Greyhound: Potente retrato bélico con un Tom Hanks en su mínimo esfuerzo
Consciente de su poder mediático y de que en muchas ocasiones con su sola presencia basta para mantener a flote cualquier proyecto, Tom Hanks adapta y protagoniza la última cinta bélica y estreno relevante en nuestra pandémica cartelera: Greyhound, súper producción que tuvo que adaptarse a la nueva normalidad y pasar a ser transmitida por medio de Apple Tv, decisión que se agradece por parte de la audiencia, pero que al mismo tiempo significa el sacrificio de sus principales armas: el espectáculo bélico – naval tanto visual como auditivamente.
Basada en la novela de The Good Shepherd de C.S. Forester, Greyhound nos cuenta como en los primeros días de la intervención de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial, un convoy que lleva armamento y provisiones de América a Reino Unido se ve atacado por una “jauría” de submarinos nazis que intentarán destruir la ayuda aliada.
Teniendo en cuenta que por su naturaleza narrativa, cualquier cinta sobre “submarinos” ya supone la impresión de un loable suspenso desde el más básico de sus desarrollos, el desaparecido pero loable director, Aaron Schneider, aporta lo necesario para surtir al sencillo y poco estructurado guion de Hanks de sublimes secuencias bélicas que debieron merecer pantalla grande. Es ahí donde Greyhound destaca, en su apartado visual y directivo, mostrando la guerra en altamar en todo su esplendor entre los destructores aliados y los submarinos nazis.
Por otra parte el guion de Hanks no repara en ningún trasfondo fuera de su protagónico, el capitán de este convoy, novato pero 100% religioso y patriota, surtiendo un efecto romántico y superficial a su “divinamente suertudo” personaje, lleno de fe y de barras y estrellas corriendo por sus venas. Si bien los pasajes de la Biblia y un par de flashbacks sirven para sobre estructurar la bondad que de por sí Hanks despide hasta por los poros, en ningún momento su personaje comunica la empatía requerida. Esta fragilidad puede ser reparada o maquillada agregando relevancia o trasfondo a sus personajes secundarios (tal y como la hace la similar U-571), pero en Greyhound nadie más importa más que Hanks, por lo que estos son relegados a simples elementos – utensilios de diálogos en la trama.
Otra cuestión elogiable del film es su duración, y es que Schneider quizá al saber la debilidad del libreto, decide realizar una odisea de una sola travesía con un formidable ritmo y secuencias de batalla perfectamente incrustadas en los momentos precisos. El suspenso como lo mencioné se da por “default” al tener submarinos inmiscuidos en tu historia, pero la astucia directiva se agrega al nunca dejar caer el relato en la mera presencia de Hanks, regalando el otro protagónico a los apartados audio – visuales de principio a fin.
Si toda película sobre submarinos se debería comparar con la mejor sobre el rubro: Das Boot, Greyhound regala una batalla y resistencia interesante en el apartado estético, dejando que sus diálogos y pobre desarrollo de personajes se hundan en el Atlántico junto con su por momentos insufrible sentido patriotero – religioso.
Aun así funciona como uno de los entretenimientos más loables de esta interminable cuarentena fílmica, confirmado para bien o para mal que la mera presencia y capacidad de Tom Hanks, aún en su estado de mínimo esfuerzo, puede dar batalla a cualquier producción tanto dentro como fuera de esta accidentada cartelera.
2 Comments
Como que hace falta un “momentos favoritos del cine: Das Boot” para recordar esa joya, (ya me dieron ganas de revisitarla)
This is the way.
Saludos Master
Espéreme un poquito estimado que ya ando tras la lista definitiva de las mejores 50 cintas bélicas