El Acontecimiento: Un referente fílmico sobre el aborto
En una época donde la mayoría de las veces las tendencias valen o se premian más que la calidad de la narrativa (véase CODA, véase Titane, véase Nomadland), se agradece que por fin ambos elementos convivan en una cinta que explora de manera intimista uno de los temas sociales y actuales más polémicos y necesarios: el aborto, usando al lenguaje cinematográfico como una poderosa arma artística y visual para encausar lo que sin duda es y será una de las referentes fílmicas sobre dicho tema.
Gran ganadora del León de Oro de Venecia en 2021, ahora podemos comprender el por qué el jurado se desvivió por esta cinta, dejando atrás a otros nombres como Jane Campion (The Power of the Dog) o Paolo Sorrentino (Fue la mano de Dios), y es que el apenas segundo largometraje de la francesa Audrey Diwan, es uno de los más crudos, sensibles y reales “tour de forcé” que se recuerden en los últimos años, en mucha parte debido a que se trata de una obra semi auto biográfica.
“El Acontecimiento” nos sumerge de manera abrumadora en la odisea de una joven estudiante de literatura, que al enterarse que se encuentra embarazada, emprenderá una de las misiones más difíciles dentro de una sociedad que la somete, la enjuicia y la criminaliza: decidir sobre su propio cuerpo y destino. Parece que la sinopsis nos remite a un panorama actual ¿no lo creen? Pero lo increíble (y trágico) de este “acontecimiento” se da en la Francia de la post guerra, allá entre la transición de los 50 y la década de los 60s.
El principal valor de Diwan es que su historia no pretende aleccionar, concientizar o juzgar ninguna posición, género, credo, ideología o política, sino solamente llevar a cabo la conexión empática con su propia historia, logrando de manera irónica una propia concientización de la audiencia no debido a su “moralidad”, sino a lo honesto e íntimo de su historia. Esto se logra gracias a que el tema se adapta de manera soberbia al quehacer fílmico y no viceversa (véase Never Rarely Sometimes Always).
La habilidad técnica y narrativa de Diwan hace que su historia se desarrolle en una progresión secuencial de primeros planos, siempre siguiendo a su protagonista desde su construcción como personaje y su consecuente conflicto, el cual conforme crece, también lo hace la tensión y la sensación claustrofóbica a la que nos somete su directora.
Esta apremiante presión se forma de manera natural, pues la directora no repara ni pierde su tiempo (ni el nuestro) en hacer un juicio sobre el entorno “opresor” o las condiciones de la época, sino solo en desarrollar las circunstancias físicas y emocionales por las que “ella” pasa por hacer valida su decisión. Mejor audacia narrativa suena imposible, pues el discurso al ser tan creíble y sincero, tendrá precisamente un efecto humano y honesto sobre la audiencia, que lejos de juzgar, se concientiza y empata con las emociones y sensaciones de su protagonista.
Diwan tampoco repara en su crudeza, pero esto no refiere a que nos confronte con secuencias morbosas o incómodamente visuales (véase la asquerosa Titane), sino que simplemente incrusta de manera adecuada y en el timing correcto, esos momentos y/o “acontecimientos” que serán clave para el destino físico y vivencial de su protagonista; escenas clave y de gran valor narrativo que nuevamente sirven al quehacer fílmico para abordar los conflictos en un acto medio, y el sublime clímax previo a su conclusión.
Para reforzar su calidad, Diwan hacía su acto final, decide abrir sus planos, repletos de un nuevo destino, para de cierta manera liberarnos de la tensión y el horror de aquel “acontecimiento”.
Mención aparte para la protagonista, Anamaria Vartolomei, la cual funge como una perfecta extensión de un libreto auto biográfico, respetando y manifestando el espiral de emociones y sensaciones de una joven de 20 años que en ese momento no quiere ser madre, pero que como lo refiere en una de las más poderosas secuencias… si algún día. Así mismo, Vartolomei se convierte en el comunicador de un guion muy personal, y repleto de grandes diálogos, detalles y hasta simbolismos que abarcan la amistad, la presión social, el sistema educativo, pero sobre todo, la criminalización de una decisión que debería ser propia, y nunca, nunca ¡NUNCA! Ajena
El Acontecimiento no solo pasará a la historia como uno de los más objetivos, crudos y ricos ejercicios fílmicos alrededor del tema “aborto”, sino también como una de las mejores ganadoras del León de Oro de Venecia, e incluso como una película necesaria para toda la sociedad
2 Comments
Buena crítica, creo que hasta ahora es la mejor película que he visto sobre el tema, o al menos me gustó más que Vera Drake y 4 meses, 3 semanas, 2 días. Personalmente la calificaría más como una película de 2021 que de 2022 por ese hecho de ser ganadora en Venecia, creo que en mi ranking del año pasado la pondría en un 2° lugar después de la película de Sorrentino.
Por cierto, en qué lugar de su top 30 de Venecia la posicionaria?
Posiblmenete dentro de los 30-40 estimado. Vpy a renovar ese top