Heretic: Hugh Grant, el mesías de A24
A24 ha tenido más errores que aciertos en los últimos tiempos, con decisiones más orientadas a ser mediáticas que propositivas, peligrando incluso en ser el nuevo Mubi, del que sólo queda ahora una imagen snob y mamadora. Ante esto, la expectativa de Heretic no era tan alta, pero tal vez sean esas bajas expectativas las que le ayudan a posicionarse más de lo que debería.
El dúo Scott Beck y Bryan Woods, coguionistas de A quiet place, dirige este thriller teológico con varios aciertos y varios defectos también. El primer acierto de Heretic es también un error, y es que, aunque el guion es astuto, no es lo suficientemente inteligente para mantener un relato redondo que mantenga el mismo nivel de tensión, coherencia y verosimilitud con los que comienza. En historia Heretic es más bien simple, contándonos como un solitario hombre les tiende una trampa ‘al gato y al ratón’ a dos chicas mormonas que quieren evangelizarlo a su religión.
Esta trampa es más del tipo ‘intelectual’, donde los directores – escritores sueltan varias críticas a la religión desde una perspectiva racional, cuestionando los porqués de cada una y señalando las similitudes entre los diferentes cultos. Todo esto va construyendo en Heretic un relato de creciente tensión que, a pesar de no ahondar más allá de lo que se puede encontrar en Internet, engancha totalmente.
Y ese gancho se debe, en gran parte a un Hugh Grant espectacular, fuera de su zona de confort con un papel que rara vez ha estado en sus registros. Su Mr Reed hace que Heretic no necesite recurrir a los clichés del género, pues Grant le imprime su característico encanto y presencia para hacerlo retorcidamente siniestro (sigue tomando estas buenas decisiones en tu carrera, Hugh!)
Ese charm encuentra muy buena réplica en sus dos co estelares, Sophie Thatcher y Chloe East, quienes juegan una suerte de ese ying y yang dentro de una religión. Una hecha a molde, viviendo y predicando su culto sin ser contestataria y la otra más racional, mas ‘oscura’, de esas que encontraron alivio a sus secretos/pasado en la religión. Este par recuerda un poco a los personajes que representaban el fanatismo y ma fe en ‘Nazarín’, de Buñuel. Y hablando de referencias, hay una escena que irremediablemente recuerda también a ‘El ángel exterminador’, del mismo director español, donde las chicas mormonas intentan escapar pero hay algo que no se los permite.
Como referencias en Heretic también se encuentran muchas cosas pop perfectamente integradas al relato, desde unas más cómicas como Star Wars hasta otras más desconcertantes, como canciones de Radiohead, Lana del Rey y hasta al Monopoly, que a la postre llevan a la reflexión por su similitud de cómo funcionan las religiones.
Grandes aciertos en Heretic son también el diseño de producción, ambientación y la cinematografía, perfectamente amalgamadas para ser un personaje clave, donde te arrastran a esa tensión y ansiedad con su diseño que recuerda a los infiernos de Dante Alighieri. Hay una gran economía de espacios, considerando que sólo son, casi exclusivamente, 3 locaciones generales.
Probablemente el error más grave de Heretic es que, a partir de la segunda mitad, el relato se empieza a desinflar, tirando todo aquel planteamiento racional-intelectual y retador con giros y arcos de personajes exagerados e inverosímiles para su comienzo. Con todo, se agradece que Heretic tenga una idea refrescante para el género, decentemente ejecutada y con actuaciones muy buenas.
Kuddos para la distribuidora y su agencia, que pusieron velas aromáticas en la función de prensa y que regalaron blueberry pie, algo que te mete por completo en el mood de Heretic. Vayan a verla y nos cuentan si conectaron.