La Consagración: Estas monjas ya ni asustan

El cine de terror parece que está tomando otros rumbos, ya están dejando atrás los Jumpscares (cosa que agradezco) y están apostando más por el terror mezclado con thriller, bueno, al menos esto intenta esta película de La Consagración.

Grace (Jena Malone) es una oftalmóloga agnóstica que recibe la noticia de que su hermano, un sacerdote, ha muerto en Escocia. Ella tiene que ir a reclamar el cuerpo y al llegar se da cuenta que unos hablan de suicidio y otros de asesinato, así que decide investigar que pasó. Poco a poco va descubriendo secretos muy oscuros de esta congregación de monjas donde vivía su hermano.

En realidad, la película empieza a sorprender conforme va avanzando porque la historia es buena y no tiene huecos argumentales, el problema es cómo está contada, se siente demasiado plana y confusa, te van contando cosas del pasado de Grace pero todo el tiempo estas entre confundido y conforme de a donde va esto, pero ¿por qué no va al punto y ya? El director Christopher Smith se nos quiere poner muy psicológico y en modo detective, pero no lo logra, revela el truco muy rápido y tarda en llegar al final donde, por si no nos quedó claro, nos da una serie de escenas en retrospectiva, para explicarnos cuál era su idea y ahí es donde la película se termina de caer.

La historia base nos está queriendo hablar del anticristo y como es que ha sobrevivido al paso del tiempo, pero al parecer no es tan malo, tanto tiempo entre los humanos y maltrato por parte de la iglesia católica lo han ablandado y de vez en cuando ayuda a otros con sus poderes… parece chiste ¿verdad? Pero así es, y este es el punto que pudieran haber desarrollado, incluso en tono de comedia, sin embargo, se fueron por el terror o el thriller, quedando algo desequilibrado y mediocre.

La publicidad es engañosa, tiene un buen póster y todo parece indicar que va hablar de unas monjas muy malas, pero no, el tema de las monjas terminan pasando a segundo plano perdiendo el protagonismo que nos prometían.

Es una producción de muy bajo presupuesto, con actuaciones cumplidoras, mala dirección, pésimos efectos especiales y muy oscura. En realidad, no hay mucho que decir de esta película, solo que, repito, hubiera sido interesante hacer la misma trama pero en comedia y estuviéramos hablando de una gran película de humor negro

Vilma Aída

Y hablando de huecos, cuál rata de alcantarilla me cuelo a la crítica de Vilmita, deseando de todo corazón hacerle de abogado del diablo por el cariño que le tengo al cine de género, no obstante, la película que nos atañe no da para resaltar nada que no sea la bonita locación en donde fue filmada, una campiña escocesa digna de Highlander (esa si estuvo buena).

El director recurre al mega sobado argumento de que todo lo relacionado con Diosito es digno de dar miedo, desde las imágenes religiosas hasta los conventos pasando por los cánticos estilo Dominíque, níque, níque, ya chole. Y como bien menciona Vilmita, la premisa luce bien en un principio (los primeros tres minutos) para luego meternos en un espiral de disparates, pistas falsas muy chafas, diálogos dizque misteriosos o de plano de pena ajena y encuadres fuera de foco que nos hacen preguntarnos si no será que ya se nos cansaron los oclayos. En lo que respecta a las actuaciones, a diferencia de Villma, quien es una santa, católica y apostólica, su servidor mandaría a la hoguera a todos los involucrados exceptuando al padre loco de la protagonista y a Danny Huston con investidura de padrecito. Y no empiecen con que “Veten a este vato por misógino”, si no me creen vayan a verla para constatar que estás monjitas quedarían mejor en un remake de la comedia Cambio de hábito compartiendo créditos con Whoopi Goldberg.

Para terminar, solo me queda recomendarles que si desean ver algo más sacrílego y menos de flojera, mejor le den un visionado a la cinta mexicana de horror Satánico pandemonium (a.k.a La sexorcista) donde Enrique Rocha interpretando al mismísimo Satanás, seduce a una monjita que no es mala, al contrario, está muy buena. Tampoco da miedo pero al menos alborota la hormona.