La Dama de Negro: Harry Potter y el misterio del director sin oficio
Existe un degradante y vergonzoso caso en muchas de las producciones Hollywoodenses orientadas a satisfacer el simple y también apreciado buen entretenimiento en el cine, el cual radica en la pobre selección de su cast y crew, aspectos por demás fundamentales para que un film en cualquiera de sus corrientes funcione de manera efectiva. Desgraciadamente esta famosa adaptación padece de las dos, penitencia que acarrea en una producción fallida que, irónicamente, tiene su mayor virtud en un guión ajeno a los resultados finales de la cinta.
Aún cuando el cine también representa al entretenimiento, The Woman in Black nos recuerda el oficio artístico en la producción de cualquier film, pues un buen guión no puede funcionar sin una buena dirección, y ni siquiera un decente desempeño histriónico puede congeniar con la incongruencia en su narrativa original. El film simplemente no comulga, dando destellos y algunos indicios de calidad, pero no más, pues bien dicen que…
El peor enemigo puede estar en la casa
Hay dos principales culpables en este asunto, el primero es su mismo director James Watkins, un semi desconocido y joven realizador sin mucha experiencia, que denota su falta de oficio al tomar una buena y simple adaptación (cortesía de la posicionada Jane Goldman) y convertirla en un apenas alargado capítulo de televisión, que sacrifica el desarrollo y contexto dramático que requería la trama, para centrar sus esfuerzos en el recurso de inducir temor secuencia tras secuencia. El film si retoma esos parajes argumentales donde el mismo argumento, justificación y giro de tuerca que envuelve a la entidad protagónica se hacen presentes, pero el problema radica en que el realizador decide tajantemente no prestarles importancia, saltando de la introducción al clímax y conclusión en cuestión de minutos, sin dejar madurar la trama, sin conectar con el público adecuadamente que, al final, se queda esperando y preguntándose si eso fue todo.
Si bien es cierto que Watkins logra una serie de secuencias terroríficas, de mucha ansiedad y a pesar de sus pobres efectos, realistas, recordemos bajo que estatutos se encuentra la cinta en cuestión, pues el terror , me atrevo a decirlo, es el género más complicado de escribir y/o adaptar para el celuloide, un rubro muy castigado por el cine que debe sus mayores joyas a obras que consiguieron no solo recrear y proyectar un miedo inminente en la pantalla, sino también justificarlo a través de un guion y dirección certeros, sin redundancia y sobrantes de veracidad, con un timing exacto y sin precipitaciones argumentales en un género, repito, que debe sus bases a la fantasía y al mismo drama para crear un mundo o un ambiente sumido en la desesperación y el horror.
El otro serio problema recae en Karen Lindsay Stewart, la responsable del casting que, en su afán por complacer a una igual de culpable producción, se hizo de los servicios de Daniel Radcliffe para atraer la atención promocional a la cinta. El joven actor no hace mal su trabajo, pero su papel es incongruente con su edad, no pudiendo lograr la madurez requerida para el personaje y funcionando solamente como reflector y objeto de atracción para que el susto se de la manera más ágil. Radcliffe también ha cometido un error, pues el género, no alejado de la fantasía, es un remanente obvio de Harry Potter, lastimoso, pero cierto, la audiencia no puede dejar de ver al mago aún, efecto esperado por el encasillamiento de actor, el cual inclusive da la sensación en ocasiones de resolver todo el asunto con un ¡Experliamus!
A esto se une un reparto que la misma historia no sabe explotar (el personaje de Janet McTeer es clave y relegado fugazmente), efectos especiales que en ocasiones dan más pena que susto y muchos elementos que quizá se pudieron haber omitido para reducir el comparativo de la cinta con el efecto Harry Potter (el tren por ejemplo).
¿Hay que verla?
La Dama de Negro resulta ser un intento fallido del género que a pesar de ser resuelto de la manera más burda e inmediata, logra momentos y secuencias dignas de “saltar del asiento”. El director quizá pueda llegar a una maduración en el rubro, pero la realidad actual es que un guion de Jane Goldman y la gran novela de Susan Hill le quedaron extremadamente grandes.
También es una buena oportunidad para ver el desempeño de Radcliffe fuera de Harry Potter, el cual da indicios de convertirse en un buen actor, pero que desgraciadamente le costará mucho trabajo librarse de su imagen, tono de voz y acento del mago más famoso del cine, y aún mas, que la audiencia lo acepte.
No me atrevo a decir que a esta cinta se le debería enterrar, pues significa un peculiar ejercicio, disfrutable en momentos y con destellos de genialidad que bien se podría asemejar a un capítulo de la serie de ultratumba de buena manufactura. Ideal para los amantes del brinco y la ansiedad, aún le falta mucho a Watkins y mucho a Potter, digo, a Radcliffe, pero el intento fallido se agradece en sus menos de 90 minutos.
Recuerden que la gente de Guadalajara aún pueden ver esta película con el mejor servicio y calidad en Cinemas Lumiere. La Dama de Negro sigue en cartelera y recuerden que desde la siguiente semana Cinescopia y Lumiere comenzarán a regalar pases dobles ¡Estén al pendiente!
4 Comments
La ire a ver, ojala alguien conjure un Experliamus 🙂
si en la obscuridad daban ganas de decir ya por favor saca a tu patronums
A mí me gustó esta película, creo que Radcliffe lo hizo muy bien, lo suficiente como para creerle el personaje y olvidarse de Potter, La mujer de negro no es de terror, es como más de suspenso y misterio, aunque sí te asusta varias veces, por eso la historia es diferente y no abusaron de efectos ni sangre ni nada de eso.
Se le ve como que quiere salir de ese encasillamiento ¿injusto? como el mago estimada Dulce. Veremos en sus proximo poryectos
En cuanto a esta adaptación me parece que tiene sus momentos pero es muy fallida y forzada hacia su conclusión
Siga en Cinescopia! Saludos