El Confesionario de Cinescopia: 5 Gustos Culposos del cine
Oremos:
Acúsome Maestro Kubrick de haber pecado contra usted, contra mis principios y contra los dioses del cine, al no solo regocijarme, sino también al aún a sabiendas de mi ofensa y sacrilegio, buscar incansablemente el pecado.
Perdona a tus humildes siervos por haber caído en el bodrio y, en contra de todas tus enseñanzas y nuestras ideologías, sentir el placer máximo cada vez que sacrificamos nuestros ojos y alma al ver las abominaciones cinematográficas a las que llamamos gustos culpables
El pecado no está exento para el crítico de cine, el cual como simple humano se encuentra constantemente expuesto a las tentaciones cinematográficas que en muchas o pocas ocasiones (Dependiendo de la fuerza de voluntad de cada uno) son vehículo para la vileza y la transgresión en contra del arte que profesan y osan mejorar a través de sus escritos.
Pero gracias a los dioses ya existe un lugar donde pueden verter sus flaquezas, por eso exclamamos ¡Bendito sea el Confesionario de Cinescopia! Ese recinto instituido por Santo Inquisidor Arquicruz y regido por Dr. Dark donde nuestros analistas de cine pueden expiar adicciones y culpas sin ser juzgados y en espera del perdón de los lectores ¡Sacrosanta la penitencia impuesta antes sus pecados! Pues es el desahogo de su alma machacada por los bodrios que ellos mismos intentan y profesan librar
¡Bienaventurados todos aquellos hermanos sacrílegos! Pues de ellos será también el reino de Cinescopia, ese recinto bendecido por el buen gusto que nos da la libertad de intimar y comunicar nuestros más oscuros secretos.
Por lo tanto, Kim Tobías, Peter Bridges, Bedub, Arquicruz y El Fett someten en este su confesionario mensual o a la Santa Inquisición del lector con la esperanza y fe de ser perdonados, rasgándose las vestiduras mientras imploran clemencia por estos brutales actos:
Freaky Friday (Mark Waters, 2003)
¿Qué es la adolescencia sin haber tenido el sueño, por lo menos alguna vez, de convertirte en una estrella de rock? Y sin llegar tanto al caso, al menos formar una banda con tus amigos y tocar uno que otro “concierto”. No pueden culparme por eso y tampoco porque me guste este bodrio de Disney copia de otro bodrio de otro bodrio, que era cuando Lindsay Lohan estaba casi en su mejor momento y no parecía una piltrafa espacial, además de que yo me encontraba por ese entonces en plena pubertad y no sabía nada de buen cine; claro que ahora la cinta la veo con una connotación diferente pero logra entretenerme haciéndome recordar aquellos años de inocencia adolescente y tarareando una que otra de las canciones.
Freaky Friday (2003), cuenta la historia nada nueva de dos personas que cambian de cuerpo (en este caso la madre y la hija) por un azar un tanto mágico del destino con la finalidad de que puedan ponerse en el lugar de la otra y así dejarnos la bella moraleja de que uno no sabe lo que el otro siente hasta que lo vive por sí mismo (¡ternuritas!). Coprotagoniza la muy perdida (pero tampoco extrañada) Jamie Lee Curtis, en una película Disney de esas que rápidamente pasan a televisión y son más exitosas en la misma, pero insisto en lavar mis culpas, sé que Lilo nunca ha sido ni será una buena actriz pero al menos podemos apreciar que alguna vez fue bella… Bueno ya, pido el perdón de Kubrick y de los dioses del cine que todos tenemos una película Disney de estas teen que nos gustan, ¡no se hagan!
Music and Lyrics (Marc Lawrence, 2007)
No la busqué como hago cuando tengo muchas ganas de ver una película, la encontré de casualidad canaleando y nunca pensé en encontrarme con una historia de amor que va un poco más allá, y es que su gracia consiste en burlarse de la industria musical contemporánea en la que prácticamente se puede hacer un hit pop en la casa de alguien.
