El documentalista, entre Quijote y relegado
Jorge Prior y Everardo Gonzáles
Parece que nuevamente el documental mexicano saca la cara por el cine mexicano en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara. Ayer al mediodía, nueve directores de ocho documentales en competencia dieron una conferencia conjunta lo que de entrada predisponía lo que muchos han notado esta edición del festival: el documental fue relegado.
Uno de los temas que más reacciones causó entre los documentalistas fue el de las dificultades que cada uno tuvo para contar la historia que habían encontrado. Desde peripecias por espacios geográficos inhóspitos hasta cambios en el tratamiento del tema fue lo que compartieron los realizadores. Incluso afrontar la negativa de aquellos que no desean ser parte de un documental.
Jorge Prior, director de Lo que Sueñan las Cabras, dijo “un documentalista sin suerte está fregado” ya que para él hay situaciones que no pueden preverse por lo que hay que salir avante de las mismas y seguir con el desarrollo del proyecto. “El verdadero reto es saber estructurar lo que se está viendo”, agregó.
Sergio Morkin
Sergio Morkin recalcó que lo importante para alguien que desea hacer un documental es tener la historia, mientras que el equipo, presupuesto y demás barreras que se puedan enumerar podrán resolverse en la medida que se atreva a plasmar la realidad, por eso aseguró “si tienes una idea y crees en algo, esa energía te mueve”
Everardo González, director de Cuates de Australia, fue el que puso los puntos sobre las íes y señaló la deficiencias en organización en el festival. Señaló una situación curiosa en los boletos para funciones de su documental y es que en mientras la taquilla reportaba sala llena, la ocupación era de la tercera parte.
González también intervino al momento que la plática llegó al tema de la distribución y exhibición, hizo una analogía diciendo que mientras las productoras se concentran en la ingeniería genética, distribuidores y cadenas de exhibición aún están combatiendo la peste. Apuntó que una solución sería la distribución en línea, pagos directos o donativos que van directo a quienes gestionan o realizan las producciones.
Aún quedan documentales por ver y como dice el buen Fett ¡exijan cine!