Eco de la Montaña, una plegaria por la Ruta del Peyote
Ganadora del Premio Mezcal a la Mejor Película y Premio Especial del Jurado en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, también cuenta con el galardón Hugo de Oro al mejor documental en el Festival de Cine de Chicago y seguramente seguirá cosechando triunfos por su valor artístico, sin embargo hay un triunfo que le será difícil de conseguir: salvar La Ruta del Peyote de la amenaza del “progreso”.
Más que un documental sobre el arte Wixárika, Eco de la Montaña es una protesta, un esfuerzo que se suma a la lucha por rescatar los territorios sagrados de la destrucción ocasionada por las minas que devastarán todo en su proceso de extracción. Esta devastación no sólo incluirá a los paisajes, manantiales, flora y fauna del lugar, también significa la destrucción del sitio sagrado por excelencia del pueblo Wixárica (Huichol).
El protagonista es Santos de la Torre un artista del arte Wixárika quien vive a la sombra de cualquier reconocimiento, esta película también da una muestra de su extraordinario trabajo, ya que no sólo plasma en él las artesanías típicas de su gente, sino que hace el reflejo del códice que da el guion para esta película.
Nicolás Echeverría descubre un mural de chaquira que se encuentra en la estación del metro a la salida del Museo de Louvre, en París. Este mural fue un regalo del pueblo de México a Francia, entregado por el Presidente Ernesto Zedillo al Presidente Chirac en el año de 1997. Santos de la Torre es el autor de esta obra de arte, por la cual no recibió reconocimiento alguno, no fue él quien instaló este mural; que por cierto está mal puesto según dice el propio Santos, no fue invitado a esta ceremonia de entrega y el costo del mismo nunca le fue pagado en su totalidad. La suma de todos estos hechos motivó a Echeverría a encontrar a tan menospreciado artista y al encontrarlo descubre, como descubrirán ustedes, a un hombre modesto y muy simpático, con una gran misión en la vida, que nada tiene que ver con el reconocimiento artístico que su mismo país le ha negado, tampoco tiene que ver con cobrar honorarios pendientes con el gobierno de México, su misión tiene que ver con mantener con vida la ruta sagrada.
Echeverría acompaña con sus cámaras a Santos en su peregrinar a Wirikuta (Lugar Sagrado), en donde por medio de un ritual pedirá a los dioses su autorización para realizar otro mural. La peregrinación por la Sierra Madre Occidental recorrerá la Ruta del Peyote por los estados de Zacatecas, Jalisco, San Luis Potosí y Nayarit, 620 kilómetros están a punto de ser devastados a menos que la UNESCO logre su reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad. La Ruta del Peyote es desde 1988 parte de la red mundial de Sitos Sagrados Naturales de la UNESCO y desde 1994 fue declarado Área Natural Protegida por el gobierno local, pero a pesar de esto se siguen otorgando concesiones a compañías mineras extrajeras en ese lugar.
Durante el peregrinar de Santos de la Torre y su familia seremos testigos de los rituales que harán para pedir permiso de imprimir en su arte la cosmología huichola sobre la creación del universo (Nierika) representando a sus dioses. Ofrendas y sacrificios serán necesarios, así como la presencia de un Chaman o Marakame (el que sabe) para dar interpretación a la voluntad de los dioses.
Tal vez el documental no sea lo suficientemente bueno hablando de cuestiones técnicas cinematográficas, es más que nada una tribuna para que Santos pueda hablar del poder de los dioses, del poder que su mural puede transmitir para lograr salvar sus territorios sagrados. Las manos de su pueblo se han dedicado con toda su fe a la elaboración de este bellísimo mural con el que darán muestra de una cultura maravillosa, que a pesar de sus limitaciones y la explotación a la que se ha visto sujeta, mantiene viva la esperanza de la supervivencia de su especie, de sus tradiciones y de sus territorios por la intervención de sus ancestros.