Godzilla x Kong: The New Empire – El Imperio de la idiotez

Existen dos tipos de películas sobre Godzilla / Kong; el primer tipo, es aquel metafórico drama bélico y/o de supervivencia donde el foco narrativo recae en una familia o un grupo de individuos que ven simbolizados en las criaturas su estado y/o entorno actual, una serie de conflictos que son una alegoría a la postguerra (Godzilla: Minus One), la depresión económica (King Kong), o bien un mensaje en pro del cuidado de la madre tierra en un ambiente pre bélico; el segundo tipo alude a un relato más enfocado a la acción, en donde las criaturas se dan de chingadazos constantes dejando de lado casi en su totalidad al elemento humano (como las pasadas Godzilla: God of Monsters y Godzilla versus Kong).

En ambos casos, el buen drama y/o entretenimiento se encuentran asegurados cuando dichos elementos son afianzados por una dirección que conoce su “tipo”, sin querer cruzar la línea del otro y sabiendo su propósito hacía el querer ser una cinta de mero y sano divertimento, o bien un drama que trascienda con una metáfora compleja.

Es una lástima que, siendo esta saga (exceptuando la primera) del tipo dos, Adam Wingard haya optado pasarse de la raya hacía el tipo uno, encausando un desbarajuste narrativo que básicamente se puede resumir en una bola de humanos idiotas haciendo demasiadas estupideces durante dos horas, quitándole no solo el protagonismo a sus criaturas, sino también ese sentido de acción y aventuras que tanto nos había gustado y sorprendido en la previa Godzilla versus Kong.

El problema principal no solo es que Godzilla y Kong cuentan con menos minutos de presencia que la subtrama humana, sino que también esta toma el protagonismo por parte de un incipiente desarrollo narrativo alrededor del cliché elemento de “El elegido”, un humano con super poderes que, por su intercesión tendrá que salvar al mundo con ayuda de sus amigos animalitos gigantes. En este caso será una niña, una arquetípica “Mary Sue” que sufre mucho por tener pesadillas y que por arte de magia, sus manos serán la clave para vencer a todos los kaijus malos.

Podríamos aludir entonces que esto es una película dirigida hacía los niños (la clasificación correcta sería AA), pero por desgracia no es así. Su tratamiento se esfuerza por complacer a ambos públicos creando un desequilibrio cómico – dramático que se torna desastroso hacía su final, ya no digamos por sus pobres y sobreactuadas labores histriónicas, sino por un ritmo que no presta atención ni a su título ni a sus criaturas, creando secuencias de acción tan pobres, recicladas y cortas, que hacen extrañar el único objetivo de sus anteriores entregas: entretener a base de explosivas escenas de combate.

El montaje agrava todo. Su desarrollo es tan predecible que la alternancia entre criaturas y humanos hace pensar que todo el conflicto de la cinta se suscita en unas cuantas horas, sin un trasfondo previo que nos haga conectar con la amenaza o bien que nos dirija hacía algún momento o dosis de tensión. Incluso en la pasada entrega, el suspenso de su batalla final nos hacía dudar por el destino y/o victoria de las criaturas, algo que aquí pasa de manera automática, con una duración de sus batallas menor a cualquier enemigo de quinta de Iron Man – Marvel, y sin ninguna impresión de emotividad y/o empatía hacía ningún personaje.

El uso de los “deus ex machina” es tan ridículo y excesivo que la trama en su clímax pierde cualquier esbozo de lógica o interés, desperdiciando de paso la construcción de su “nuevo mundo” o “imperio”, que se resume en una alcantarilla debajo del “otro mundo” que ya se había estructurado previamente.

Por otra parte, el drama transformado en un burdo humor, más que crear una simpatía, aleja al espectador de sus insufribles y detestables personajes humanos, lo cual causa más lástima al ver a una Rebecca Hall rebajando su talento en esta patética interacción con menos talento actoral que un videohome de youtube.

Oigan ¿Y Kong? ¿Y Godzilla? ¿Y los villanos? Son los menos culpables. Las atracciones CGI en esta ocasión son, como el espectador, las verdaderas víctimas narrativas, y que se presentan deslucidas, sin tiempo, con una estructura básica y con una conclusión fugaz y ajena a todo sentido visual épico al acostumbrado al menos en las dos pasadas entregas de este Monsterverse (que empieza a ya dar señales de cansancio extremo).

Resulta inaudito como la crítica vendida (y los baratos influencers) hayan sucumbido a rebajarse a alabar un entretenimiento de tan baja calidad, llevándonos cada vez más cerca a una era oscura donde como bien predijeron los Simpson, un balón en la ingle podría ser la próxima ganadora del Oscar (o el blockbuster mejor reseñado). Quizá ya estemos en ella, donde un chango y una lagartija creados por computadora tienen un mayor registro dramático que los actores de carne y hueso, y donde un director como Wingard puede ser enaltecido por una de las peores películas comerciales de los últimos años.

La era oscura ya está aquí, donde una película HORRENDA es recomendada como el último bastión del entretenimiento

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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