Eddington: No todas las ma ma das son obras de arte
Ari Aster ha demostrado, con sólo 4 películas, ser un director tan efectivo como irregular, con resultados buenos (Hereditary; ok, muy buenos), regulares (Midsommar; ok, más bueno que regular) y tomaduras de pelo (Beau is afraid; ok, más mamada que tomadura de pelo). Por esta razón es, sin duda, uno de los directores ‘artsy’ más mediáticos, generando mucha expectativa con todo lo nuevo que presenta, como lo ahora es Eddington
Eddington cuenta la historia del sheriff y el alcalde de un pueblo desértico de Nuevo México, quienes se enfrentarán a las elecciones de nuevo alcalde en el contexto de la pandemia del Covid de 2020, la irrupción del movimiento ‘Black lives matter’ y un conflicto moral entre ambos y que incluye a la esposa del Sheriff.
Partamos de que en la escritura de Eddington se tienen en contexto 2 movimientos que por sí solos requieren mucha astucia para su tratamiento. Por una lado, la pandemia del Covid, un fantasma que, aunque ha pasado ya un lustro, se siente cercano y latente; y por otro el “Black lives matters”, un malestar que está lejos de desaparecer al no ser erradicado. Si le sumamos el conflicto personal entre los dos personajes principales, nos resulta un pastiche a menudo carente de coherencia que se quiere tomar muy en serio. Y es que, como ya pasaba en Beau is Afraid, hay muchas cosas que Aster quiere decir, pero simplemente no encuentra el cauce correcto para meter todo en un solo relato
¡NO ERES Caridad Bravo Adams, Ari Aster! Y justo citamos a la prolífica escritora de telenovelas porque Eddington parece más eso que el ‘western thriller’ que quiere ser. A momentos parece que estamos viendo Narcos, a momentos La Rosa de Guadalupe, a momentos Yellowstone, a momentos CSI, y a momentos hasta La Parodia. Este múltiple tono hace que ninguna línea argumentativa se desarrolle al 100; hay conflictos de pareja, dramas materno filiales, corrupción en las cúpulas de poder, las teorías de conspiración en línea, la dependencia a las redes sociales, supremacismo blanco, revolución políticamente social, abandono de hogar, investigación policial, vamos, hasta coming of age con dos adolescentes que les gusta la misma chica… más todo lo que se le ocurra a Ari Aster día a día.
El reparto es víctima también de este enredado guión, haciendo que actores tan solventes como Emma Stone o Austin Butler estén completamente desaprovechados, sin oportunidad siquiera de ahondar en sus psiques y motifs, siendo relegados a casi cameos. Joaquin Phoenix sin duda es quien carga con la película en sus hombros, que, de hecho, es en gran parte por él que Eddington se toma “tan en serio”, porque él está en un tono dramático muy solvente… si esto fuera un drama western. No cabe duda de la calidad de histrión que es, pero realmente si el texto y la dirección estuvieran en punto, hablaríamos de una de sus mejores actuaciones. Desafortunadamente se queda en ‘un capricho más de Phoenix’. Del chile de todos los moles, Pedro Pascal, realmente sale de él, como en todos sus últimos proyectos, sin chiste, infumable.
Aunque en su apartado visual Eddington es bastante decente (uno de los fuertes de las películas de Aster), con una cinematografía dinámica y efectista que convence a momentos meternos en el mood western, entendemos por qué fue vapuleada en Cannes, y es que lo visual nunca le va a quitar lo pendejamente ilógico que es a Ari Aster
Si ya con Beau is Afraid fue perdiendo fuerza, Aster acá nos confirma que no basta con tener ideas ‘impactantes’ o ‘transgresoras’ para que el producto final sea interesante. Sí, lo que estamos diciendo es que ‘Eddington’ es una mamada, no de la magnitud de Beau is afraid (al menos esta no dura 3hrs), pero está a años luz de la solidez de Midsommar o Hereditary. Aster podrá seguir vendiendo humo ‘transgresor’, pero Eddington es la prueba que no todas las mamadas son obras de arte.