Fecha de Caducidad, Cine Nacional Gourmet

Discretamente “como la humedad”, diría mi abuelita, Fecha de Caducidad ha permanecido hasta hoy tres semanas en cartelera (por lo menos en la capital de México). Este es un éxito discreto y sobresaliente al mismo tiempo considerando que, para variar, se enfrenta a monstruos blockbusteros como El Conjuro (buena sin duda, no mi estilo, pero buena), la española Blanca Nieves y hasta la polémica también mexicana Las Venas, y al parecer sobrevivirá una semana más en las salas de cine.

Seré honesto y diré que el día que fui a ver Fecha de Expiración en realidad iba a ver Blanca Nieves, pero al ver que en el reparto se encontraba la genial Ana Ofelia Murguía ni los ostentosos nombres de Maribel Verdú o el pretencioso Daniel Giménez Cacho pudieron evitar que me decantara por esta producción nacional sobre todo porque como muchos, he tenido la suerte de ver lo que esta mancuerna es capaz de lograr.

Tras poco más de diez años de picar piedra para concretar esta producción Kenya Márquez, guionista y directora de esta cinta logra una obra deliciosa a la ya, hay que decirlo, un poco abusada fórmula de historias entrelazadas a lo El Callejón de Los Milagros. Sin embargo, la cinta se salva por un guión sólido que aterriza en lo humano y conecta con el público a pesar de su avance lento y aparentemente errático. Ana Ofelia Murguía no sólo es una madre desesperada en búsqueda de su hijo desaparecido (Eduardo España) sino que es la personificación de la soledad y la búsqueda de la esperanza a que se aferra una anciana que sabe que sus días sin su hijo, como millones de madres habitantes de  grandes urbes, son una condena al olvido y la soledad.

Damián Alcázar es otro motivo para ver esta película, una caracterización que raya en lo caricaturesco ayuda a crear un efectivo sentido de incomodidad y rechazo que en la vida real produce cualquier pepenador. La profundidad del personaje de Alcázar permite al espectador hurgar en la vaciedad de su ser que lucha en cada respiro para recuperar la dignidad que aún lo identifique como ser humano, amén de su evidente apego a los desechos humanos con los que, literalmente, edifica su vida día a día.

El elenco de este rompecabezas no podría ser más acertado al incluir a la genial Marisol Centeno, quien será el eslabón perdido en este laberinto de emociones que llega para unir violentamente las vidas de Ana Ofelia y Damián. Marisol, quien llega a la Ciudad de México huyendo de un violento pasado, es un satélite que va de paso eclipsando, confundiendo y cegando con su sola presencia la vida de estos singulares personajes que se envuelven en un delicado, suave y ácido manto de palabras nacidas en el humor negro y un sarcasmo digno del mismísimo Jorge Ibargüengoitia.

Fecha de caducidad termina recorre el camino en que murieron intentos Morirse En Domingo o Morirse Está en Hebreo.

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