Güeros: El Batidillo de Ruizpalacios

Güeros, opera prima (me encanta el término) de Alonso Ruizpalacios:

  • Festival de Berlín: Mejor ópera prima
  • Festival de San Sebastián: Mejor película latinoamericana
  • Festival de Tribeca: Mejor fotografía y mejor nuevo director
  • Premios Fénix: Nominada a Mejor música original

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Ahora que ya tengo su atención les quiero platicar de dónde salió tanto premio, pues todos esos premios salieron de la nada, así, tal cual,  DE – LA – NA – DA.

Güeros es la película más imperfecta que he visto en mucho tiempo, haga usted de cuenta que Ruizpalacios metió en una licuadora todo lo que le enseñaron en la escuela: elipsis,  primeros planos, juegos sonoros, planos secuenciales, etcétera, etcétera. Una vez que licúa todo esto le quita el color y la corta de manera burda. Le agrega un toque de Los Olvidados, un poquitín de Los Caifanes de Juan Ibáñez; la adereza con la música de Agustín Lara en la voz de Toña la Negra  y ¡Voilà! La sirve en un platón con forma de Ciudad de México con guarnición de huelga universitaria y de postre una deliciosa fotografía.

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Sombra (Tenoch Huerta) y Santos (Leonardo Ortizgris), dos amigos que comparten apartamento se dedican a “no hacer nada” en el mundo de su desvencijado hogar mientras en la UNAM se vive la huelga estudiantil de 1999. Juegan cartas, se roban la luz del vecino, beben, en fin unos auténticos “Ninis” (ni estudian, ni trabajan). Tomás (Sebastián Aguirre) hermano menor de Sombra llega a romper con su monotonía al ser enviado por su madre a vivir con su hermano por una temporada. Tomás consigue sacarlos de su letargo para ir a buscar al moribundo Epigmenio Cruz, ídolo musical de su padre. Esta búsqueda los llevará por toda la ciudad de México en temporada de huelga. A su peregrinar se agrega Ana (Ilse Salas) vocera del movimiento estudiantil y el amor secreto de Sombra.

La película te engancha desde el primer momento con la fuerza de sus imágenes en blanco y negro, por momentos es diáfana y por otros tantos es un caos, en más de una ocasión me di cuenta que me estaba riendo porque: ¡eh, no terminó la escena! Conforme avanza la historia te vas dando cuenta que quedaron varias historias a medias, pero no importa, al final, tendrás tu final.

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La combinación de actores me pareció excelente, me da la impresión que Sebastián Aguirre (Obediencia Perfecta) se retrae un poco en su  papel, pero conforme avanza la cinta se va plantando más firme en ella, todos muy bien, aunque no es una película de época nos remonta al pasado de la Ciudad de los Palacios, el blanco y negro, así como la caracterización de sus personajes hacen que pierdas la noción del tiempo.

Damián García (La vida precoz y breve de Sabina Rivas, El Infierno) entrega una fotografía estupenda, de lo mejor de la película, sin quitarle el encanto a la locura de la dirección de Ruizpalacios. La música es nostálgica, no hay otra manera de describirla, la manera en que aparece entre las escenas se asemeja a la manera en que la tenemos guardada en los recuerdos del alma.

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Magistralmente imperfecta ¡Esa, esa es la genialidad de Güeros! Yo no sé si esta genialidad fue planeada o es un afortunado accidente pero resultó toda una experiencia ir a verla. Pareciera que la intención era hacer un drama y les salió una comedia, al menos yo me reía mucho, y no era la única, la sala de cine estaba llena de sarcásticos como yo seguramente. En este punto me reconforta saber que no soy leída por los grandes críticos cinematográficos, porque tal vez hasta se tomarían el tiempo para jalarme las orejas, por tomar tan a  ligera todo esto, le quité la seriedad a la huelga universitaria de 1999 y me quedé sólo con el viaje a bordo de esta road movie.

En Güeros hay drama, hay un gran drama que late en los conflictos sociales y estudiantiles, hay drama en la desintegración de la familia, en la violencia y en la delincuencia con la que caminamos hombro con hombro todos los días, en Güeros hay una ciudad de México latiendo, aferrándose a su identidad pero buscando un nuevo sentido. Así como el globo que cae de golpe y nos baña con agua fría así ira cambiando el rumbo de esta película, no se la pierda porque el camino apenas empieza.

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2 Comments

  • Pude verla en cartelera, luego las quitan rápido y llenan las salas con mil funciones de lo mismo.

    No pude definir lo que sentí hasta que leí esta reseña, pues efectivamente, hay algo caótico y no me desagrada. Creo que la mayor virtud de Güeros es que no se toma tan en serio, o al menos trata de convencerte de ello.

    Buena reseña, saludos.

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  • Así es Gilberto, está hecha así a propósito y esa locura fue la que me gustó. Claro que me recordó mucho a Los Olvidados pero sólo por detalle del blanco y negro, que hacía ver a los protagonistas atemporales. La fotografía me pareció fantástica, lo que en verdad me enganchó de la película fue lo divertida que me resultó . Es difícil conseguir que el público se ría con una película de esta calidad, las buenas películas de cine mexicano por lo general no son divertidas y por eso la gente no va a verlas. En este caso creo que hay equilibrio entre los tipos de público que la pueden apreciar. Gracias por comentar!!

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