If Beale Street Could Talk: Empalagosa y extremista historia de amor
Hay un efecto alucinógeno en lo último del ganador del Oscar Barry Jenkins, y es que el visionado de su nueva película se puede asemejar a tragarte de un solo sentón todo un frasco de Nutella: primero te va a gustar, es dulce, es rica, se ve y sabe bien, pero con el pasar de los minutos aquel inmenso bote de azúcar te comenzará a aturdir, causándote un ataque de ansiedad que irá incrementando tus niveles de glucosa haciéndote buscar una salida de aquella aletargada, interminable y empalagosa tortura.
Quizá el problema más grave de If Beale Street Could Talk es que su estructura narrativa es muy pobre y en aquellas dos horas la historia va de nada, siendo un convencional y aburrido anecdotario que apenas logra destacar cuando más de 3 actores se juntan debido a su innegable talento histriónico. Así, Jenkins es capaz de proyectar un par de momentos de potente dosis dramática en aquel cuento sobre la raza negra, pero más que un ejercicio de amor, todo se trasversa en una queja sobre cómo son de malos los blancos y buenos los negros; si bien es válido el ser testigos y concientizar día a día sobre la constante tragedia social llamada racismo y en la cual nuestros hermanos de color aún viven los vestigios de una época cruel e injusta, el metraje en ningún momento aterriza en la realidad al dejar ajeno de profundidad a todo aquel personaje que no se encuentre dentro del núcleo familiar protagonista, aludiendo a acciones y a un conflicto principal en el que no se ahondará y ni mucho menos se concluirá, dejando todo a la deriva y confiado a que la miel que escurre de manera visual pueda soportar toda la trama.
Lo irónico del asunto es que si existía un trasfondo, un crimen de violación sin resolver y que pretende ser el motor en esta resquebrajada historia de amor imposible entre dos de los seres más bondadosos que ha parido el universo; pero al parecer Jenkins decidió olvidarlo, confiando su visión a 3 factores: las aceptables interpretaciones, una portentosa fotografía que derrama azúcar y bellas imágenes de manera incansable, y una serie de melodías que en combinación pueden llegar a drogar al espectador para que de manera inexplicable llegue al final del viaje, en donde no habrá nada, y cuando digo nada ¡créanme! Es nada
Pero existe un factor extra que en toda esta corrección política (que ha llegado a límites absurdos como el premio de Black Panther al mejor reparto del 2018 según el Sindicato de Actores) sirve como principal desestabilizador de la trama, y ese es que Jenkins al parecer piensa, como otros extremistas (Spike Lee), que una película se puede basar única y totalmente en lo trágico que es ser negro, y no me refiero a que esto signifique que los malos sean los blancos o estos importen un carajo en la trama ¡no! Sino que solamente ni el conflicto, ni su desarrollo, ni su clímax (que no tiene), ni su conclusión aportan algo de interés, concibiendo todo en un montaje de primeros planos e imágenes bonitas en los que solo se hable y se muestra que es ser “negro”.
Un claro problema de guion y dirección, por suerte lo poco destacable (además de su música y fotografía) de esta obra son un par de actuaciones, resaltando la de Regina King como la madre y suegra más buena del mundo, Teyonah Parris como la hermana más buena del mundo y Stephan James como el novio / esposo / padre encarcelado más bueno del mundo, recayendo en este el peso de la apenas creíble química con su contraparte protagonista, la novata Kiki Layne, la novia / esposa más buena de todo el mundo.
En conclusión, si esta película hablara sería lo más cercano a un(a) acosador(a) que todo el día, a cada hora y durante toda la semana, te estaría hablando para no platicarte ni tener una conversación contigo más que el decirte que te ama ¿enfadoso(a) no lo creen? En su afán por romancear y desperdiciando un motor de thriller y suspenso, esta crítica y/o queja adornada sobre el racismo pudo haber sido dirigido por un Spike Lee relleno de azúcar y de igual manera pasar al olvido (y a la sobrevaloración) de manera inmediata.