La aportación de Ray Manzarek al cine
No estamos en un blog musical, sin embargo es imperativo rendirle homenaje en cualquier plataforma que se diga ser “artística” a este genio musical que a sus 74 años nos ha abandonado para formar parte de la inmortalidad del rock junto a su amigo y colega Jim Morrison, el cual seguramente en estos momentos lo estará guiando en su camino hacia el cielo de los dioses del rock fumando un churro y un peyote de aquellos.
Manzarek fue oriundo de Chicago, asistió junto a Morrison a la escuela de cine de la UCLA, sin embargo, todos sabemos lo que después paso cuando Jim le presentó un poema titulado Moonlight Drive; versado en el órgano y el teclado, Manzarek motivó al futuro poeta americano para formalizar una banda que eventualmente llegaría a convertirse en un referente de la escena musical internacional, suficiente justificación y presentimiento para alejarlos del mundo cinematográfico, al cual no abandonaron del todo durante y después de forjar su leyenda como The Doors, aportando a este varias piezas que incluso definieron y forjaron grandes momentos y secuencia del cine para films como Apocalypse Now, Forrest Gump, Cast Away y por supuesto The Doors, la fallida biopic con gran actuación de Val Kilmer, sin olvidar tampoco sus participaciones en series como The Simpsons, Fringe y The Sopranos, entre muchas otras.
Pero siendo un egresado de la UCLA ¿Manzarek experimentó el arte audiovisual en alguna ocasión o forma? Para muchos desconocido, lo cierto es que sí, pero con vergonzosos resultados fuera de que el músico también haya sido el responsable de dirigir el corte final de muchos documentales y conciertos entre 1985 y 2012, con la edición final de The Doors: Live at the Bowl ’68.
Un cortometraje, un thriller, 3 guiones y hasta dos actuaciones son el andar y currículo cinematográfico del que sin duda fue, es y seguirá siendo junto con Richard Wright de Pink Floyd, el mejor teclado / órgano del rock.
En 1965 y como antelación a la formación de The Doors, Ray decidió jugar al cineasta con un cortometraje de 19 minutos escrito y dirigido por él mismo. Con las actuaciones estelares de Jim Morrison y del mismo Ray, Induction fue sencillamente un desastroso y bizarro vistazo al porque estos dos individuos fueron músicos y no cineastas. El cortometraje el cual nadie puede definir, aún se puede encontrar en algunos canales de youtube, sin embargo les recomiendo quitarse los ojos antes de verlo.
Pasarían 8 años para el siguiente contacto meramente cinematográfico de Ray, el cual se daría en la actuación bajo la dirección del mismísimo William Friedkin ¿Lo malo del caso? Que sería tal vez la más apestosa cinta del también legendario director, una bazofia cómica con Chevy Chase y Sigourney Weaver llamada Deal of the Century, en la cual Manzarek tendría un pequeño rol terciario.
13 años después, Ray dirigiría su primer y único largometraje llamado como una de sus más icónicas canciones: “Lover Her Madly”, thriller con una premisa tan simple como su desarrollo, en el cual tres hombres se enamoran obsesivamente de la misma mujer. Sobra decir que el ejercicio fue olvidado merecidamente debido a una nula distribución y a un reparto más desconocido que el bajista que tocaba tras bambalinas en la mayoría de concierto de The Doors, sin embargo hay un dato curioso en este film, el cual en si es una adaptación de una historia corta del mismo Jim Morrison.
La última aportación de Manzarek es como su figura, mística, pues la llamada The Poet in Exile es una producción aún sin estrenar en donde Ray figura como principal guionista de su propia adaptación, una novela que llegó a betseller que explora el “que hubiera sido” si Jim Morrison fingió su muerte y 40 años después contactara a Ray desde un lugar secreto para emprender un último viaje ácido y de rock ¿Interesante no? Dirigida por Tim Sullivan, un actor de serie b, el film aún no tiene fecha de estreno y seguramente viajará directamente al videhome ¡Lástima! Pues la historia por si sola merecería una adaptación decente de parte de la industria
Ray Manzarek abandonó al cine para forjarse una leyenda junto a su emblemática banda, decisión sabia teniendo en cuenta su currículo, el cual es completamente perdonable y justificado gracias a sus acordes y carisma, pues no hay ninguna duda que todo fanático de The Doors sabe que Ray fue el verdadero genio musical detrás de la banda de Chicago y el perfecto cómplice para la poesía de El Rey Lagarto. Ahora los dos esperan en la isla astral de los músicos, en espera de aquellos otros dos rebeldes y perdidos llamados Robby Krieger y John Densmore y desde ahí, siempre tocarán para los vivos y los muertos y su reino no tendrá fin.
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