El Cine Honra Su Propio Arte (Parte 2 de 2)
Seguimos recordando esas películas que hacen un homenaje al cine
Chaplin (Richard Attenborough, 1992)
No existió ningún artista más completo dentro del cine que Charles Spencer Chaplin. Su creatividad sólo era comparable con su obsesión de perfección. El recientemente fallecido Richard Attenborough logró con una sencillez pasmosa lo que resulta increíblemente difícil, hacer una biopic muy interesante en el que se conjugan todos los aspectos de Chaplin en armonía: su trabajo, su vida sentimental, sus confusiones, su humanidad… dentro del cine. Recorremos sus comienzos desde que era un desconocido hasta convertirse en la leyenda que es ahora, pasando por importantes etapas como: la llegada del sonido y la resistencia del maestro al avance tecnológico, el control sobre sus películas, sus problemas con el gobierno gringo… en fin una muy completa biopic de la que deberían tomar nota todos los directores.
Hugo (Martin Scorsese, 2011)
Después de una serie de mediocres películas buscando la asquerosa estatuilla dorada nos reencontramos con el gran Scorsese de antaño, ese que tanto añoramos y nos entrega una deliciosa película en homenaje a otro gran director George Meliés. Lo interesante y extremadamente original es que no busca una biopic facilona sino que nos presenta una historia alternativa para llegar al homenaje. La nostalgia de ver como una persona del talento de Meliés sea olvidada y que sea a través de un seguidor la única manera de ser recordado, nos da la importancia de la memoria colectiva, y cómo algunas películas y personas pasan desapercibidas en su momento, pero el tiempo las pone en un sitial de honor.
8 ½ (Federico Fellini, 1963)
La crisis creativa es explorada en esta gran obra de uno de los cineastas más reconocidos e influyentes de la historia: Federico Fellini. El director Guido Anselmi no logra salir de un bache existencialista sino también en su trabajo, no encuentra propósito en la vida, la presión por parte de periodistas, productores y la gente en general para que su nueva película sea una genialidad le ha dejado un vacío como persona, no hay nada a que aferrarse. Aquí entra el surrealismo a formar parte de la historia en la que los sueños se mezclan con la realidad pero ¿será algo malo? O todo el proceso necesita de cierta locura para poder ser realizado, especialmente en la función del director. Creo que no se ha podido explicar tan claramente el proceso creativo de un film como en esta película.
Ed Wood (Tim Burton, 1995)
Cuenta la leyenda que existió un director que se salía de las típicas historias y que tenía una muy particular visión del cine: oscuro, gótico, personal… ese director era Tim Burton. El cual en su mejor momento hizo una obra maestra que le rendía homenaje al declarado peor director de todos los tiempos: Edward D. Wood Jr. Y de paso a un actor en decadencia como Bela Lugosi. La pasión de éste particular director por el cine era algo que no se podía dejar pasar, y sí, efectivamente sus películas no contaban con ningún tipo de narrativa, el no conocía nada de producción pero no podemos dejar de lado que son supremamente divertidas y los reto para que después de ver un film de Ed Wood no salgan con una sonrisa.
The Shadow Of The Vampire (Elias Merhige, 2000)
En 1922, Friedrich Wilhelm Murnau realizó una libre adaptación del clásico del horror Drácula de Bram Stoker, la cual se volvería un clásico instantáneo gracias a la terrorífica expresión física del conde. De aquí nacerían una serie de leyendas de lo que sucedió en la grabación de la película y se dice que gente del equipo de grabación desapareció durante la filmación, había quienes aseguraban que el actor Max Schreck en realidad era un vampiro. La premisa resulta muy irónica y contiene mucho humor negro, algo que quizás le falto a la película.
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