica reliquia que, entre otras cosas, le proporcionará la oportunidad a Edgin de un anhelado reencuentro y de recuperar a su hija. En esa odisea y en medio de misterios y traiciones, van conformando un equipo medio dispar y disfuncional para lograr su propósito. Este equipo logra compenetrarse bien, cada uno siendo conscientes ya de sus fortalezas y debilidades a diferencia del juego, en el que cada uno debe ir descubriendo y fortaleciendo esto, aquí ya las conocen y la lucha de cada personaje por hacer uso y poner en manifiesto sus fortalezas, así como de ir superando sus debilidades forman parte de los gags recurrentes durante toda la película y ayudan a mostrarnos la buena química que se va desarrollando y que se percibe en ese grupo de ladrones tan disparatado.
Otro acierto es justo la selección y química entre los actores, destacando a Chris Pine, quien lidera bien al grupo y se nota que la comedia lo hace sentir cómodo y se le da de manera natural; el resto del elenco sin ser nada destacable funciona dentro de lo que es. No tanto así Hugh Grant como villano, ya que repite su mismo personaje de toda la vida, y Chloe Coleman como la hija de Edgin, completamente desangelada a diferencia del resto del cast, y protagonizando quizá la subtrama más fallida de la película. Puede ser que no sea del todo su responsabilidad, porque el guion aun cuando trata de mostrarnos una historia simple, no puede evitar irse por las ramas, pocas, pero las tiene, y por centrarse en el plan del villano y en la misión del grupo de ladrones; este relato de la relación fallida de padre-hija no termina de cuajar (era ya pedir demasiado).
En resumen, en esta época en que la industria está desesperada por llevar gente a las salas, con fórmulas fáciles pero al menos bien hechas, este reebot claramente tiene toda la intención de comenzar una nueva franquicia que en parte cubra eso ¿y lo logra? Al menos cumple con entretener. Es verdad que abusa de los giros para ayuda de los protagonistas, hay situaciones que no tienen mucho sentido (incluso en este mundo fantástico), subtramas sin resolver, y comentarios cómicos e irónicos que de tan simples o medio forzados a veces llegan a cansar, pero es congruente, el ritmo de la película no decae, hay muy buenas secuencias de acción, y escenarios y efectos visuales bien logrados.
A estas alturas quizá malamente ya, sea lo mínimo que se pide para estos blockbusters, pero a diferencia de hace años, cuando no estábamos abrumados con tanta magia y fantasía, Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones llega un poco tarde, por lo que no estoy segura si le alcance para sostener una nueva franquicia que es evidentemente la misión de la película.