Indiana Jones and the Dial of Destiny: Crítica de un Arqueólogo a otro Arqueólogo
De nuevo de vuelta estimados al rincón del Arqueodan, y obviamente no podía faltar que yo como arqueólogo de profesión pusiera en práctica la actividad más arqueológica que puede haber en el gremio: ¡Exacto! Criticar a otro arqueólogo. Es así como Lucasfilm, de la mano de la compañía del ratón, nos traen de vuelta al arqueólogo más famoso y destructivo de todos los tiempos. Y aquí les traigo esta pequeña reseña donde no solamente esta implícita la visión cinéfila, sino también la visión de un arqueólogo. Y de una vez les digo: ¡ALERTA DE SPOILERS!
De vuelta al origen
Después de la desastrosa entrega que fue El Reino de la Calavera de Cristal, poco se podía rescatar del apasionante mundo que construyó Lucas hace unas décadas atrás, dónde el afamado Dr. Henry “Indiana” Jones Jr. se encargaba de recuperar valiosos tesoros arqueológicos de las manos de los Nazis y de los soviéticos, porque además de que estos tenían un incalculable valor histórico, también en las manos equivocadas podían poner en riesgo a toda la humanidad.
En lo particular, tengo sentimientos encontrados con la saga de Indiana Jones, pues al igual que le pasa a la mayoría de los paleontólogos con Jurassic Park, considero que la mejor versión de “Indy” como aventura arqueológica es sin duda la primera película, es decir Indiana Jones y el Arca Perdida. Al igual que en el caso de la primera película de Jurassic Park, tenemos un filme que buscó acercarse a la arqueología como disciplina en un contexto histórico particular donde todavía la profesión no se separaba del todo del anticuarismo (y por si se lo preguntan, sí, los nazis cazaban tesoros arqueológicos, Hitler y Himmler estaban especialmente obsesionados con los objetos religiosos como el santo grial y el arca de la alianza). Pero después tuvimos a Indiana Jones y el templo de la perdición, que significó un quiebre polémico (y que me perdonen muchos, pero esta película es el “The Last Jedi” del universo de Indiana Jones, una película que carece de lógica y conexión con lo visto en la entrega pasada). Aun así, “Indy” se redimió con “La Última Cruzada”, para finalmente cavar su tumba con “El Reino de la Calavera de Cristal”.
Dejemos algo en claro ¡TODAS! las películas de Indiana Jones tienen errores históricos y arqueológicos terribles (como cuando Indiana dijo que Pancho Villa hablaba quechua, porque ya saben, Durango está a media cuadra de Perú), pero a pesar de eso, no deja de ser un universo hipnótico y lleno de posibilidades. Podríamos decir dentro de este microcosmos “El Dial del Destino” se posiciona como la película más madura de Indiana Jones, sobre todo porque regresó a la esencia de “la aventura arqueológica” que conocimos en su primera película.
Un villano a la altura
Lo primero a destacar es que, aunque regresaron los Nazis como enemigos (a pesar de que en teoría ya para esa época estaban desaparecidos), esta vez lo hicieron en forma de Mads Mikkelsen. un villano que no está cegado por la ideología política, sino uno con un toque más interesante, racional, con un propósito más claro y con una consistencia mucho más definida, al punto de que en gran parte de la película se roba completamente el show. Un villano a la altura de Indiana Jones.
Se dejaron atrás aquellos antagonistas torpes, para dar paso a uno que verdaderamente implicó un desafío. Un hombre que busca el anticitera de Arquímedes que era capaz de predecir fisuras en el tiempo, planeando de esa manera, corregir el curso de la historia de su nación Alemania. Un Nazi que no buscaba el alzamiento del Führer como jefe supremo, sino que, al contrario, quería darle fin al hombrecillo del bigote chistoso para trazar un nuevo camino para los alemanes. Me atrevería a decir que estamos ante el mejor villano de la saga.
