El Abogado del Crimen: una pizca de Nietzsche, 250g de Televisa y medio kilo de Paulo Coehlo
Mezclas, elementos de dualidad y paradojas, cuando se aplican correctamente, llegan a ser realmente placenteras en más de una forma, y en distintos ámbitos. Sin embargo, no creo que sea el caso en la nueva película de Ridley Scott. Plagada de actores conocidos, empieza por plantearnos la historia de un abogado (Michael Fassbender), enamorado de su pareja (Penélope Cruz), y cuya codicia lo hace entrar en negocios con narcotraficantes. El narco en cuestión, Reiner, es interpretado por Javier Bardem –quien nos entrega lo que es probablemente el único momento entretenido del filme. Cameron Diaz la hace de la novia sociópata de éste, Malika. Y Brad Pitt es Westray, una especie de mediador entre estos emprendedores y los proveedores de la droga (el cartel).
La mayor parte de la trama se desarrolla en la complicadísima dualidad ‘Juárez-El Paso’, donde Reiner y El Abogado –no hay nombre, ni apellido– planean su negocio. Pero sus intereses se complican cuando el camión con su cargamento estrella es robado. Cormac McCarthy es el escritor, quien es mejor conocido como novelista, y quién por cierto, es responsable de la novela No Country for Old Men, la base para el filme homónimo (en el que también actúa Bardem, ganando el Oscar por aquella interpretación). Bueno, este señor nos entrega un guión pretensioso. Es como si los personajes quisieran forzosa y evidentemente evocar algún arquetipo, y como consecuencia muchos diálogos se enroscan en conceptos filosóficos. Literalmente abordan temas como la existencia, la muerte, la sexualidad, el instinto, etc. Vaya, como si los abogados del bajo mundo y demás personas que se mueven ése ambiente hablaran realmente así… Este es uno de los aspectos donde falla. Si se notara una clara intención, es decir, si fuera a propósito hacer que estos personajes malillas se expresaran así, habría sido un punto a su favor. Sin embargo no es así, y por lo tanto, tampoco se ve realista. No digo que los narcotraficantes y demás delincuentes no sepan de filosofía y psicología. No me consta. Sólo digamos que probablemente su lenguaje sería diferente en el tratamiento de estos estudios.
Incluso la caracterización parece, bueno, caricaturesca; igual, sin una clara intención de que así sea. Bardem en Versace evoca a los narcos de los noventa enfundados en sus camisas de seda. Algo con lo que ya no se les relaciona en la actualidad. Insisto, no dudo que haya gente que aún se vista así o que actúe así, pero o una de dos: o se intenta retratar una realidad o se marca una diferencia; tal vez en este caso con un narco diferente, descontextualizado, nostálgico, excéntrico entre los excéntricos, qué sé yo… Algo así me hubiera gustado ver.
También hay muchos elementos telenovelescos: en la narrativa, en la cinematografía y hasta en la dirección de arte. Hay tomas de la gran mansión y los autos de lujo, entre otras cosas. Supongo que es como si Hollywood hiciera su versión de La Reina del Sur (supongo porque nunca he visto la serie, pero permeó tanto en la cultura popular que conozco algo del asunto). Y entonces llegara Cormac McCarthy con la receta: una taza de Pulp Fiction, una pizca de Nietzsche, 250g de Televisa y medio kilo de Paulo Coehlo. Una mezcla extrañísima con pocas probabilidades de éxito.*Spoiler alert. De haber resultado todo lo demás, el oscuro desenlace habría sido el indicado.
En esta película hay más yin que yang, de nuevo, sin intención. Y se nota. Es lo que le falta a la película: IN-TEN-CIÓN. Caray, hasta tendrían que justificar el título, porque francamente no le encuentro mucha razón. Aunque debo decir que me gustó el tratamiento tipográfico de los créditos iniciales… En fin. Cuando en una dualidad hay desequilibrio, surgen conflictos; y cuando una paradoja falla, pues no es paradoja. ¿Entonces cómo llamarle a una película que pudo ser, pero no?
4 Comments
Totalmente de acuerdo, no hay mejor definición de este filme que sus últimas palabras, estimado.
Es una película que, paradójicamente hablando; tenía como meta 1km y apenas si pudo pasar 100mts.
De por sí no tenía altas expectativas, y ni siquiera alcanzó el tan bajo listón que me había puesto antes de verla. Ese final, por dios, totalmente injustificado.
En fin, buena crítica estimado 😉
Saludos!!
¡Gracias, mi estimado! Estoy de acuerdo, ni siquiera alcanza las bajas espectativas que uno se forma… Primero la decepción de Prometheus y ahora esto…
Sólo falta que quiera hacer una precuela de Blade Runner… espera…