F1: The Movie – El valor de la ingeniería fílmica y automotriz

Entre los efectos de la secuelitis, los remakes y las películas de verano que más que entretenimiento parecen monumentos a la pedantería del director, se ha perdido ese sabor clásico que solían tener los blockbusters: una mezcla de espectáculo, manufactura impecable que obligaba a los espectadores a ir al cine y una narrativa que, aunque no era innovadora, sí definía bien sus elementos básicos para contar una historia decente. F1: The Movie parece ser un recordatorio de esa manera de hacer cine

No es de extrañar que al revisar la ficha  de F1: The Movie encontremos como director a Joseph Kosinski (de quien tenemos la teoría de que no existe y es solo el alter ego de Tom Cruise en modo director). Desde su filmografía y su anterior éxito (Top Gun: Maverick), y por supuesto la influencia que Cruise ha tenido sobre él, Kosinski sabe perfectamente cuál es la fórmula para hacer que la gente regrese al cine. En palabras del propio Cruise, la única manera de hacer que el público salga de su sillón es darles algo que no puedan ver en casa y que les dé el incentivo para hacer el esfuerzo de ir a una sala.

F1: The Movie cuenta la historia de Sonny Hayes, un piloto veterano que fue promesa en los 90 en la F1 y que, tras un fuerte accidente, se retira para correr en competencias de bajo perfil. Treinta años después, regresa a las grandes ligas con una escudería con problemas financieros y un novato engreído como compañero de equipo.

Muchos de estos elementos son clásicos e incluso clichés de los dramas deportivos. La fórmula de novato vs. veterano ha sido vista mil veces, pero hay dos elementos que hacen que la F1: The Movie se mantenga sólida: La construcción de su personaje principal, un hombre solitario, con tendencias impulsivas y ludópatas, que recuerda a los anti-héroes clásicos del cine de los 70 y 80 (bastan dos escenas clave para darle profundidad y lógica al personaje, sostenido además por una excelente actuación de Brad Pitt); y el papel del novato, que si bien responde al estereotipo del deportista centennial obsesionado con Instagram, tiene una progresión lógica y creíble.

Por otra parte, el personaje de Kate (interpretado estupendamente por Kerry Condon), directora técnica de la escudería, aporta un subtexto interesante. Aunque su rol es básico, funciona como voz de la razón entre los dos protagonistas e incorpora un ángulo de empoderamiento femenino que aporta una tensión romántica que no estorba.

Puede que narrativamente F1: The Movie no tenga las piezas más innovadoras, pero lo que realmente destaca es su ingeniería cinematográfica, su impecable apartado técnico: desde una fotografía inmersiva que va desde la perspectiva dentro del automóvil, el trabajo del equipo de pits, hasta la cabina de los pilotos, captando las emociones y tensiones de cada momento, hasta un montaje que no pierde ningún detalle de las carreras o entrenamientos. Además, el sonido, envolvente sabe manejar los silencios y anclar el conflicto en los momentos importantes. Todo esto acompañado por un guion que logra ser didáctico para los no iniciados en la F1, explicando sin frenar la narrativa.

F1: The Movie se convierte en un espectáculo inmersivo, casi simulado en primera persona, donde cada impacto, jadeo, acelerón y vuelta se siente dentro de la sala, lo que la convierte prácticamente en una experiencia obligada para vivir en cines.

Generalmente considero una trampa de la crítica moderna enfocarse exclusivamente en los elementos técnicos, pero cuando estos están tan bien ejecutados que logran involucrar emocionalmente al espectador, ya no son adornos: son herramientas narrativas. En el caso específico de F1: The Movie, estos aspectos no son un lujo innecesario, sino parte del motor principal de la cinta.

Y por supuesto, aunque uno no seas fanático de este deporte, es fácil reconocer a figuras como Checo Pérez, Hamilton o Verstappen, así como las referencias a las reglas y estructuras de la competición. Estos guiños, bien integrados (como el uso del safety car), serán agradecidos por los aficionados, y quizás logren que algunos no tan cercanos al deporte se interesen más en él (en mi caso, ya tengo suficientes deportes que seguir…).

Calificaciones:

Dirección: 3.4

Guion: 2.7

Actuaciones: 1.8

Extras : 0.5

Calificación total: 8.4

Hay fanáticos de la Fórmula 1 que dicen que para competir es más importante un buen auto y un gran equipo de ingeniería que el piloto. Tal vez eso también aplica para el cine de verano: si bien el guion y el director deben tener cierto nivel, a veces evitar caer en pretensiones artísticas innecesarias y apostar por lo técnico puede ser la decisión más acertada.

F1: The Movie es una muestra de alto nivel visual, sonoro, de edición y hasta actoral, gracias al trabajo de un equipo de ingeniería cinematográfica impecable. Con un “piloto” que, aunque no es el más brillante, sabe perfectamente a dónde quiere llevar el auto. Porque entre tanta propuesta basura de Netflix y tanto remake innecesario, Joseph Kosinski está intentando algo muy claro: que la gente regrese a las salas. Porque sabe, como nosotros, que el cine se ve mejor, y se siente mejor, en el cine.

Grande Tom Cruise… digo, Joseph Kosinski.

Etiquetas:  

Acerca del autor

El Cine Actuario   @maxpower_ar?s=09   facebook.com/dvclocblog

Actuario/Economista, Amante del Cine, Devoto de Dios, Intuitivo, Curioso, Rockero de corazón, Fanático de los Libros y del deporte de las tacleadas, quesero, colchonero, diablo rojo. "Las estadísticas son la forma en que las matemáticas cuentan las historias" "El arte es una ciencia y el trabajo del critico al igual que el del investigador es exponer sus axiomas y teoremas al mundo" "Estar de acuerdo, en no estar en desacuerdo es saludable"


Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*

*

*