El Indiana Jones más humano
Por otro lado, tenemos a nuestro protagonista, cuyos años no pasaron en vano. Dejo de ser aquel “sex symbol” de las primeras tres entregas para convertirse en un viejo cansado de la vida y un maestro aburrido. En lo particular me gustó mucho el desarrollo de personaje de Indiana, pues a diferencia de la aberración que hicieron con Luke Skywalker en Star Wars, ahora sí el guion acompañó al protagonista en “su” proceso. Finalmente lograron construir un buen argumento de porque en esta quinta entrega tenemos a un héroe derrotado, un anciano amargado y un hombre que le ha perdido pasión a lo que más amaba: la arqueología.
La película construye muy bien a este Indiana, desde el hecho de que ya físicamente no es fuerte ni ágil (lo cual obviamente tiene lógica tomando en cuenta su edad), hasta el hecho de que se vuelve un profesor aburrido, todo ello debido a los múltiples golpes que le ha dado la vida, siendo el más fuerte de ellos, la muerte de su hijo (que en lo particular se me hizo una jugada maestra sacar al hijo de esta manera y así darle desarrollo al prota), y quien fue básicamente sustituido por su ahijada.
Phoebe Bridge cumple, aunque lo más interesante de su personaje, es que básicamente era todo lo contrario a un arqueólogo, es decir, una saqueadora, lo cual agrega una buena contraparte al desarrollo, pues mete de lleno uno de los temas más delicados que existen en el mundo de la arqueología, como lo es el tráfico de piezas arqueológicas.
Es así que, en esta nueva aventura, Indy va buscando de nuevo su valor y su pasión por resolver los misterios del pasado y evitar una nueva catástrofe para la humanidad.
Efectos y Soundtrack
Respecto a los efectos especiales y las escenas de acción, podemos resumirlo en el hecho de que es una película que sin duda se ha adaptado a los tiempos modernos. A diferencia de su predecesora, esta ya no busca seguir la fórmula de los años ochenta, y su acción y efectos se vuelven más realistas y menos caricaturescos.
No obstante, lo que sí fue una completa decepción, fue la banda sonora, que a pesar de que trajo del retiro a John Willams, la realidad es que en este rubro poco se pudo aportar a pesar de que por momentos brillaba el tema principal y algunos otros temas de las películas pasadas.
40 minutos de frenesí
Tal y como lo dijo El Fett en su crítica, lo que más brilló de esta película fueron sus últimos cuarenta minutos, los cuáles nos introducen a una autentica persecución de locura que comienza con Indiana Jones y Phoebe entrando a la “Oreja de Dionisio” (que es un sitio arqueológico real en Italia) y de ahí se extiende por una increíble secuencia área para finalmente mostrarnos el funcionamiento de la anticitera de Arquímedes.
Todos (tanto protagonistas como antagonistas) se ven en medio de una batalla en el pasado, en la propia época de Arquímedes, presenciando una de las mejores secuencias de acción de todo el universo de Indiana Jones. Todo ello tuviera un final bastante brillante, hasta que… tuvimos el epilogo.
Un final no tan emotivo
Después de 40 minutos emocionantes y donde Indiana Jones prácticamente estuviera a nada de tocar las puertas de San Pedro, tenemos una secuencia final donde el arqueólogo se reencuentra con su amor Marion (Karen Allen). Parecía que sería el momento más emotivo y sentimental de la historia, pero no. No hubo como tal una despedida emotiva o una secuencia que nos hiciera sentir “aquí llegó a su final Indiana Jones”. El epílogo se siente bastante vacío y con una sensación de que falta algo. Al contrario, da la sensación de que pueda tener una sexta parte.
A pesar de que no es una mala entrega, la taquilla no ha sido del todo benevolente, aunque eso puede significar buenas noticias para los warsies, por un probable despido de Kathleen Kennedy, quien tampoco ha logrado cosechar los éxitos que le prometió a Disney.
En conclusión, Indiana Jones 5 es una entrega que cumple y regresa al Dr. a una aventura arqueológica que sobrepasa al menos a Temple of the Doom y por supuesto, a la desastrosa cuarta parte.
Por el momento me despido, y recuerden decirlo “NO” al saqueo y tráfico de piezas arqueológicas, pues la única frase muy cierta que dijo “Indy” en su cuarta entrega, es que el verdadero tesoro de la arqueología es el conocimiento. Por cada pieza que se vende en el mercado negro, es un pedazo de nuestra historia que se pierde.