Exhuma: Terror folclórico coreano agringado

El cine proveniente de Corea ha tomado un impulso espectacular en los últimos años, e incluso ya tiene un sello regional que hace que cada producción, no importando el género, despierte interés en el público. La industria surcoreana es consciente de este fenómeno y, para seguir conquistando más cuota de mercado, ha rebajado un poco su estilismo y se ha agringado con “Exhuma”, una cinta de terror que, aunque posee una parte del folclore de Corea, toma prestados ciertos elementos del cine americano para poder llegar a más gente.

La historia se centra en un grupo de personas formadas por una chaman, su aprendiz, un embalsamador y un geomántico, que son contratados por una familia adinerada para tratar el origen de un mal que los aqueja, proveniente de la tumba de un antepasado. El proceso de exhumación que nuestros protagonistas llevan a cabo liberará fuerzas que afectarán tanto a la familia como a los encargados de realizar los trabajos más allá del plano terrenal.

La cinta se puede dividir en dos actos. El primero está enfocado en la familia adinerada, contada en un tono thriller y más dirigida al terror folclórico. Es quizás la parte donde encuentra más balance, especialmente por el misterio generado alrededor de los antepasados y los secretos oscuros de la familia.

El segundo acto se centra completamente en los protagonistas, utilizando un Macguffin (que no termina de convencer). La película revela su verdadero objetivo: trasladar al plano del terror las vicisitudes del conflicto Japón-Corea del Sur, contando una historia donde la batalla se encuentra en el plano de lo intangible (El zorro partió la columna del tigre).

No es de extrañar que la parte central de la cinta se enfoque en la filosofía del feng shui, sobre lo referente a la energía del entorno (no por nada sus protagonistas se dedican al ámbito de lo místico) y especialmente a lo referente al yin-yang, estableciendo a la cultura coreana y la japonesa como estos dos opuestos necesarios para mantener el equilibrio.

Acompañada de una cámara precisa que da fotogramas refinados y atrapantes (especialmente en las escenas de rituales) que son la puerta para una atmósfera inquietante, la cinta se convierte en una historia ingeniosa para expresar de manera vehemente las cicatrices socioculturales de un conflicto que hasta la fecha cala en la región de uno de los cuatro tigres asiáticos.

Por desgracia, a pesar de ser una propuesta interesante y hasta cierto punto creativa, el problema es la falta de balance de su dirección, proveniente de un montaje más inestable que el peso mexicano frente al yen, y cuya consecuencia es una sobresaturación en su puesta en escena que puede llegar a ser confusa. Entre todo el contexto cultural que se nos otorga, añadiendo la atmósfera terrorífica generada por su propuesta visual y los arcos de sus personajes, a la cinta le falta por momentos ordenar sus objetivos. Juega con demasiados elementos en una puesta en escena y te sobresatura de información en una misma secuencia, mientras que con la parte visual y sonora quiere espantarte, quedando un descuadre enorme en las intenciones y sensaciones.

Añadan que su guionista le agrega demasiados clichés del cine americano, provocando que la propuesta coreana se agringue y generando que sea predecible (especialmente para los que ya son más fanáticos del género). Entiendo que el objetivo era acercarse más a un público más casual, pero en este intento quizás se termine sacrificando un poco de innovación y, por supuesto, del sello característico del cine de esta región.

  • Guion: 2.4
  • Dirección: 2.6
  • Actuaciones: 1.6
  • Extras: 0.5
  • Calificación: 7.1   – Buena (Se deja ver)

A pesar de ser una cinta que termina por agringarse, es un producto que entretiene y que funciona mucho mejor que el 80% de los churros gringos. Pero, sobre todo, cumple con la función principal de utilizar el terror para representar la parte más aguda del sentimiento colectivo de enemistad de dos pueblos (que de entrada es el objetivo de toda película de este género; la representación de emociones de manera extrema).

En un cine comercial (especialmente en el terror) que cada vez más desentierra franquicias muertas o fórmulas desgastadas, incluso en un nivel más genérico, es agradable ver que alguien se esfuerza, mientras otros hacen lo mínimo posible (y si te hablo a ti, Shyamalan, Wang, Mohan y al chico de la clase que se come el pegamento; Renny Harlin).

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Acerca del autor

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Actuario/Economista, Amante del Cine, Devoto de Dios, Intuitivo, Curioso, Rockero de corazón, Fanático de los Libros y del deporte de las tacleadas, quesero, colchonero, diablo rojo. "Las estadísticas son la forma en que las matemáticas cuentan las historias" "El arte es una ciencia y el trabajo del critico al igual que el del investigador es exponer sus axiomas y teoremas al mundo" "Estar de acuerdo, en no estar en desacuerdo es saludable"


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