La historia va de una estrella pop ochentera que de un momento a otro vio como pasaba su gloria y que jamás volvería a recuperar, en su desesperación por ganar algo de dinero consigue la oportunidad de hacer una canción a la nueva sensación pop adolescente pero siempre ha tenido problemas con la letra de sus canciones, la protagonista (con la peor introducción de un personaje en el entretenimiento después de Walden Schmidt en Two and half men) de pura casualidad está regando las plantas en el apartamento del músico cuando están componiendo y sale con una letra que encaja, ¿en serio?
Como sea, entre idas y venidas mezclando situaciones medio graciosas finalmente logran “componer” en su totalidad la canción y si está es mala lo que pretende la estrella adolescente es incluso peor. Como en todas las comedias románticas la pareja se pelea para que al final termine reconciliándose dejando un buen sabor de boca en el público.
Véala si está dispuesto a no pensar, a reírse sobre la moda y los bailes ochenteros, a disfrutar de la burla a la industria musical que cada vez es peor y que la película si bien no en su totalidad da un esbozo del por qué, resultando lo más malo el romance de los protagonistas.
Grown Ups (Dennis Dugan, 2010)
Para seguir en la línea de mis propuestas para este mes, irónicamente, hoy me propongo hablar de un gusto culposo de los más grasientos y nocivos para la industria y el género en cuestión; la fórmula cómica desgastada de Adam Sandler tanto en su rubro actoral como de guionista. Y es que uno de los actores/escritores más apestados por la industria (Muchos razzies respaldan esta noción) es también uno de los más amados por el público popular; en el caso de Son como niños (sólo la primera, en serio) yo soy uno de esos que ríen en proporciones preocupantes. Habrá sido mi estado de ánimo, o que fuerzas exteriores actuaban sobre mí mientras veía este churrito en casa, gratuitamente gracias al empleo que desempeñaba (Blockbuster), que me la pase realmente bien con cada broma voyeurista, gag físico y slapstick propio de su filmografía.
En Grown Ups, Adam Sandler es parte de un grupo de colegas que se reúnen tras la muerte de su entrenador de basquetbol del equipo de preparatoria, para tomarse unas vacacioncillas. Un metraje repleto de gases, vómitos, caídas, voyeurismo y humor infantiloide que hasta día de hoy, aún me hace reír como la primera vez. No arco dramático, no conflicto, nada. Sólo un pretexto para desplegar su comicidad bajo estándares para entonces ya desgastados y fuera de tono (la fórmula Apatow ya estaba asentada y ascendiendo) que repiten una y otra y otra vez. ¡Pero no me importó!
Tiempo después la parte dos no surtiría el mismo efecto sobre mí. Pero siempre puedo volver a ver la primera, ya saben, “por las viejas glorias”.
Cyborg (Albert Pyun 1989)
Mientras escribo estas líneas de rodillas, calmó por mi alma cinéfila para alcanzar el perdón de los dioses del Celuloide ante un gusto tan nefasto como el que confieso el día de hoy, uno de mis mayores placeres infantiles-adolescentes al ver está cochinada dirigida por Albert Pyun quien aún se encuentra dirigiendo películas en la sección ” De Culto” (por no decir otra cosa) y actuada por el héroe marcial de los 80´s y 90´s que Chuck Norris ni Michael Dudikoff, ¡Jean Claude Van Dame madafukers! Aunque sus películas siempre sigan el mismo maldito argumento no puedo dejar de admirar el personaje que encarna en este bodrio ochentero, el típico hombre marcado por el dolor que vaga por el mundo ayudando a los débiles, con una pose chida, outfit de renegado, habilidades de combate y una katana (que no le sirvió ni para limpiarse el lodo de las botas) ¡El arquetipo favorito de este arquitecto!
