Footloose: No hay necesidad
La mayoría de veces uno tiene que entrar al cine con solo un objetivo…solo entretenerse, y más cuando en la actualidad hay una seria crisis de creatividad que hacen que Hollywood voltee al pasado para tratar de revivir clásicos; no obstante este caso en especifico no refiere a ningún clásico, sino a una cinta que en los ochenta fue víctima de la mediocridad en una época donde aún las historias adolescentes poseían un cierto grado de calidad y que en varias ocasiones inclusive lograron forjar films icónicos… pero este no es el caso.
Entonces hay que preguntarse urgentemente ¿Qué crisis tan excesiva esta viviendo Hollywood para empeñarse en revivir Footloose? Por si algunos no lo recuerdan, este film contaba con Kevin Bacon como protagónico y al igual que este refrito, contaba la historia de un joven que tras una tragedia personal llegaba a un pequeño pueblo donde las leyes prohibían el baile, debido también a un siniestro en el que varios jóvenes perdieron la vida.
Simpática película sin ninguna valía artística que en momentos logra entretener, pero que en realidad significa una reproducción que inclusive logra desmeritar a su ya de por si mediocre original…no hay necesidad.
Un problema de raíz
Uno pensaría que cuando el guionista de la versión original Dean Pitchford se encargaría también del libreto de este innecesario remake, la historia conservaría esa poca frescura que al menos hizo recordable para algunos la cinta de 1984, pero en la realidad significa todo lo contrario, pues el libreto es una copia adaptada a la actualidad , y no me refiero a la ambientación, sino a los infinitos productos de consumo televisivos regidos por la moda del musical Disney que centra sus tramas en los eternos clichés de 3 escenarios: un romance, una escuela y el baile como vehículo de una reforma, revolución y/o conclusión, que en este caso gracias al mismo planteamiento de la historia, engloba las tres ultimas características.
Entonces la verdadera identidad del film es el ser “uno mas de tantos”, sin ningún aporte creativo, actoral o de originalidad que tal y como recitar las tablas de multiplicar, solo responde a seguir al pie de la letra lo que ha dictado el género a través de la última década.
El director Craig Brewer en apenas su tercer largometraje no tiene mucho que aportar a dicho libreto, sin embargo la cinta a pesar de plantear una historia juvenil y con escenas musicales que pretenden darle un ágil ritmo, recae en planos y secuencias tediosas haciendo que la cinta se centre en situaciones ajenas al motif que como consecuencia hacen que 120 minutos sean exagerados y total y nuevamente innecesarios.
¿Actores o bailarines?
Lograr que Kevin Bacon quede como Marlon Brando es una tarea casi imposible, pero el buen Kenny Wormald tiene la última palabra, y es que ver a un bailarín profesional intentar actuar es penoso y en ocasiones tortuoso. Este joven ¿actor? baila muy bien, pero con su capacidad histriónica. Junto a este se encuentra la bella actriz Julianne Hough, que a pesar de mostrar algunos destellos de un futuro prometedor, queda corta en su desempeño aún cuando su personaje parece ser el más tridimensional de toda la cinta.
Esta cinta también sirve como “levanta muertos”, y es que ver a Andie McDowell solo cinco minutos en la pantalla es algo vergonzoso, mientras que su contraparte masculina Dennis Quaid ni que decir, pues habrá que mencionarle que enchuecar la quijada durante dos horas no es sinónimos de actuación.
Un soundtrack que pudo haber sido mejor
Quizá el punto fuerte de este remake debió haber sido su selección musical, pero al parecer la producción también decidió no escatimar esfuerzos en este. Aún así el OST de la cinta logra ser disfrutable en momentos presentando a mi parecer la versión original de la canción “Footlose” (escrita por el mismo guionista y también música Pitchford) y algunas buenas inclusiones como las de Quiet Riot, Smashing Pumpkins y ciertas piezas del country que logran cautivar al menos durante los primeros 10 minutos al espectador.
¿Hay que verla?
Solo si eres fanático de los bailables y producciones más mediocres de Disney (de esos que pasan como 7 veces al día en su canal), o quizá si eres un ochentero demasiado empedernido con mucha curiosidad de observar la nueva versión de aquel tímido film (solo recuerda que la curiosidad mato al gato o en este caso a tu dinero)
Guionista y director conservan algunos elementos que salvaron del olvido a su fuente original (El Volkswagen es uno de ellos), pero lamentablemente simular el tibio éxito del 84 les ha causado las peores menciones tanto del publico como de la critica (Apenas un 5.0 en IMDB). Repito, si gustan de perder el tiempo en el cine mientras pasean por la plaza o centro comercial y no tienen nada mejor que hacer (o mejor dicho, nada que hacer), vayan a ver Footloose, y quizá salgan con ganas de irse bailar con su pareja en la noche olvidando instantáneamente lo que acaban de ver.
Agradezco a Revista Clover y a su excelente equipo de trabajo, por el cual muchas de las críticas y/o reseñas de su caza recompensas preferido son posibles. Así también mando un saludo al equipo distribuidor de Paramount que como siempre hacen de cada función especial una muy buena y grata experiencia.
