El Complot Mongol: Diferente no es suficiente
Uniéndose a la ola de remakes, Sebastián del Amo (sí, el director de esa desafortunada Cantinflas de 2014) nos trae de vuelta El Complot Mongol, cinta cuya primera versión fue realizada en 1977 y que está basada en la novela policiaca del mismo nombre, escrita en 1969 por Rafael Bernal. En aquellos tiempos, la adaptación fue protagonizada por Pedro Armendáriz Jr. Ernesto Gómez Cruz y Blanca Guerra; pero ahora el elenco también nos trae a caras conocidas (aunque pertenecientes a esa generación X que busca un poco del protagonismo robado por la generación de moda) que incluyen al simpático Damián Alcázar, la guapa de Bárbara Mori, al cada vez menos gracioso Eugenio Derbez y al amigo de todos los niños, Xavier López Chabelo.
La historia va de un ex revolucionario mexicano llamado Filiberto García, que es reclutado por la policía para investigar sobre un complot mongol para asesinar al presidente John F. Kennedy en su próxima visita a México.
Si hay algo que se agradece en el cine nacional es que no nos den pan con lo mismo, porque aunque se trate de un remake, lo cierto es que esta historia se siente diferente a lo que nos tiene acostumbrado el cine mexicano comercial. No hablemos solo de que traspasa la cuarta pared (hecho del que no soy particularmente muy fan), también parece estar dirigida a un público mayor, no solo por la nostalgia de sus personalidades, sino además por el tipo de humor un tanto arcaico que maneja.
Desgraciadamente, esto no significa que sea una buena producción o que sobrepase las expectativas que se tenían sobre ella. Y es que algo en toda la historia parece no cuajar, pues la intriga nunca se percibe como tal, el protagonista jamás termina de empatizar y ni hablar de unos personajes secundarios que se sienten totalmente desangelados. Algo simplemente no se siente bien acerca de esta película, Del Amo nos volvió a entregar otro producto que deja a deber y que pasará al olvido en tan solo un par de semanas.
No puedo hacer una comparación con su primera versión pues no la he visto, pero visto como un filme nuevo e independiente, El Complot Mongol deja pendiente un relato policiaco enigmático como lo que pretende al llegar a sentirse largo y aburrido; al mismo tiempo, acertadamente se aleja de un tono de comedia exagerado, en cambio este solo busca actuar como un comedy relief un tanto soso que aporta a la trama un toque añejo que es difícil de ignorar.
En general, El Complot Mongol es una cinta que no recomendaría a un público millennial, mucho menos de generación Z, pero que tal vez sería una propuesta nostálgica para padres y abuelos y que encontrarán en ella un entretenimiento dominguero, diferente a esas comedias penosas que solemos encontrar cada quincena en cartelera (y en los comerciales de Cinépolis).
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Y ,por supuesto, cero mención de esa imbecilidad de disfrazar de “orientales” a actores que no lo son ( a despecho del ascendiente nipón de Bárbara Mori) y la carga denigrante y ofensiva que ellos conllevan.