El día en que Darth Vader gritó (Historia de un Fanboy)
Por Oscar M. Rodríguez.
Aunque ustedes no lo crean, su servidor y álter ego de su caza recompensas favorito dista mucho de ponerse trencitas de Jedi, maquillaje de Darth Maul y cascos blancos al servicio del Imperio; ni siquiera ha tenido el honor de cargar la replica del Maestro Yoda a sus espaldas ni hacer una coreografía de sables de plástico que asemejan a los de luz; mucho menos decora su cuarto con 10 000 fotos de la lucha galáctica. Su servidor es de gustos menos histriónicos, pues gusta de tener un espacio especial para las dos trilogías dentro de su videoteca, poseer solo una figura coleccionable regalada por su novia (de Boba Fett) y claro, tener el orgullo de haber entrado primero a las salas de estreno en Guadalajara cuando cada una de las películas de la nueva trilogía se estrenaba (Labor de acampado incluido). Su servidor es un “Warie” sin lugar a dudas y como tal, estoy agradecido con ese universo llamado Star Wars, el cual me cautivó, emocionó y causó en mí la inexplicable necesidad de consumir y amar el cine como arte (Aunque a veces no sea recíproco)
Tenía 11 años cuando todavía los Multicinemas eran los complejos que en la Cd. De Guadalajara proliferaban, y en ese tiempo fue cuando algo llamado “La Guerra de las Galaxias” se reestrenaba. Aunque recuerdo haber ido al cine con anterioridad, aquellos complejos significaban para mi no algo mas que mero entretenimiento visual y palomitas patrocinadas por tus padres… hasta ese momento, pues una persona me acarreó ese día de 1997 al cine, la cual no dejaba de hablar de aquella “Guerra intergaláctica”. La persona no mucho más grande que yo y conocido por ustedes como el Dr. Alex Waters (ya con la suficiente responsabilidad para llevarnos a mi y mi primo en un camión), había pagado los boletos para ver “El Imperio Contraataca”, y he ahí la hipnosis que el séptimo arte causó en mi.
Desde chico yo creo que he tenido buen gusto, pues como en ese momento, antes y el ahora, dicho film fue mi favorito (en el reestreno de la trilogía original) y se ha catalogado como una pieza fantástica de gran maestría, tanto en su guion (simple y perfecto), dirección (elegante y trepidante) y trabajo histriónico (personajes que se consumaron como leyenda en ese capitulo) ¡Así que imagínense a un chamaco de cabello de “honguito” (No era mi culpa) todo estupefacto al ver por primera vez a los AT-AT; conocer un villano intergaláctico de voz gruesa e imponente en su andar; a un caza recompensas que sorpresivamente le ganaba la partida a Han Solo en solo 15 minutos; y una batalla de sables de luz donde Vader decide ya no guardar silencio y revelar su verdadera identidad (Estimados, aquel día tuve la oportunidad de conocer ese giro de tuerca del mismo Vader). Mis visitas al cine habían cambiado radicalmente para siempre.
El resto es historia, pues como ya lo saben Star Wars me motivó a juntar mis domingos para ir a la tienda departamental mas cercana y comprarme películas que después me escondía entre el pantalón al llegar a mi casa, para que mis padres no vieran que a mis 12 años ya andaba codeándome con los Tiempos Violentos de Tarantino y con La Naranja Mecánica del que después adoptara como mi Maestro Jedi cinematográfico: Stanley Kubrick. Pero “La Guerra de las Galaxias” y la primera trilogía del reestreno de 1997 (En VHS) siempre ocupan desde aquel tiempo un lugar muy especial en mi videoteca.
Era 1999 y recuerdo perfectamente el tumulto de gente toda ansiosa y disfrazada en el lobby de Cinepolis de Centro Magno ¿La Hora? Media noche y su servidor y acompañantes ya estábamos sentados para revivir la gloria, parta consumir nuestra droga visual y para volver a ver las palabras “Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana…”. Pero algo paso, no se si fue la falta de creatividad artesanal y la proliferación de los efectos, o tal vez fue un angustioso personaje llamado Jar Jar, o tal vez un guion que se centraba mas en emocionar con las secuencias de acción que en transmitir la credibilidad del universo a través de dialogo y la buena dirección actoral. Algo paso, que a pesar de los increíbles momentos de un Qui–Gon Jinn y su padawan Obi–Wan, de una pelea majestuosa contra el Sith Darth Maul, y lo sublime que resultó visualmente la carrera de pods, sabia que yo y mis acompañantes no habíamos salido saciados. La calidad cinematográfica había sido mutilada y ya con reservas tuvimos que aguantar otros 3 años.
