Entre la Razón y la Locura debe haber algo más que aburrimiento

El lenguaje es una de las características humanas más complejas que existen. Cada lenguaje evoluciona con el paso de cada año, y retoma un sinfín de significados que es complicado documentar. Hay mucho qué encapsular dentro del idioma, ya que presentan y representan expresiones culturales y sociales cruciales, y su uso y forma de aprender, así como cuáles idiomas son los que decidimos aprender, marcan y responden a dinámicas sociales mucho mayores. Parte de las encrucijadas respecto al lenguaje, cómo se utiliza y cuál es su función de fondo es el criterio para decidir qué palabras son las “reales” y cuáles no, así como quién es la autoridad que marca el criterio sobre el lenguaje. Es así que, en años recientes, en el español ocurren debates importantes respecto a la evolución del lenguaje y la adaptación a un “lenguaje inclusivo”, que toma en cuenta diferentes perspectivas y se amplía para reconocer la existencia en el mismo lenguaje de personas que no son hombres. En inglés, se reabrió la discusión de cuál es el inglés “legítimo” tras el auge y popularidad del AAVE -African American Vernacular English-. Por lo tanto, es interesante regresar tres pasos y conocer cómo se fue oficializando el lenguaje, bajo qué criterios y quiénes fueron los que decidieron emprender la tarea de registrarlo. El filme debut del iraní Farhad Safinia, The Professor and the Madman, hace justo eso: presenta la historia detrás de la creación del diccionario Oxford del inglés y a dos de los hombres encargados de documentarlo.

Basada en la novela ‘The Surgeon of Crowthorne: A Tale of Murder, Madness and the Love of Words’ de Simon Winchester, el filme se centra en Sir James Murray (Mel Gibson), un filólogo y lexicógrafo escocés que se pone la tarea de recopilar y documentar todas las palabras en inglés, utilizando un sistema abierto donde cualquier persona que pudiera leer y escribir colaborara en la elaboración del diccionario. Es así que entra en contacto con el Dr. W. C. Minor (Sean Penn), un médico cirujano estadounidense retirado que se encuentra retirado en un hospital psiquiátrico, e inician una atípica amistad. Como otras biopics centradas en Eventos Históricos, el guion de Safinia, John Boorman y Todd Komarnicki se enfoca más en los hombres que en sus acciones, sin profundizar en sus motivaciones ni en las relaciones que mantienen con los demás. Asimismo, la película toca superficialmente la importancia de la recopilación lingüística -ni que ésta fuera realizada por personas consideradas como “externas” al Imperio Británico (ni los estadounidenses ni los escoceses eran vistos con buenos ojos durante el siglo XIX por los ingleses)- y la justificación de la misma. El resultado es una historia insípida, con un desarrollo tedioso y predecible que deja poco a la imaginación. Las actuaciones del reparto -que incluyen a Natalie Dormer, Jennifer Ehle, Ioan Gruffudd, Jeremy Irvine, y Stephen Dillane- cumplen con su cometido, y no hay ninguna que destaque o que aporte algo nuevo.

Lo que pudo haber sido un filme intrigante sobre la evolución de uno de los idiomas más populares e influyentes del mundo es, en realidad, un filme tedioso que mata toda curiosidad por la historia del lenguaje y cómo evoluciona a través de los años.

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