Es el momento de una Buena Idea, Mala Idea
Con las noticias de la semana, es el momento de una:
Que Tom Hardy sea el nuevo Mad Max
Ya era sabido que George Miller después terminar contrato con su pingüino bailador, se iba a poner a trabajar en la pre-producción de la nueva entrega del mítico personaje de la ficción especulativa que catapultó al ahora demente Mel Gibson a la fama. La leyenda de Mad Max “el guerrero del camino”, será revivida por su mismo director que, tras las dos primeras excepcionales entregas y una infame tercera, ha llamado a esta confirmada secuela Mad Max: Fury Road.
La buena idea aquí es que el protagónico recaerá en un actor que podría equilibrar la acción y el drama que engloban la psicología del atormentado guerrero; Tom Hardy, ya internacionalmente conocido como el próximo enemigo de Batman Bane, ya ha demostrado que también los roles dramáticos se le dan muy bien con Warrior, donde el histrión confirma que su carismático buen desempeño en Inception no fue solo un golpe de suerte, entregando una desgarrante actuación que bien y lo podrían llevar a alguna nominación.
Junto a Hardy, la otra y única participación confirmada es la de Charlize Theron. El guion también correrá a cargo de Miller, lo cual es doble buena idea, pues el realizador de seguro respetará la mitología de su personaje.
Otra innecesaria trilogía
Si una tardía cuarta parte de la saga fue aceptada, mucho se debe a la participación de George Miller, el cual hay que decirlo, esta convertido en un ente decadente que a duras penas ha visto subir sus bonos gracias a la fama de los pingüinos y la primera parte de Happy Feet. Lo que molesta aquí es que Miller ya ha confirmado tener listo un segundo guion y estar realizando ¡Otro tercero! para lo que parece ser una nueva trilogía de Mad Max.
Literalmente el realizador se ha vuelto “Mad George”, pues en menos de 6 meses y sin ni tan siquiera el primer borrador autorizado de la cuarta parte, Miller se ha puesto a escribir los guiones como si fueran cartitas a Santa Claus ¿En verdad es necesario revivir tan forzadamente al personaje? Recordemos que la tercera parte fue un asco total, denotándose que la fórmula, originalidad y/o creatividad del director al contar la historia del guerrero del camino ya se había terminado tras una fastuosa y sin duda la mejor segunda parte.
¿Qué podemos esperar? Un producto mediocre que tal vez haga que Mel Gibson se la tome en serio y destruya dementemente toda la producción.
El desempeño histriónico en The Warrior
Sencillamente increíble. Su servidor quedó perplejo al ver la última película de un resucitado Gavin O´Connor, el cual vuelve a mostrar que la dirección actoral y la centralización de la trama en la pisque de sus personajes son sus mejores armas. Warrior este año (Al igual que The Fighter en el anterior), es el referente histriónico en este tipo de dramas de deportivos que si bien siguen la misma línea argumental y clichés dignos del género, también aportan nuevos elementos que la hacen disfrutable y original.
Basada en las artes marciales mixtas, terreno que hasta ahora había sido ajenos para este tipo de dramas, los protagónicos corren a cargo de Joel Edgerton y de Tom Hardy, destacando este ultimo en el papel de un héroe de guerra renegado, resentido con la familia, torturado por su existencia y ahora redimido por este deporte; Hardy comprueba que es más que un actor de acción y ¡Ojo! Que de tener suerte hasta nominaciones podría coleccionar en el venidero año.
Sin embargo, el que en verdad destaca aquí es Nick Nolte, en el papel de un padre alcohólico que lucha día a día para olvidar su pasado y emprender un nuevo tiempo de paz con sus hijos. Este papel seguramente dará a Nolte no solo las nominaciones, sino inclusive algunos premios como Mejor Actor de Reparto.
El desempeño histriónico en Carnage
¿¡Pero que le paso a Roman!? Se podría decir que la obra teatral filmada y adaptada por Polanski de la novela homónima fue una verdadera decepción no solo para los que admiramos a este realizador, sino también para la cinematografía de este año.
Al asimilarse a una obra de teatro, el error no está en los planos y en la fotografía que el director sabe manejar como la tabla del uno con gran sencillez y maestría, sino simplemente en el desastroso desempeño actoral de las tres cuartas partes de su reparto integrado por una Jodie Foster y una Kate Winslet sobreactuadas, caricaturizadas y sin la credibilidad necesaria para sobrellevar una comedia satírica sobre la inmadurez de dos matrimonios que ven reflejados sus problemas, traumas y preocupaciones en su encuentro por conciliar un accidente causado por sus hijos. El otro problema se llama Christoph Waltz, pues el actor no puede salir de su cascaron villanezco en el cual se ha encasillado desde ya un par de años. Estos tres en experimentados histriones se notan fuera de su ambiente y alejados de la calidad a la que nos tienen acostumbrados, al igual que el mismo realizador que no supo encausar y conectar un simple y brillante guion con sus actuaciones.
La única mención honorifica va para John C. Reilly, el cual al contrario de sus compañeros, si se encuentra en su zona de confort y genero habitual, sobresaliendo su mismo carisma por encima de la notable falla de dirección. Qué pena por Polanski.
Nota: No acepten imitaciones de esta sección, pues además que están muy chafas… son piratas (¿Verdad Rogue Leader from Queretaro?)
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