El Dictador arremete contra Oscar
Si usted estimado cinéfilo tuvo la oportunidad de ver los peinados, los vestidos y la moda en general de la alfombra roja del Oscar, seguramente fijo su atención (como todo el mundo) en la aparición de Sascha Baron Cohen, gran cómico e invitado por el film Hugo, que aprovechó esta oportunidad para, bajo su muy particular estilo, promocionar su próximo film The Dictator, una sátira política que el mismo cómico interpreta bajo la piel de un mandatario de medio oriente en calcetines de K-Mart.
Baron Cohen, además de ser un gran parodiador y cómico (siempre políticamente incorrecto), también tiene una gran capacidad para la promoción y publicidad de sus films, los cuales responden a las simples y maravillosas bases de una comunicación integral de marca al utilizar tantos medios masivos, virtuales, el product placement, el marketing directo, entre otros, para crear un perfil de planeación estratégica y potencialización hacia su marca, producto y en esta ocasión, su película. Bajo su estilo y dejando de lado la gloriosa materia que abastece el consumismo, Cohen esta vez centró sus habilidades en presentar a su personaje en esta alfombra roja, ubicar a la cadena de televisión con mas rating en este momento y, finalmente, vaciar un vasija de aparentes cenizas a un tal Ryan, conductor de E!, que al parecer no le cayó nada bien el chistecito ¿Acto seguido? La seguridad de la Academia hizo su aparición en la forma de un calvo intimidante y sacó a Baron Cohen de la escena.
Cohen lo había conseguido. Se había convertido en trendtopic del día y había puesto a su dictador en la boca de todos ¿Pero que sería de una planeación estratégica sin el seguimiento de la misma? Lo que muchos no saben es que el cómico no solo fue removido de la alfombra roja, sino también de la ceremonia, pues los productores de la misma temieron que “El Dictador” fuera a llevar a cabo otra de sus fechoría y afectar la producción ¡Otro punto para Cohen! El cual ya había conseguido su ventaja competitiva para proseguir con un polémico y genial mensaje transmitido por medios virales y dirigido a esa Academia tan maldita apenas el día de ayer.
Quizá sus films sean de cuestionable calidad (así como su humor no es compatible con todos los sectores), pero uno no puede negar el naturalismo artístico y publicitario de este señor cómico que ha arremetido contra y en unión con Hollywood, para esta vez traernos a su tercer personaje polémico cinematográfico (tras Borat y Bruno), un dictador bastante incorrecto y con un acento que ya desde ahorita da risa. Yo me considero un fanático de este ser, el cual ha sabido combinar su arte cómico con estrategias publicitarias y siempre ha sabido mantener una imagen “buena” con la industria a pesar de su mensaje de crítica y sátira social, política y cultural que lo distinguen. Solo nos queda esperar por El dictador y ver si tanta campaña promocional logra una concordancia cognitiva en el resultado final hacia el consumidor.