KPop Demon Hunters: Divertida mezcla de K-Pop y acción
Sony lentamente ha ganado confianza en el departamento de animación, pues el éxito que significó “Spider-verse” ahora es la principal base para todos sus proyectos presentes y futuros, siempre usando esa animación como la carta de reconocimiento público. Pero una buena película animada no puede sostenerse en el apartado técnico, necesita una historia llamativa e interesante para captar la atención del público. Con esto en mente, y con ayuda de Netflix, le llega el turno a una de sus propuestas más raras, pero también más originales de su ya de por sí irregular catálogo: “KPop Demon Hunters”.
La principal virtud de KPop Demon Hunters es que sabe a qué público está dirigida y se encarga de satisfacerlo: las chicas y fans a quienes les gusta el K-pop. Sin embargo, esto no significa que deja al resto del público descuidado o que no pueden disfrutarla, pues convierte una historia tan sencilla es un festín colorido con muchos chistes visuales que realzan el apartado técnico. Es importante recalcar este detalle porque el estilo “Spider-verse” se desgastó muy rápido por su propia técnica, la estilización excesiva, usar los fotogramas por segundo o framerate como herramienta narrativa o ralentizar las escenas de acción para enfatizar un momento específico. Todo esto ya lo conocemos, por eso es importante darle más variedad con tal de distinguirse y que no parezcan copias. Recientemente “Predator: Killer of Killers” innovó en un tono más adulto y el uso de sangre, y aquí el estilo de animación tipo cómic se mezcla con gestos cómicos que suelen verse más en el anime, como los ojos saltones, caras súper expresivas, y movimientos tan rápidos como exagerados.
Pasando a la música, las canciones son pegajosas, aunque no seas fan del K-Pop, tienen versos que van definiendo mejor a las escenas de acción, las cuales son alucinantes, creativas y están coreografiadas al ritmo de la música. Se integran muy bien a una historia que, si bien es la típica historia de chicas con un trabajo alterno que usan para ocultar una identidad secreta (me viene a la mente “Totally Spies”), es sostenida por la relación entre los miembros de la banda y sus interacciones con Saja Boys, la boy band rival. De hecho, tomando en cuenta el concepto de usar el fanatismo de las personas como almas por las que ambos grupos compiten, es inevitable hacer bromas sobre que la música nos roba la energía y corrompe el alma y que los conciertos son rituales satánicos modernos (y a juzgar por el planteamiento, no suena descabellado creerlo).
A esto hay que agregar que la imperfección que emanan Rumi, Mira y Zoey las vuelve más humanas e identificables, de modo que es más entendible saber por qué hacen lo que hacen y que más que amigas, son una familia que no tiene a nadie más en quién apoyarse. En tanto, el romance entre Rumi y Jinu tiene sus momentos de ternura debido a sus semejanzas tanto en su origen como en sus motivaciones, cargando el paso de las decisiones cometidas en el pasado (en el caso de la cantante principal, evidenciado en el tipo de ropa usada según el paso del tiempo). Como un añadido, todo el elenco está doblado (en su idioma original) por actores coreanos (sobresale Lee Byung-hun como el rey demonio), en cuanto a nuestro idioma, ahora le tocó a Argentina el turno de probar su valía (destaca Azul Botticher como Rumi).
No obstante, en KPop Demon Hunters faltó explorar más a las acompañantes, y es entendible que Rumi sea la protagonista y merezca un poco más de trasfondo y tiempo en pantalla, pero Mira y Zoey apenas tienen algunas anécdotas sobre estos aspectos (ya sin mencionar al desperdiciado reparto secundario, por eso no extraña que una urraca y un tigre se roben cada escena en la que aparecen). Además, la historia peca de no explorar mucho su concepto por un ritmo acelerado y una narrativa que deja muchas preguntas sin respuestas, causando un final abrupto.
Pese a estos problemas y las muchas incógnitas sin resolver de KPop Demon Hunters, es una buena propuesta que funciona como homenaje al K-pop y a los doramas que tanto le atraen a las jóvenes de hoy día. De hecho, es mucho más interesante y entretenida que las obras recientes de casas productoras con más historial. De animarse a hacer una secuela (porque tiene material para una, en especial para parchar todas las fallas que tiene), es más que bienvenida. ¡Eres mi Soda Pop!