2002. La historia se repitió en aquella plaza; las expectativas eran altas, pues el comienzo del surgimiento de Darth Vader estaba por suceder, Jar Jar estaba casi eliminado y la tan mencionada Guerra de los Clones estaba a punto de comenzar. No obstante las cosas fueron empeorando ¿Qué le pasaba a George Lucas? La sala estaba desconcertada al ver un R2 D2 volando, al apreciar la historia de amor mas inverosímil y burda jamás antes vista, pero sobre todo, los espectadores estábamos anonadados de ver a Vader en carne de un actor completamente frio, sin la presencia y carácter del que tal vez es el mejor villano del cine desde aquel 1980 ¿Qué era lo que estábamos viendo? Una novela triste y sobreactuada, que de nuevo nos entregó secuencias de acción memorables (La Batalla de Geonosis), pero ¿Era suficiente? El silencio sepulcral o el levantamiento de criticas al terminar la función no se hicieron esperar, y todos aunque lo negáramos, sabíamos que ese día llegaría…
2005. Mi cambio de complejo se dio y me dispuse a pesar de todas las desilusiones apreciar por última vez un capítulo de Star Wars en pantalla grande ¡Cual fue mi sorpresa! Que la comunión del score, la acción y el dialogo de nuevo eran una realidad en momentos en la gran batalla de Coruscant, secuencia que al menos para su servidor fue un parteguas visual y un sentimiento de dicha, pues me recordé en aquellos multicinemas de 1997 apreciando la persecución en los asteroides. Y ya… Lucas no pudo mantenerse a ese nivel y desgraciadamente con cada minuto se aproximaba ese grito, el pináculo de lo absurdo, de la incoherencia argumental que se venía manejando desde aquel 1999 y que con el tan esperado resurgimiento de Darth Vader se daría como un baldazo de agua helada para todos los asistentes. Escuche un detonante y desesperado –¡No mames!- en aquella sala, mientras otros guardaban luto en silencio y algunos soltaban una risa burlona de incredulidad ante lo que estábamos viendo. Vader sin duda es un antihéroe torturado, pero Lucas nunca supo manejar un personaje que solo ayudó a desmeritar su presencia en la trilogía original; la leyenda del villano redimido legendario había sido destruido al menos en su estructuración cinematográfica.
Ahora, dicho asesinado argumental ha alcanzado a la trilogía original. Estamos ante una profanación en este reciente lanzamiento de Star Wars en Blu Ray, y es que Vader vuelve a mostrar esa debilidad, ese aberrante mugido en su clímax de redención. No me explico como alguien como Lucas puede no apreciar que su versión original es una clase maestra en la transmisión de la emoción: un Padre que no necesita lanzar ninguna voz y que inclusive a través de su mascara puede dar a notar la desesperación por ver a su hijo morir, a lo único que tiene y por lo que lucho y fue tentado hacia el Lado Oscuro. Estamos ante un creador que acaba de maltratar de sobremanera el momento más importante de su mitología: el balance de la fuerza.
Muchos preguntan ¿Cuál es el momento en que la obra de Lucas ya no es suya? ¿Tiene el derecho a modificar y alterar su obra a pesar lo lastimoso que puede resultar para nosotros los fanáticos y fieles fervientes de su universo? Estimados, él tiene el respetable poder de hacerlo cuando él lo quiera, pero nosotros tenemos también el orgullo y determinación de recordar a Star Wars como lo fue… una obra legendaria para el genero y el cine en general que abarco 9 años entre las décadas de los 70’s y 80’s. Si George Lucas tiene la necesidad de mutilar, destruir y empobrecer su ya construida mitología, nosotros sabemos que eso no es Star Wars y sencillamente podemos ignorar esto:
Pero cinéfilos, nunca podremos olvidar esto:
Esto puede ser una queja e inclusive un lamento, pero también es una ferviente dedicatoria a todos los fanáticos que, aunque consuman el más reciente lanzamiento, conocen que solo hay un Anakin Skywalker y una verdadera “Guerra de las Galaxias”.
4 Comments
totalmente deacuerdo. me recordo el episodio de South Partk en que lucas y spielberg violan a indiana jones, no de forma literal, pero es la percepcion del publico al ver su mas reciente obra
Sr. Luis gracias por su comentario. Exactamente South Park siempre será un reflejo de la realidad XD. Un saludo
Yo comprare una pelicula de Star Wars solo hasta que George Lucas muera, para de esa manera asegurar que ya no le hara modificaciones.
Gracias a Dios hace unos meses me encontre en un botadero de peliculas piratas la trilogia original sin ninguna modificacion, la imagen y el sonido no son lo mejor, pero me imagino que es lo mas cercano a lo que se vio en sus años mozos.
Conservelas y dsifrutelas estimado. Aunque vengan de fuentes de esa indole, valen la pena recordar la belleza natural sin ninguna plasta de botox. Saludos