Jay Kelly: El universo donde George Clooney nunca hizo Batman

Jay Kelly nos cuenta la historia de un actor ficticio que pasa por una crisis de la mediana edad, especialmente cuando su hija menor está a punto de irse a la universidad, evento que detona un mar de emociones y arrepentimientos en el protagonista, quien decide partir a Europa con dos objetivos: arreglar las cosas con su descendiente y presentarse a su homenaje.

Dentro del lado positivo, hay un par de ideas interesantes (no innovadoras), especialmente porque Jay Kelly está contada de manera retrospectiva, donde Jay rememora los sacrificios personales que tuvo que hacer para conservar su estatus de celebridad. Desde abandonar amigos y familiares para mantener el éxito hasta intentar construir un contexto a través de un daddy issues cliché, pero que hace sentido con la psique del personaje y que termina por encajar con la relación que tiene con su mánager (Adam Sandler), esa figura paternal que le faltaba, repleta de comprensión y paciencia, y que funciona como un contrapeso a todo lo que es Jay.

El mayor problema de Jay Kelly es el guion: por un lado, un exceso de narrativas que maneja en su historia y que, a nivel dirección, termina causando como consecuencia secuencias sumamente alargadas y pesadas, un ritmo inconsistente y una edición y montaje poco fluidos que no conectan bien los momentos (a veces parece que estamos viendo tres películas diferentes). Por consecuencia, hay segmentos o arcos que se sienten innecesarios y otros que se sienten desperdiciados (como la subtrama de Laura Dern y Adam Sandler).

Añadir que Jay Kelly reitera demasiado los conflictos de su personaje para llegar a un punto en concreto, lo que ocasiona que el camino de su protagonista termine por cansar. El otro tema es que tampoco estamos ante una perspectiva original, pues ¿cuántas veces hemos visto estas historias (y mejor contadas y escritas) de actores o figuras en decadencia que intentan enmendar sus errores del pasado para encontrarle más significado a su vida? En este sentido, ¿no hubiera sido mucho más interesante contar esta perspectiva desde la figura del mánager? Sí, cada director tiene su visión, pero quizás hubiera sido más interesante, teniendo en cuenta que incluso es un personaje secundario mejor escrito que el protagonista (el efecto Pingüinos de Madagascar).

En el terreno de las actuaciones, quien se roba todos los focos es Adam Sandler. Y si bien ha tenido mejores papeles, es (increíble decirlo) el que aporta un perfil más dramático y serio a la historia, al tener tres secuencias que se roban la pantalla y que incluso resultan más conmovedoras que todo lo que se cuenta de la vida de Jay Kelly.

Por otro lado, George Clooney está bien, aunque su papel no deja de sentirse como una auto interpretación, especialmente en un universo donde Clooney no interpretó a Batman y tuvo una carrera más sólida.

Calificación

Guion: 2.0

Dirección: 2.3

Actuación: 1.5

Extras: 0.5

Calificación final: 6.3

Si bien Jay Kelly tiene un par de ideas interesantes, se siente como un derivativo de otros productos. Parece que el que fue en su momento “uno de los alumnos más destacados de Woody Allen” comienza a perder el toque y la sapiencia para contar y dirigir una historia, quedándose cada vez más rezagado en esa línea de directores. Quizás hubiera sido una mejor película si, en lugar de dirigirla Baumbach, la hubiera dirigido su esposa, Greta Gerwig.

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Acerca del autor

El Cine Actuario   @maxpower_ar?s=09   facebook.com/dvclocblog

Actuario/Economista, Amante del Cine, Devoto de Dios, Intuitivo, Curioso, Rockero de corazón, Fanático de los Libros y del deporte de las tacleadas, quesero, colchonero, diablo rojo. "Las estadísticas son la forma en que las matemáticas cuentan las historias" "El arte es una ciencia y el trabajo del critico al igual que el del investigador es exponer sus axiomas y teoremas al mundo" "Estar de acuerdo, en no estar en desacuerdo es saludable"


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