Éxodo, Dioses y Reyes: Teología Interesante, Pobre Ejecución.
Saludos nuevamente, apreciables lectores amantes del buen cine. Después de un, irónicamente, éxodo auto impuesto para dar el paso más importante en mi vida (casarme con una princesa maravillosa) estamos de vuelta en este espacio par precisamente analizar este nuevo intento de recreación bíblica por parte de un antiguo genio que al parecer fue abandonado por sus dioses…
Éxodo, Dioses y Reyes ( Ridley Scott, 2014) es, como es bien sabido, una recreación del texto bíblico que narra el rescate del pueblo hebreo, tras siglos de esclavitud, del entonces todopoderoso Egipto. Se trata, posiblemente, del relato del Antiguo Testamento más dramático, aún por encima del Diluvio Universal (contenido en el Génesis) debido a lo terrible de los cataclismos descritos y la complejidad e importancia de los conceptos teológicos narrados para las religiones Abrahámicas y en general el llamado “Mundo Occidental”.
Este nuevo intento de epopeya bíblica, sin embargo, fracasa en su ejecución, añadiendo un nuevo clavo al ataúd de la fallecida genialidad del director que en su momento nos regaló eventos fílmicos de antología. Una excelente idea que se hunde al ver la luz. Veamos los motivos.
Una ingeniosa e interesante reinterpretación de los textos sagrados…
El Antiguo Testamento se compone de textos ricos en simbolismos y por lo tanto se presetan a variadas interpretaciones que bien podrían enriquecer ampliamente el relato mostrado. El Príncipe de Egipto ( Brenda Chapman et al, 1998) es un buen ejemplo de una reinterpretación enriquecida con licencias artísticas. Exodo… al menos acierta también en este punto, además de aventurarse, al igual que la animación mencionada, a explorar la relación entre Moisés y el faraón Ramsés II, familiar adoptivo devenido en némesis.
A diferencia del insufrible mamotreto de Aronofsky ( Aquella payasada llamada Noah, 2014), con su delirante indefinición, Exodo… plantea acertadas premisas en su reinterpretación del texto bíblico. Gran acierto el mostrarnos a un Moisés (Christian Bale) de formación y actitud guerrera, incrédulo ante la revelación de su origen hebreo y sobre todo ante su misión como libertador de su pueblo. La recreación de las terribles Plagas de Egipto como una secuencia lógica de desastres naturales (salvo La Muerte de los Primogénitos) es sumante acertada. La reacción del pueblo egipicio ante Las Plagas y la interpretación que le dan es también ingeniosa. Las hórridas condiciones del vida del pueblo hebreo durante su cautiverio es ciertamente dolorosa.
Pero lo mejor sin duda es la representación de un Dios soberbio, vengativo e incluso atemorizante, cuyas apariciones son una original interpretación del cómo pudieron haber sido los diálogos entre El Señor y Moisés. Es precisamente esta imagen de una deidad suprema y despiadada con quienes le desobedecen la que se nos ofrece en el Antiguo Testamento, lejos del Dios paternal y amoroso enseñado en el Nuevo Testamento.
…pero una pobrísima ejecución.
Desgraciadamente, estas interesantes propuestas teológicas descansan en una película apoyada enteramente en la grandiosidad de sus locaciones, diseño de producción y efectos especiales. Actuaciones parcas, carentes de emoción, un guión lento y anticlimático son las constantes de esta producción.
Scott declaró que con Bale ha tenido la que hasta ahora es su mejor relación director-actor. De esto nada se nota, pues el histrión, de talento sobradamente reconocido, se encuentra atado de pies y manos ante un guión plano y una pésima dirección, que le han impedido desplegar sus capacidades actorales. Posiblemente su peor interpretación hasta el momento, la cual opaca por completo la aplaudible caracterización de Moisés como un guerrero escéptico convertido en patriarca temeroso de Dios.
La gran Sigourney Weaver, quien interpreta a la madre de Ramsés, tal parece que sólo actúa como favor personal a su “cuatacho” Ridley. Del resto del casting, ni hablar.
A esto hemos de sumar un descarado auto-plagio por parte de Scott. La relación entre el faraón Seti (una decente interpretación de John Turturro), Ramsés y Moisés recuerda demasiado a la de Marco Aurelio, Máximo o Cómodo en Gladiador (2000), acaso la última gran obra del director. Ramsés II es demasiado parecido al berrinchudo emperador romano, al grado de copiar frases y actitudes (quienes hayan visto Gladiador no me dejarán mentir).
