Historias del Desencanto
Tras un accidente automovilístico Ainda se traslada a un momento en que la tierra es víctima de un hechizo, es víctima del “Desencanto”. Y es en este nuevo y caótico (des)orden mundial que se desarrolla una fantasía onírica muy mexicana. Historias del Desencanto de los directores Felipe Gómez y Alejandro Valle es una cinta que hipnotiza por su delirante y surrealista estética incursionando en un género poco explorado en México.
La historia aborda la vida de tres personajes cuya vida divaga entre el sueño y la realidad sumergidos en un océano de emociones que eleva a la audiencia a fuego lento a un estado casi hipnótico y lo transporta a un universo que funciona con sus propias reglas. El soundtrack es una belleza aparte, la mezcla de sonidos suaves casi infantiles contrasta con el lenguaje de calle, tratado de una manera que arranca más sonrisas que ofensas al respetable, es el marco ideal para esta poco convencional historia cuyas líneas también oscila entre la referencia histórica más obscura y rebuscada hasta la simpleza más inocente.
Formar una pieza en la que convergen cuentos de hadas, el despertar sexual de una confundida adolescente y la violenta realidad que se vive en unas calles sin ley (tipo policía federal con todo y madrinas y tehuacanazo) no debió ser una tarea sencilla, pero el resultado debió ser más que satisfactorio.
A pesar de su limitada distribución comercial, Historias… ha logrado abrirse camino entre un público hambriento de propuestas alternativas a cintas urbanas o de narcos, filmada en 2005, justo cuando la violencia narco empezó a recrudecerse en el país es de lamentar que los complejos cinematográficos no hayan aprovechado la oportunidad para ofrecer un escape fantástico (temporal) que permitiera un momento de evasión recreativa.
¿Película clase “B”?¿Demasiado arriesgada para el público mexicano?¿Pretenciosa? Clase “B” quizá, arriesgada no lo sé, si hay público que acepta con beneplácito cintas como Los Indestructibles, Indiana Jones, Duro de Matar, no veo por qué esta cinta no debiera tener una oportunidad, y de pretenciosa no tiene nada, más bien un gusto excéntrico que ya huele a culto. Ustedes decidan.