Freaks: A 90 años de un gran fenómeno fílmico

Quizá estemos hablando de la película más polémica y adelantada a su tiempo en toda la historia fílmica. Freaks, que cumple 90 años de su estreno, es una joya inclasificable que sigue despertando en viejos y nuevos espectadores la misma contrariedad de sensaciones de aquel 1932, una combinación culposa entre repulsión y empatía generada no solo por el desfile de sus reales minusválidos (actores y actrices del mundo circense), sino también por la intrigante y siniestra narrativa de un Tod Browning que puso en su mayor obra, muchos de los estatutos del género thriller, terror y el llamado cine coral.

Pieza de una influencia clave, su tétrico desglose de realidad visual se da gracias a que el mismo Browning fue un cineasta originado del mundo circense; siendo trapecista, payaso y conviviendo con estas personas que tomaron pese a sus características especiales el rumbo del entretenimiento, el consecuentemente convertido en cineasta decidió tomar (o aprovechar) esa libertad artística para construir sobre ella un relato trágico de desamor y venganza. Esto es clave para analizar su magnificencia, pues Browning no construye el entorno, sino solo la historia dentro del mismo, efecto por el cual la audiencia recibe un constante doble impacto:

El primero naciente del orgánico, empático y/o repulsivo (depende de su nivel de hipocresía e “inclusión”) contacto con sus “freaks”, los cuáles a manera del más alto nivel de cine coral (Altman, Paul Thomas Anderson y otros debieron estar muy atentos), van desfilando en pantalla para que cada uno de ellos tenga una importante injerencia dentro de la narrativa “romántica”, el siniestro clímax, o simplemente para causar esa sensación de “pureza”, “inocencia” y la ya mencionada “empatía” hacía con su comuna (causando la ya mencionada contrariedad de emociones).

El segundo es derivado del relato de Browning, un thriller romántico, de estafa y de venganza que denota una complejidad narrativa exquisita al incluir tópicos y/o elementos del cine noir y por supuesto del terror, atmósfera que se implanta de manera natural hacía su espeluznante clímax, también apoyado por una mayor fuerza descriptiva de su entorno, y en donde el viento, la oscuridad de la noche y la lluvia se vuelven socios de aquella venganza de los “freaks”, para encausar un impactante giro que a pesar de rayar dentro de lo surreal, se siente tan real como sus verdaderos actores circenses.

Prohibida en Estados Unidos y Reino Unido por más de 30 años, la cinta fue redescubierta gracias al empuje del Festival de Venecia a principios de los 60, permitiendo no solo la internacionalización de esta obra, sino también el análisis y conocimientos alrededor de su casting y muchos de sus misterios, leyendas o hasta mitos.

Pasemos a descubrir 10 de sus más notorias curiosidades

Tras la prohibición en varios países, a Tod Browning le fue casi imposible conseguir trabajo después de 1932. Grupos religiosos y mucha parte de la audiencia presionó a los estudios para que sacaran no solo a la película de circulación, sino también su propio director. Browning solo dirigió cuatro cintas más (dos de ellas desacreditado), retirándose en 1939. Desafortunadamente no alcanzaría a ver el reestreno en 1963, pues fallecería solo un año antes a los 82 años

Los protagonistas del relato son Hans y Freida, protagonizados por dos de los integrantes de la llamada “La Familia Muñeco”, Harry y Daisy Earles. Una de las cosas más criticadas del film, es que mientras en pantalla debían tener una química romántica, los dos actores circenses eran en realidad hermanos, parte de una familia con enanismo y que migraron de Alemania a Estados Unidos para trabajar en los espectáculos de circo. En la vida real, Harry y Tod Browning eran muy amigos.

Todo el reparto de “freaks” de la película eran actores o “atracciones” reales de circo, conocidos previamente por Browning en su paso como trapecista y payaso.

Quizá el “freak” más simbólico y conocido sea “Schlitzie”, nacido bajo el nombre de Simon Metz. Metz nació con microcefalia y fue abandonado por sus padres biológicos, los cuales lo entregaron a un carnaval ambulante. Schlitize fue una “atracción” importante para el circo de P.T. Barnum, el cual lo exhibió bajo títulos como “pinhead” “el último de los aztecas”, “la chica mono” (de ahí el travestismo que incluso se da en la película), y “El ¿Qué es?”. Para algunos médicos, la condición de West le permitía actuar y pensar como un niño de 3 años, siendo descrito como alguien muy alegre y cariñoso. West vivió para ver el reestreno de la cinta y se convirtió en su tiempo en un icono de la cultura pop, siendo incluso influencia para la composición de una de las más famosas canciones de The Ramones: Pinhead

Browning ganó mucha notoriedad un año antes al dirigir Dracula, por lo que para Freaks se hizo de un casting original que incluía a celebridades Victor McLaglen, Myrna Loy y Jean Harlow. Los tres declinarían del proyecto sencillamente por qué no querían aparecer a lado de “fenómenos de feria” (declaraciones que se hicieron públicas en su momento).

Salvo por una sola secuencia de la película (ustedes ya saben cuál), no hay efectos de maquillaje en Freaks, siendo todo real y auténtico.

El corte original de la cinta era de 90 minutos, pero debido a las reacciones negativas del público y la presión de la productora, se perdieron 28 minutos que hasta la fecha no se han recuperado.

“El Príncipe Radian”, mejor conocido como “El Torso Humano” era cargado por su propio hijo en el set. Así mismo el artista circense realiza en la película uno de sus actos más famoso, que es prender un cigarro con un cerillo con su boca y músculos faciales

Irónicamente al momento de su estreno, la mayoría de los actores circenses manifestaron haberse arrepentido de haber aparecido en la película debido a la mala imagen que esta les dio. La mujer barbuda, Olga Roderick, fue de las principales voces de esta denuncia

Contrario a su villanesco papel, la actriz rusa Olga Baclanova sentía una auténtica empatía por sus compañeros(as) de reparto, formando vínculos y amistades con ellos consecuente a la filmación y lanzamiento de la película.

En 62 minutos de duración, Browning logró una de las mayores compenetraciones emocionales y psicológicas dentro del colectivo memorial del cinéfilo, no solo impactando, sino también teniendo un doble objetivo: el aterrorizar y el concientizar (de manera oportunista o accidental) sobre sus “freaks”. No es coincidencia pues que estos seres, que sienten, actúan y también deliberan de cuestionables maneras como cualquier ser humano, hayan manifestado en su himno “Gooble Gobble One Of Us” ese sentido y urgencia de pertenencia, pero también esa espeluznante y  consecuente venganza, resultado de la burla, el aprovechamiento y la repulsión de los otros fenómenos, los verdaderos monstruos y antagonistas del film

Gran joya.

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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