La Biblia no menciona el nombre del Faraón, quien ha sido indentificado como Ramsés II de forma tradicional según la opinión de diversos historiadores. Mientras que el Faraón bíblico es un tirano “de corazón endurecido“, el Ramsés histórico es recordado como un líder recio y unificador. Ambos casos totalmente opuestos al débil y caprichoso faraón presentado aquí (no obstante, decentemente interpretado por Joel Edgerton). Y no es la oposición a los textos sagrados lo que resulta inaceptable, sino que se trata de un rival demasiado débil para el belicoso Moisés.
Lo peor, no obstante, es el desarrollo lento y desesperante de los eventos. Nulos momentos memorables. Escaso drama y mínima tensión. Sólo las apariciones de Dios añaden algo de “sabor” a la trama, pero aun éstas se tornan monótonas. Soprendentemente, las Plagas no causan gran sobresalto (les juro que la breve secuencia musical de éstas en El Príncipe de Egipto son mucho más estremecedoras). Sólo la Muerte de los Primogénitos, descrita de forma terrorífica, destaca un poco. Y la partición del Mar Rojo, original y casi creíble, se pierde en este anticlimático desarrollo.
En conclusión
Hay que verla? Sí, pero en formatos caseros un domingo en la tarde o bien como material debate teológico. Entretenimiento cuestinoable y fugaz que colapsa totalmente las muy interesantes interpretaciones bíblicas contenidas. Un intento de epopeya bíblica privado de todo drama y emoción.
6 Comments
Saludos, Fett. ¿Recuerdas que hace unos meses te vaticiné que esta cinta sería un film intrascendente? Parece que acerté. El mayor problema con esta nueva embestida de Scott, en mi humilde opinión, es que no propone nada nuevo (no sé si también recuerdas que mencioné una cinta polaca que sí ejecutó algo nuevo con una historia egipcia y que dudaba que se hiciera así en este caso), y ya la de Cecil está como para que Scott pueda aportar más bien poco, aparte de los efectos especiales y el rollo de Dios. Qué lástima que actores como Bale , Weaver,Turturro y Kinsley estén tan flojos…¿sería por el guión o la dirección? Actores no tan conocidos como Golshifteh Farahani, María Valverde, Hiam Abbass y Edgerton están desaprovechados. No son conocidos por estos lares, pero los he visto actuar en películas de sus países de origen y aquí están que parecen otra cosa. Bien dices que a Ridley los dioses lo han abandonado…Yo creo que después de Blade Runner, porque a pesar de una que otra regular, lo cierto es que este señor no ha vuelto a hacer nada relevante. Abrazos.
Saludos, estimado amigo. Efectivamente Scott ha perdido su toque. Una idea adecuada pero una dirección soporífera. Actores talentosos interpretando como festival escolar y nulos momentos de verdadero drama. Una verdadera lástima. Y bueno, he de aclarar que el autor de esta nota es su servidor y no nuestro querido mercenario, jejejeje. Saludos y muchas gracias por comentar
Ya es hora de que alguien haga salir del olvido esa joyita que es El Príncipe de Egipto. Que es muchos mas dramática, espiritual y ambiciosa que la cinta de Ridley Scott.
Por otro lado, después de Gladiador, Scott me parece que si a realizado bastantes cosas destacables como Gangster Americano, El Reino de los Cielos Versión del Director (este es caso aparte, si se hubiera estrenado en cines este corte apuesto uno y la mitad del otro a que le hubieran caído varias nominaciones) y sobre todo la fallida-pero-muy-interesante El abogado del crimen.
Paren la prensa porque Baker Boy yo estamos de acuerdo con Kingdom of Heaven!
A decir verdad El Principe de Egipto es una obra excelente. Me atrevo a decir que Las Plagas, presentadas en una rápida secuencia con una pieza musical poderosa y emotiva, es un momento cumbre de la animación. En mi muy personal caso, esta secuencia animada me causa escalosfríos mientras que las Plagas de Ridley Scott, aunque atinadamente presentadas, no generaron una emoción siquiera equiparable y, peor aún, contó con ciertos momentos de humor totalmente innecesarios.
El Reino de los Cielos, aun en la versión editada que todos conocimos, es una obra destacada aunque lejos de la antigua grandeza del director; no obstante, para los entusiastas de la historia del Medioevo y de la tradición marcial de aquella época la pelícua es un verdadero deleite.
Muchas gracias por su comentario y es siempre un placer verlo por aquí.