¿Pero de qué trata esta cochinada? Para todos aquellos desafortunados que no tienen la edad suficiente para haber visto semejante catástrofe en la tv o en el cine les cuento que la historia trata de un mundo post-apocalíptico donde los sobrevivientes coexisten en una peligrosa anarquía, pero las cosas se ponen aun peor cuando una misteriosa epidemia amenaza con diezmar a la de por si azotada humanidad que sobrevive a tanta mala suerte.
Pero una mujer mitad humana, mitad robot llamada Pearl Propet (Dayle Haddon) dice tener la capacidad de desarrollar una cura para esta nueva enfermedad, y es cuando Gibson “Gibs” Rickenbacker se ofrece a escoltarla hasta donde están los únicos científicos capaces de ayudarla con semejante labor (de aquí se copió Cuarón para Children of Men jajajaja) pero entonces aparece el líder de una pandilla cuya apariencia se repetiría en varias cintas de nuestro héroe pateador me refiero al infame Fender Tremolo (Vincent Klyn) quien hace pasar las de Caín y Abel a nuestro Van Dame como debe ser para al final encontrarse en un duelo final con lluvia y todo el numerito.
Me gustaría pedir perdón por esta ofensa tan grande pero no puedo, es más si me topo esa película en Blu Ray la compró sin pensarla dos veces, es como comer unas cremosas después de una mega peda (son hamburguesas de 15 pesos que venden en mi rancho, que en lugar de catsup les ponen crema y salsita verde picosa, saben de lujo pero ahí te encargo al otro día)
Espero que puedan comprender la debilidad de mi alma y al menos si no pueden perdonarme, oren por mi alma perdida ¡Hasta la próxima!
17 Again (Burr Steers, 2009)
Como cuando Eva le dio la manzana a Adán, como cuando Dalila se jodió a Sansón, como cuando Summer (Esa maldita perra) ató a la perdición a Joseph Gordon-Levitt, así fue cómo mi musa me arrastró a ver esta idiotez al cine argumentando su gusto por al ahora homosexual Zac Efron (Además de ser muy convincente con la frase “Siempre vemos lo que tú quieres”) ¿Acto seguido? Mi Pronóstico Palomero se va a la mierda, mi billetera sufre un bajón económico impactante que incluía boletos sin ninguna promoción, palomitas, refrescos, nachos, estacionamiento y unas nieves previas (Mas los cigarros para el susto) y me aplacó en mi asiento con un abrazo de mi musa que hasta ese momento parece insuficiente dada mi situación.
Por tal razón imploro misericordia a ustedes y a Kubrick, que juro por los dioses del cine que 17 Again me gustó ¡Y mucho! A través del cliché del cuento de cambio o transformaciones de cuerpos, el director hace una auto sátira de dicho argumento y de la tangente narrativa del género juvenil – cómico para llevar a cabo, a mi parecer, una inmunda pero muy divertida cinta gracias a sus referencias geeks al por mayor al mundo de Star Wars, Star Trek, Lord of the Rings y sabrá Kubrick cuantas “ñoñadas” más en carne de uno de los personajes secundarios. Por alguna bizarra cuestión mi estadía en el cine no fue solo disfrutable, sino llena de risas.
¿Lo irónico? Que mi musa no entendía ni un carajo de que me reía debido a que ella odia Star Wars, Star Trek y sobre todo The Lord of the Rings, y es que Zac Efron, el títere musical de Disney que hasta la fecha no sabe cómo actuar (No importa que sea comedia, drama, teatro, el histrión es nefasto) ¡Sale sobrando en toda la cinta! Siendo mencionados elementos en su libreto los que en verdad destacan resaltando al eterno actor secundario de comedias groseras llamado Thomas Lennon.
¿Lo peor? Que la tenemos en nuestra videoteca ¿Esto es de gustos culpables no? Lo que hacemos por las mujeres
2 Comments
La unica chingona es cyborg, las demas si estan pal perro.
Saludos
Está usted en todo lo correcto