FLOW: Un Viaje Espiritual.
Contexto
Después de su innovadora y pequeña primera cinta: “Away”, el director Gints Zilbalodis, vuelve con una propuesta más grande, más sólida y estremecedora. Flow sigue a un pequeño gato negro, quien es arrebatado de su hogar, debido a una inexplicable inundación. Ahora, junto con otros animales, deberán enfrentar un viaje lleno de aprendizaje y despedidas. Una experiencia casi espiritual, llena de simbolismos y sensaciones.
¿Qué funciona?
El estilo de animación es bello y texturizado, se diferencia del resto, gracias a trazos fuertes, formas imperfectas y paisajes que parecen pintados con acuarela.
El uso de la cámara digital es sencillamente impresionante, al igual que su título, va fluyendo a través de los bosques, montañas y océanos, con planos secuencia, que te mantienen inmerso, te hacen flotar durante toda la travesía, además de hacerte sentir a cada paso, que este mundo se hace más y más grande.
La ausencia de diálogos nos permite prestar mayor atención a las reacciones, movimientos y gestos de cada uno de los animales, parecen tan auténticos y naturales que generas una casi inmediata empatía y conexión, por lo que nos preocupamos por ellos en cada interacción, vínculo y peligro al que se enfrentan.
La música, creada por el mismo director, es un deleite. Toma inspiración de Away y la magnifíca, produciendo emociones conmovedoras en los momentos precisos, cobijándonos en una atmósfera de belleza y magnitud, el agua nos aísla, las montañas nos olvidan, la soledad nos cubre, somos diminutos, somos insignificantes… Pero, el sol nos da esperanza, las ballenas nos guían y las señales permiten que nos hundamos hasta el fondo.
Su sencillez, nos hace buscar respuestas, nos crea la necesidad de ver más, de sentir más, generando que cada persona encuentre en este viaje, un significado distinto.
¿Qué no funciona?
La historia particularmente lineal, puede no resultar tan atractiva para toda la audiencia, por lo que, quien no haya quedado inmerso en este mundo desde el comienzo, puede llegar a desconectarse en el camino, que considero, sería una lástima.
El tercer acto, llega a perder impacto, debido a que carece de un clímax que verdaderamente ponga aprueba la supervivencia de nuestros personajes.
¿Qué nos deja?
Desde las connotaciones religiosas, como el Arca de Noé, hasta animales que son guías espirituales, Flow deja en cada persona, mucho más de lo que uno pueda expresar con palabras, es por ello que me refiero a ella como un viaje sensorial y espiritual, una travesía sobre la soledad y la aceptación, el miedo y el amor, los caminos cruzados y las segundas oportunidades.
Las inundaciones pueden afrontarse de forma individual, claro, la supervivencia de uno, siempre será más sencilla, pues se requiere de más fortaleza y valentía, extender una mano, ceder ante el flujo y aceptar, que hay cosas que no se pueden superar en la soledad.